/ lunes 22 de enero de 2018

Sin gafete | La soledad del (Pre) candidato…

Con el uniforme camuflageado, el que usan para hacer deporte, el pelo largo porque todos les permiten a las “fuerzas especiales”, zapatos tenis a gusto, los seis integrantes de la Marina Armada de México cargaban cajas y cajas y cajas hasta el mostrador de Interjet.

Habrían de tomar un vuelo de regreso a la Ciudad de México con todo el equipo, envuelto en plásticos, incluyendo sofisticados implementos de seguridad y hasta los conos color naranja que se colocan para impedir el paso de vehículos.

Eran, los seis, los acompañantes invisibles del (pre) candidato presidencial José Antonio Meade.

Los que no viajan en el mismo avión, los únicos que estaban en el lugar que les fue asignado, haciendo su chamba.

Porque ninguno del CEN del PRI acompañó a Meade a Cancún, a una de las giras más desastrosas que ha tenido. Ni siquiera alguien del equipo “electoral” del exgobernador Rubén Moreira. O la recién integrada a su “equipo” Vanessa Rubio.

Solo de toda soledad cayó en varias trampas.

De entrada, la reunión privada con “priistas” se realizó en un hotel de la Zona Hotelera agregando un tema elitista. Antes, en el aeropuerto fue recibido por unos pocos, entre ellos Raymundo King y Manuel Andrade todavía “delegado” del PRI en el estado después de haber perdido hace más de un año la elección para gobernador.

Y también por el candidato a la presidencia municipal de Cozumel, Pedro Joaquín, hijo de y sobrino de. También el exgobernador Félix González, senador, que está en la cúspide de la crítica local.

Después de esta “reunión” con priistas, totalmente desangelada, se les ocurrió dar una conferencia de prensa-mensaje a medios, en la mitad de un camellón. Así como se oye, en el paso de los automóviles… por eso los marinos llevaban los conos naranjas para evitar el paso.

Y ahí comenzó la hecatombe. Porque a un tipo, con ademanes de ser su escolta, se le “ocurrió” echar con lujo de grosería al presidente del PRI de Quintana Roo y al ya citado Manuel Andrade. Una majadería que todos los medios videograbaron y resaltaron por su violencia, olvidando qué vino a decir Meade. Él mismo saboteó su “mensaje”.

El pobre (pre) candidato parecía perdido. Muy poca gente. Y su falta de práctica para usar guayabera lo llevó a arremangarse las mangas, prohibido con esa vestimenta, en una facha bastante absurda para un día sorpresivamente frío. Luego fue a un estadio que, para documentar los sin sentidos, estaba vacío. Y los medios, tan incómodos, resaltaron la grabación de un joven que a la entrada le da un descolón, molesto por su saludo.

No paró ahí. Al día siguiente, cuando los medios locales reseñaban la poca gente y la “corrida” que hicieron a King y Andrade, simultáneamente se dio a conocer una fotografía de Meade con Gabriel Mendicutti y su detención por daños patrimoniales superiores a 500 millones de pesos.

O sea, en su soledad, Meade no tuvo quién le dijese que el señor que saludaba con amabilidad, que fue presidente municipal de Solidaridad y secretario de gobierno con Borge, tenía una orden de aprehensión pendiente y era buscado por las autoridades. Del evento partidista a la cárcel.

¿Es intencional dejarlo en esta situación de vulnerabilidad? ¿Por qué no viajan con él personas con capacidad de organización? ¿Y el exgobernador Félix González fue quien llevó a Mendicutti con Meade o ni en cuenta?

Los marinos tardaron mucho tiempo en documentar y debieron haber pagado exceso de equipaje… mientras los demás pasajeros guardaban el enojo en su contra…

En Twitter: @isabelarvide

Blog: EstadoMayor.mx

Blog: CambioQRR.com

Con el uniforme camuflageado, el que usan para hacer deporte, el pelo largo porque todos les permiten a las “fuerzas especiales”, zapatos tenis a gusto, los seis integrantes de la Marina Armada de México cargaban cajas y cajas y cajas hasta el mostrador de Interjet.

Habrían de tomar un vuelo de regreso a la Ciudad de México con todo el equipo, envuelto en plásticos, incluyendo sofisticados implementos de seguridad y hasta los conos color naranja que se colocan para impedir el paso de vehículos.

Eran, los seis, los acompañantes invisibles del (pre) candidato presidencial José Antonio Meade.

Los que no viajan en el mismo avión, los únicos que estaban en el lugar que les fue asignado, haciendo su chamba.

Porque ninguno del CEN del PRI acompañó a Meade a Cancún, a una de las giras más desastrosas que ha tenido. Ni siquiera alguien del equipo “electoral” del exgobernador Rubén Moreira. O la recién integrada a su “equipo” Vanessa Rubio.

Solo de toda soledad cayó en varias trampas.

De entrada, la reunión privada con “priistas” se realizó en un hotel de la Zona Hotelera agregando un tema elitista. Antes, en el aeropuerto fue recibido por unos pocos, entre ellos Raymundo King y Manuel Andrade todavía “delegado” del PRI en el estado después de haber perdido hace más de un año la elección para gobernador.

Y también por el candidato a la presidencia municipal de Cozumel, Pedro Joaquín, hijo de y sobrino de. También el exgobernador Félix González, senador, que está en la cúspide de la crítica local.

Después de esta “reunión” con priistas, totalmente desangelada, se les ocurrió dar una conferencia de prensa-mensaje a medios, en la mitad de un camellón. Así como se oye, en el paso de los automóviles… por eso los marinos llevaban los conos naranjas para evitar el paso.

Y ahí comenzó la hecatombe. Porque a un tipo, con ademanes de ser su escolta, se le “ocurrió” echar con lujo de grosería al presidente del PRI de Quintana Roo y al ya citado Manuel Andrade. Una majadería que todos los medios videograbaron y resaltaron por su violencia, olvidando qué vino a decir Meade. Él mismo saboteó su “mensaje”.

El pobre (pre) candidato parecía perdido. Muy poca gente. Y su falta de práctica para usar guayabera lo llevó a arremangarse las mangas, prohibido con esa vestimenta, en una facha bastante absurda para un día sorpresivamente frío. Luego fue a un estadio que, para documentar los sin sentidos, estaba vacío. Y los medios, tan incómodos, resaltaron la grabación de un joven que a la entrada le da un descolón, molesto por su saludo.

No paró ahí. Al día siguiente, cuando los medios locales reseñaban la poca gente y la “corrida” que hicieron a King y Andrade, simultáneamente se dio a conocer una fotografía de Meade con Gabriel Mendicutti y su detención por daños patrimoniales superiores a 500 millones de pesos.

O sea, en su soledad, Meade no tuvo quién le dijese que el señor que saludaba con amabilidad, que fue presidente municipal de Solidaridad y secretario de gobierno con Borge, tenía una orden de aprehensión pendiente y era buscado por las autoridades. Del evento partidista a la cárcel.

¿Es intencional dejarlo en esta situación de vulnerabilidad? ¿Por qué no viajan con él personas con capacidad de organización? ¿Y el exgobernador Félix González fue quien llevó a Mendicutti con Meade o ni en cuenta?

Los marinos tardaron mucho tiempo en documentar y debieron haber pagado exceso de equipaje… mientras los demás pasajeros guardaban el enojo en su contra…

En Twitter: @isabelarvide

Blog: EstadoMayor.mx

Blog: CambioQRR.com