/ martes 7 de noviembre de 2017

Sin gafete / A preguntar cómo sacaron el dinero…

Ninguno de los ricos empresarios que tienen sus “compañías” fuera del país utiliza el Seguro Social.

¿Por qué? Porque sus impuestos, supongo que son cantidades estratosféricas, no les dan a cambio un servicio médico de excelencia, como sucede con otros más de 100 millones de mexicanos.

Es decir, no quieren pagar impuestos porque sienten que les gratifica lo suficiente.

Que viven en un país con graves problemas, como la inseguridad que los obliga a contratar ejércitos de guardaespaldas, donde sus impuestos mantienen la incapacidad oficial para cambiar la realidad.

Al menos quiero suponer que éste, o uno muy parecido, es el planteamiento que se hacen. Además de la avaricia. Incluso del reto personal de conseguir ganar más dinero y pagar menos impuestos.

Por eso se van al extranjero.

Lo importante para nosotros, para el resto de los mortales que estamos obligados a pagar impuestos sin siquiera plantearnos otra opción, es cómo hicieron para llevarse este dinero.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, tan de moda en los corrillos políticos por la exhibición publicitaria de su titular, tiene control sobre todas la cuentas bancarias de los mexicanos. Intenten abrir una cuenta o cambiar de banco y verán todas las barreras, incluso la negativa de los bancos que parecen no querer más clientes.

Solamente falta que te pidan una fotografía de tus interiores.

El dinero entra al banco, a las cuentas personales de los ciudadanos, previa emisión por Hacienda de una factura. Y sale de la misma manera, previa emisión de una factura de la persona a la que le pagan.

¿Cuál es el mecanismo de los ricos? ¿Es qué existen otras leyes para ellos? Otras leyes que, por ejemplo, amparan que se les “perdone” el pago de impuestos.

La pregunta es cómo sacaron del país, porque tiene que ser a través de bancos, el dinero para crear las empresas que les permiten no pagar impuestos en México. No importa si están en Panamá, en islas del Caribe o en Malta, lo importante es seguir el mecanismo legal para que pudiese salir ese dinero.

Y si al hacerlo hay o no que pagar impuestos.

Porque si no hay que pagar impuestos por ese dinero, imaginemos que son excedentes, simple ganancia, no veo porque se necesita ponerlo fuera del país.

O, puede ser, fue un acto de

miedo…

El gobierno de Peña Nieto ha devaluado la moneda, es decir la ganancia en pesos mexicanos de estos empresarios comparada con el dólar, en más del 30 por ciento… ¿Sacaron el dinero para que siguiese valiendo lo mismo, para no ser víctimas de la torpeza oficial?

Porque entonces bastaría con que todos pudiésemos hacer lo mismo. Depositar dinero en cuentas donde no perdiese su valor. ¿Se puede? ¿Lo permite SHCP?

Todo debe ser completamente legal. Porque no veo que haya habido detenciones por la exhibición de los “Panamá Papers”, o de este nuevo escándalo conocido como “Paradise Papers”. Entonces, si es legal, de qué nos asustamos.

Se trata de poder vivir en el país donde habitan estos empresarios. O de pérdida en el país del que habla el discurso presidencial, ese que crece más que Alemania.

Sería interesante si en esta lista, inmensa, de empresarios y artistas y celebridades de todo el mundo hay noruegos o finlandeses o suecos, quienes pagan más impuestos que el resto del mundo… pero reciben mucho a cambio en servicios y calidad de vida.

Y si hubiese una manera de que en lugar de pagar impuestos, esos impuestos que no quieren pagar los millonarios claro, se pudiese invertir ese dinero, esos millones de los que ahora hablamos, en empresas solidarias o en hospitales o en escuelas o en la reconstrucción de las zonas afectadas por los terremotos.

