/ lunes 20 de noviembre de 2017

Sin gafete | El surrealismo mexicano

Frente a la buena respuesta, comedida, educada, de los ofendidos por el Primer Mandatario al ser acusados de “dañar”, golpear y demás a las instituciones, surge el nombre de Kate del Castillo como candidata a la medalla Belisario Domínguez.

De ponerse a llorar.

Por una parte, hay que responder que no, que criticar no es sinónimo de bullying, que no se pretende erosionar las instituciones, sino que funcionen, que, por ejemplo, detengan a los responsables de los miles de asesinatos, levantones, secuestros, asaltos que vivimos. Y por la otra, darle espacio a una posibilidad que demuestra que vivimos en el peor de los surrealismos.

La mención en sí es una ofensa. Ignoro qué pasaría por la mente de quien la propuso, supongo que lo mismo que pensaron las diputadas que gritaron “ehhh puto” en el Congreso, pero lo cierto es que demuestra que vivimos un profundo desfase de valores.

A lo que debe agregarse una confusión profunda sobre lo público y lo moral.

Como si ser una figura pública equivaliese a un permiso para todo, absolutamente para todo, incluyendo reunirse con un criminal.

La señorita del Castillo ha lucrado inmoralmente con su entrevista con el Chapo Guzmán, nos ha taladrado el cerebro con sus declaraciones, mitad estúpidas y otras frívolas, sobre la utilización de las “actrices” en Televisa o su “acostón” con Sean Penn por andar “caliente”. Todo lo que ha hecho, que borda la ilegalidad, tendría que servir para un profundo rechazo social hacía su persona.

Es el peor ejemplo a seguir para millones de jovencitas. Es, también, sinónimo de la falta de acciones eficientes de la PGR que no pudo, o no quiso, investigarla como corresponde. Es mala actriz y peor figura pública. No ha hecho, en toda su vida, ninguna acción en favor de ninguna comunidad.

Quien la propuso ignora que la medalla que lleva el nombre de Belisario Domínguez, que es un héroe de la libertad de expresión, existe para: “honrar a hombres y mujeres mexicanos de excepción, cuya actividad pública los ha distinguido por su entrega al servicio de México, el enaltecimiento de la sociedad y la defensa de los mejores valores”.

La señorita del Castillo no ha hecho otra cosa, además de recibir un premio de TV Novelas, que reunirse con un reconocido narco para recibir dinero, nunca se ha descartado, por “producir” una película sobre su historia. O sea, una película sobre sus crímenes.

De pena ajena. De una inmensa vergüenza social.

Algo, mucho, estamos haciendo muy mal para que esto pueda suceder. Para que no sea una broma.

Y como si fuese poco este escenario del absurdo, del total surrealismo mexicano, tenemos la imagen de los policías federales “corridos” del hotel donde se alojaban por no haber pagado.

O sea, los gobernadores que son incapaces de cumplir con sus obligaciones en materia de seguridad piden el apoyo federal, se les mandan policías federales para que hagan el trabajo que no hacen los policías locales… y ni siquiera les pagan su estancia.

¿Cómo queremos que este país, esta sociedad pueda funcionar medianamente?

El tema de la inseguridad se politiza innecesariamente por declaraciones del primer mandatario fuera de lugar, por sus expresiones de “piel delgada” ante la reiterada presentación de la realidad, que está llena de muertos, impunidad e incapacidad institucional para enfrentarla. Surge el nombre de Kate del Castillo como sinónimo de mexicana “ejemplar”, y a los policías federales que están haciendo su chamba los corren del hotel…

@isabelarvide

Blog: EstadoMayor.mx

 Blog: CambioQRR.com

Frente a la buena respuesta, comedida, educada, de los ofendidos por el Primer Mandatario al ser acusados de “dañar”, golpear y demás a las instituciones, surge el nombre de Kate del Castillo como candidata a la medalla Belisario Domínguez.

De ponerse a llorar.

Por una parte, hay que responder que no, que criticar no es sinónimo de bullying, que no se pretende erosionar las instituciones, sino que funcionen, que, por ejemplo, detengan a los responsables de los miles de asesinatos, levantones, secuestros, asaltos que vivimos. Y por la otra, darle espacio a una posibilidad que demuestra que vivimos en el peor de los surrealismos.

La mención en sí es una ofensa. Ignoro qué pasaría por la mente de quien la propuso, supongo que lo mismo que pensaron las diputadas que gritaron “ehhh puto” en el Congreso, pero lo cierto es que demuestra que vivimos un profundo desfase de valores.

A lo que debe agregarse una confusión profunda sobre lo público y lo moral.

Como si ser una figura pública equivaliese a un permiso para todo, absolutamente para todo, incluyendo reunirse con un criminal.

La señorita del Castillo ha lucrado inmoralmente con su entrevista con el Chapo Guzmán, nos ha taladrado el cerebro con sus declaraciones, mitad estúpidas y otras frívolas, sobre la utilización de las “actrices” en Televisa o su “acostón” con Sean Penn por andar “caliente”. Todo lo que ha hecho, que borda la ilegalidad, tendría que servir para un profundo rechazo social hacía su persona.

Es el peor ejemplo a seguir para millones de jovencitas. Es, también, sinónimo de la falta de acciones eficientes de la PGR que no pudo, o no quiso, investigarla como corresponde. Es mala actriz y peor figura pública. No ha hecho, en toda su vida, ninguna acción en favor de ninguna comunidad.

Quien la propuso ignora que la medalla que lleva el nombre de Belisario Domínguez, que es un héroe de la libertad de expresión, existe para: “honrar a hombres y mujeres mexicanos de excepción, cuya actividad pública los ha distinguido por su entrega al servicio de México, el enaltecimiento de la sociedad y la defensa de los mejores valores”.

La señorita del Castillo no ha hecho otra cosa, además de recibir un premio de TV Novelas, que reunirse con un reconocido narco para recibir dinero, nunca se ha descartado, por “producir” una película sobre su historia. O sea, una película sobre sus crímenes.

De pena ajena. De una inmensa vergüenza social.

Algo, mucho, estamos haciendo muy mal para que esto pueda suceder. Para que no sea una broma.

Y como si fuese poco este escenario del absurdo, del total surrealismo mexicano, tenemos la imagen de los policías federales “corridos” del hotel donde se alojaban por no haber pagado.

O sea, los gobernadores que son incapaces de cumplir con sus obligaciones en materia de seguridad piden el apoyo federal, se les mandan policías federales para que hagan el trabajo que no hacen los policías locales… y ni siquiera les pagan su estancia.

¿Cómo queremos que este país, esta sociedad pueda funcionar medianamente?

El tema de la inseguridad se politiza innecesariamente por declaraciones del primer mandatario fuera de lugar, por sus expresiones de “piel delgada” ante la reiterada presentación de la realidad, que está llena de muertos, impunidad e incapacidad institucional para enfrentarla. Surge el nombre de Kate del Castillo como sinónimo de mexicana “ejemplar”, y a los policías federales que están haciendo su chamba los corren del hotel…

@isabelarvide

Blog: EstadoMayor.mx

 Blog: CambioQRR.com