/ lunes 8 de octubre de 2018

Sin gafete | Las falsas expectativas, la revista, la boda...

¿Y qué si comieron langosta? ¿Quién contó las flores? ¿Qué cambia la realidad nacional los tres vestidos de la novia?

El escándalo a priori derivado de un evento privado.

Se casó César Yáñez como decidió, porque así sucede, la novia que quería casarse y parecería que del cielo comenzaron a caer cocodrilos…

Lo que demuestra las altísimas expectativas que grandes sectores sociales tienen empeñadas en el grupo de personas, seres humanos, que van a gobernar el país a partir de diciembre. Y, también, las ganas de destruir su imagen de otros sectores sociales.

Mucho de la boda puede considerarse un exceso, no hay forma de negarlo. Pero es, será siempre un exceso privado. En la medida, y hasta el momento no hay información en ese sentido, en que no haya habido una utilización corrupta del erario no hay tema a perseguir. Si la novia de una persona cercana a López Obrador decidió que quería convidar a los asistentes a su boda langosta, muy su decisión.

Lo que ha hecho crecer el tema, en cuánto a su manoseo público, es su publicitación en la revista “Hola”.

¿Supo César Yáñez que esta revista estaba haciendo un reportaje? ¿Las fotografías publicadas son producto de una intencionalidad de “posar” para ésta? Parece un absurdo desde cualquier punto de vista que Yáñez quisiera ser sujeto de atención de esta revista. No existe ningún elemento en su historia personal para permitir pensarlo así.

Y esto nos trae, otra vez, a la novia. Ya ahora esposa. Porque en estos asuntos es la novia la que entiende, vive, quiere magnificar su boca como un acontecimiento perfecto, único, maravilloso donde su protagonismo es la culminación de una historia personal de éxito. Nos guste o no, la cultura vigente lo asume así.

¿Era necesaria esta publicación? Es obvio que no. ¿Pudo evitarlo César Yáñez? No lo sabemos. Pero si así hubiese sido, también habría críticas por un intento de censura.

Los novios llegaron a una iglesia en Puebla y acudieron a un banquete nupcial en un salón… todo esto de forma pública. Imposible de ocultar porque se transitan calles y se caminan lugares abiertos. Entonces, ¿hacer más público lo público es delito?

Si se hubiese pretendido ocultar lo que sucedía en la fiesta de la boda, lo que tendríamos serían filtraciones interesadas sobre ésta. Que terminarían por hacer el mismo o peor daño.

Lo de la revista “Hola” trae muchas lecciones. Una de ellas se refiere a la naturaleza humana de un grupo de personas que acompañan a quien ganó la elección presidencial. No hay un “Olimpo”. Y qué bueno que así sea, que magnifico que no tengamos “falsos dioses” en el próximo gobierno.

¿Y la congruencia? Habemos muchos que nunca escuchamos a Cesar Yáñez hacer votos de castidad, pobreza, o lo hemos visto utilizando “tuppers”… ¿Eso lo hace mal funcionario? En lo absoluto…

En Tuiter: @isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx Blog: CambioQRR.com


¿Y qué si comieron langosta? ¿Quién contó las flores? ¿Qué cambia la realidad nacional los tres vestidos de la novia?

El escándalo a priori derivado de un evento privado.

Se casó César Yáñez como decidió, porque así sucede, la novia que quería casarse y parecería que del cielo comenzaron a caer cocodrilos…

Lo que demuestra las altísimas expectativas que grandes sectores sociales tienen empeñadas en el grupo de personas, seres humanos, que van a gobernar el país a partir de diciembre. Y, también, las ganas de destruir su imagen de otros sectores sociales.

Mucho de la boda puede considerarse un exceso, no hay forma de negarlo. Pero es, será siempre un exceso privado. En la medida, y hasta el momento no hay información en ese sentido, en que no haya habido una utilización corrupta del erario no hay tema a perseguir. Si la novia de una persona cercana a López Obrador decidió que quería convidar a los asistentes a su boda langosta, muy su decisión.

Lo que ha hecho crecer el tema, en cuánto a su manoseo público, es su publicitación en la revista “Hola”.

¿Supo César Yáñez que esta revista estaba haciendo un reportaje? ¿Las fotografías publicadas son producto de una intencionalidad de “posar” para ésta? Parece un absurdo desde cualquier punto de vista que Yáñez quisiera ser sujeto de atención de esta revista. No existe ningún elemento en su historia personal para permitir pensarlo así.

Y esto nos trae, otra vez, a la novia. Ya ahora esposa. Porque en estos asuntos es la novia la que entiende, vive, quiere magnificar su boca como un acontecimiento perfecto, único, maravilloso donde su protagonismo es la culminación de una historia personal de éxito. Nos guste o no, la cultura vigente lo asume así.

¿Era necesaria esta publicación? Es obvio que no. ¿Pudo evitarlo César Yáñez? No lo sabemos. Pero si así hubiese sido, también habría críticas por un intento de censura.

Los novios llegaron a una iglesia en Puebla y acudieron a un banquete nupcial en un salón… todo esto de forma pública. Imposible de ocultar porque se transitan calles y se caminan lugares abiertos. Entonces, ¿hacer más público lo público es delito?

Si se hubiese pretendido ocultar lo que sucedía en la fiesta de la boda, lo que tendríamos serían filtraciones interesadas sobre ésta. Que terminarían por hacer el mismo o peor daño.

Lo de la revista “Hola” trae muchas lecciones. Una de ellas se refiere a la naturaleza humana de un grupo de personas que acompañan a quien ganó la elección presidencial. No hay un “Olimpo”. Y qué bueno que así sea, que magnifico que no tengamos “falsos dioses” en el próximo gobierno.

¿Y la congruencia? Habemos muchos que nunca escuchamos a Cesar Yáñez hacer votos de castidad, pobreza, o lo hemos visto utilizando “tuppers”… ¿Eso lo hace mal funcionario? En lo absoluto…

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