Mientras tanto hablar de este tema no es sino un “chismorreo”, casi de lavadero, para quienes vivimos en otro país dentro de México y pagamos impuestos…

 

Ninguno de los ricos empresarios que tienen sus “compañías” fuera del país utiliza el Seguro Social.

¿Por qué? Porque sus impuestos, supongo que son cantidades estratosféricas, no les dan a cambio un servicio médico de excelencia, como sucede con otros más de 100 millones de mexicanos.

Es decir, no quieren pagar impuestos porque sienten que les gratifica lo suficiente.

Que viven en un país con graves problemas, como la inseguridad que los obliga a contratar ejércitos de guardaespaldas, donde sus impuestos mantienen la incapacidad oficial para cambiar la realidad.

Al menos quiero suponer que éste, o uno muy parecido, es el planteamiento que se hacen. Además de la avaricia. Incluso del reto personal de conseguir ganar más dinero y pagar menos impuestos.

Por eso se van al extranjero.

Lo importante para nosotros, para el resto de los mortales que estamos obligados a pagar impuestos sin siquiera plantearnos otra opción, es cómo hicieron para llevarse este dinero.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, tan de moda en los corrillos políticos por la exhibición publicitaria de su titular, tiene control sobre todas la cuentas bancarias de los mexicanos. Intenten abrir una cuenta o cambiar de banco y verán todas las barreras, incluso la negativa de los bancos que parecen no querer más clientes.

Solamente falta que te pidan una fotografía de tus interiores.

El dinero entra al banco, a las cuentas personales de los ciudadanos, previa emisión por Hacienda de una factura. Y sale de la misma manera, previa emisión de una factura de la persona a la que le pagan.

¿Cuál es el mecanismo de los ricos? ¿Es qué existen otras leyes para ellos? Otras leyes que, por ejemplo, amparan que se les “perdone” el pago de impuestos.

La pregunta es cómo sacaron del país, porque tiene que ser a través de bancos, el dinero para crear las empresas que les permiten no pagar impuestos en México. No importa si están en Panamá, en islas del Caribe o en Malta, lo importante es seguir el mecanismo legal para que pudiese salir ese dinero.

Y si al hacerlo hay o no que pagar impuestos.

Porque si no hay que pagar impuestos por ese dinero, imaginemos que son excedentes, simple ganancia, no veo porque se necesita ponerlo fuera del país.

O, puede ser, fue un acto de

miedo…

El gobierno de Peña Nieto ha devaluado la moneda, es decir la ganancia en pesos mexicanos de estos empresarios comparada con el dólar, en más del 30 por ciento… ¿Sacaron el dinero para que siguiese valiendo lo mismo, para no ser víctimas de la torpeza oficial?

Porque entonces bastaría con que todos pudiésemos hacer lo mismo. Depositar dinero en cuentas donde no perdiese su valor. ¿Se puede? ¿Lo permite SHCP?

Todo debe ser completamente legal. Porque no veo que haya habido detenciones por la exhibición de los “Panamá Papers”, o de este nuevo escándalo conocido como “Paradise Papers”. Entonces, si es legal, de qué nos asustamos.

Se trata de poder vivir en el país donde habitan estos empresarios. O de pérdida en el país del que habla el discurso presidencial, ese que crece más que Alemania.

Sería interesante si en esta lista, inmensa, de empresarios y artistas y celebridades de todo el mundo hay noruegos o finlandeses o suecos, quienes pagan más impuestos que el resto del mundo… pero reciben mucho a cambio en servicios y calidad de vida.

Y si hubiese una manera de que en lugar de pagar impuestos, esos impuestos que no quieren pagar los millonarios claro, se pudiese invertir ese dinero, esos millones de los que ahora hablamos, en empresas solidarias o en hospitales o en escuelas o en la reconstrucción de las zonas afectadas por los terremotos.

Mientras tanto hablar de este tema no es sino un “chismorreo”, casi de lavadero, para quienes vivimos en otro país dentro de México y pagamos impuestos…