/ miércoles 29 de noviembre de 2017

Sin gafete / El destape del destapado…

Doña Juana, que lleva más de diez años dedicada a pintar con sus amigas, se adelantó al aviso del presidente Peña Nieto. Tal vez por el retraso, una hora, que llevaba el mandatario, decidió hablar con los periodistas sobre el “apoyo” que le dará a su marido, a quien considera “la mejor persona para sacar adelante a México”.

Aceptó que hace días, sin recordar exactamente cuántos, el precandidato Meade le habría dicho que era el elegido.

Con estas declaraciones, se sumó a quienes le ganaron a Peña Nieto en el destape. Ya estaba “destapado” cuando llegó al presídium en uno de los salones de Los Pinos, primero por Luis Videgaray, para muchos el verdadero artífice de su candidatura, luego por varios analistas políticos, entre ellos Joaquín López Dóriga que la noche del domingo anterior adelantó su nombre.

Todos estaban enterados pues. Todos menos los otros precandidatos, ya que de acuerdo con lo que hicieron público, fue hasta el fin de semana que Peña Nieto les habría informado que no eran ellos. A partir de lo cual, Osorio Chong reunió a sus colaboradores, la tarde del domingo 26 para anunciarles que estaba fuera de la jugada.

Que no era el bueno.

Esto cuando doña Juana Cuevas, que también es economista, aunque está dedicada al “arte”, ya sabía que iban por “la grande”. Por eso, porque era un tema ya muy masticado, su presencia en Los Pinos, donde Peña anunciaría su salida de la Secretaría de Relaciones Exteriores, perdón de Hacienda, fue un elemento más para confirmar, ante medios de comunicación, el ungimiento del primer candidato priista que no lo es.

Es decir, que no ha sido miembro de ese partido. Aunque no fue impedimento para que los de la CTM, los de la CNC, los de la CNOP con sus matracas correspondientes, lo recibieran con los “brazos abiertos”, como a uno más de sus correligionarios. Cosas de la liturgia priista.

Ahora resulta que todos, incluyendo a Osorio Chong, al mismo Aurelio Nuño, al doctor Narro, a Enrique de la Madrid, siempre pensaron que el señor Meade, que se pronuncia “mid”, era el mejor de los hombres.

Su esposa, doña Juana, dijo que lleva 20 años en el sector público, y que va a “echarle todas las ganas”. Lo que nos debe parecer un argumento de suficiente peso para pensar que puede gobernar a nuestro país por seis años.

O sea, ni en cuenta el gasolinazo, ni la devaluación del dólar, ni el aumento de los impuestos, ni los temas financieros que tanto nos agobian a millones de mexicanos.

¿Y los priistas? Me refiero a esos hombres y mujeres que han creído en ese partido, que han pegado cartelones, que han hecho propaganda de casa en casa, que han caminado en las campañas políticas… a los priistas de siempre. A los que son, también, matraqueros de corazón. ¿Qué sentirán? ¿Estaremos hablando de una disciplina a cualquier costo?

¿Cómo van a entenderse con un candidato que nunca lo ha sido? Un candidato presidencial que nunca ha tenido un puesto de elección popular, lo que hasta hace poco tiempo era requisito… hasta para ser candidato a gobernador.

En la pasarela que organizó Manuel Arroyo para El Financiero, con los cuatro precandidatos priistas, José Antonio Meade habló apoyado en gráficas que muy pocos en la audiencia entendieron. Donde dice que todo está muy mal, pero que interpretó al revé, como anuncio de lo “bien que está el país”. ¿Cómo le hará ahora sin sus tarjetas, sin sus gráficas, sin su lenguaje tecnócrata? ¿Qué le va a decir a esos millones de mexicanos que no tienen para comer tres veces al día?

Por lo pronto, doña Juana le ganó al presidente Peña. Y dijo que desde que su marido “les platicó” todos en su familia están “encantados”…

 

@isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx Blog: CambioQRR.com

Doña Juana, que lleva más de diez años dedicada a pintar con sus amigas, se adelantó al aviso del presidente Peña Nieto. Tal vez por el retraso, una hora, que llevaba el mandatario, decidió hablar con los periodistas sobre el “apoyo” que le dará a su marido, a quien considera “la mejor persona para sacar adelante a México”.

Aceptó que hace días, sin recordar exactamente cuántos, el precandidato Meade le habría dicho que era el elegido.

Con estas declaraciones, se sumó a quienes le ganaron a Peña Nieto en el destape. Ya estaba “destapado” cuando llegó al presídium en uno de los salones de Los Pinos, primero por Luis Videgaray, para muchos el verdadero artífice de su candidatura, luego por varios analistas políticos, entre ellos Joaquín López Dóriga que la noche del domingo anterior adelantó su nombre.

Todos estaban enterados pues. Todos menos los otros precandidatos, ya que de acuerdo con lo que hicieron público, fue hasta el fin de semana que Peña Nieto les habría informado que no eran ellos. A partir de lo cual, Osorio Chong reunió a sus colaboradores, la tarde del domingo 26 para anunciarles que estaba fuera de la jugada.

Que no era el bueno.

Esto cuando doña Juana Cuevas, que también es economista, aunque está dedicada al “arte”, ya sabía que iban por “la grande”. Por eso, porque era un tema ya muy masticado, su presencia en Los Pinos, donde Peña anunciaría su salida de la Secretaría de Relaciones Exteriores, perdón de Hacienda, fue un elemento más para confirmar, ante medios de comunicación, el ungimiento del primer candidato priista que no lo es.

Es decir, que no ha sido miembro de ese partido. Aunque no fue impedimento para que los de la CTM, los de la CNC, los de la CNOP con sus matracas correspondientes, lo recibieran con los “brazos abiertos”, como a uno más de sus correligionarios. Cosas de la liturgia priista.

Ahora resulta que todos, incluyendo a Osorio Chong, al mismo Aurelio Nuño, al doctor Narro, a Enrique de la Madrid, siempre pensaron que el señor Meade, que se pronuncia “mid”, era el mejor de los hombres.

Su esposa, doña Juana, dijo que lleva 20 años en el sector público, y que va a “echarle todas las ganas”. Lo que nos debe parecer un argumento de suficiente peso para pensar que puede gobernar a nuestro país por seis años.

O sea, ni en cuenta el gasolinazo, ni la devaluación del dólar, ni el aumento de los impuestos, ni los temas financieros que tanto nos agobian a millones de mexicanos.

¿Y los priistas? Me refiero a esos hombres y mujeres que han creído en ese partido, que han pegado cartelones, que han hecho propaganda de casa en casa, que han caminado en las campañas políticas… a los priistas de siempre. A los que son, también, matraqueros de corazón. ¿Qué sentirán? ¿Estaremos hablando de una disciplina a cualquier costo?

¿Cómo van a entenderse con un candidato que nunca lo ha sido? Un candidato presidencial que nunca ha tenido un puesto de elección popular, lo que hasta hace poco tiempo era requisito… hasta para ser candidato a gobernador.

En la pasarela que organizó Manuel Arroyo para El Financiero, con los cuatro precandidatos priistas, José Antonio Meade habló apoyado en gráficas que muy pocos en la audiencia entendieron. Donde dice que todo está muy mal, pero que interpretó al revé, como anuncio de lo “bien que está el país”. ¿Cómo le hará ahora sin sus tarjetas, sin sus gráficas, sin su lenguaje tecnócrata? ¿Qué le va a decir a esos millones de mexicanos que no tienen para comer tres veces al día?

Por lo pronto, doña Juana le ganó al presidente Peña. Y dijo que desde que su marido “les platicó” todos en su familia están “encantados”…

 

@isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx Blog: CambioQRR.com