/ miércoles 6 de diciembre de 2017

Sin gafete / Nota vieja, a quién le importa el financiamiento a campañas…

El señor Luis Alberto de Meneses Weyll era el responsable de una empresa brasileña en nuestro país, Odebrecht, que presuntamente entregó cuatro millones de dólares a Emilio Lozoya para la campaña presidencial del PRI hace seis años.

De esto se ha hablado mucho. Es nota vieja. El señor Lozoya cuenta con un excelente abogado que maneja con sapiencia los medios de comunicación, Javier Coello, y que ha dado respuesta a estas acusaciones.

Lo nuevo es la exhibición del vídeo donde

habla de Meneses.

Escucharlo, verlo, ir dando detalles, como que comieron en un restaurante donde comen los políticos, o que se pactó este “soborno” en la pastelería El Globo de las Lomas, entrega otro panorama de veracidad. No es un hombre desesperado, ni como se ha dicho testigo protegido, sino un empresario seguro de que lo que hizo

era necesario.

Al hablar de su relación con Lozoya permite establecer un parámetro de “asesoría”, que algo mucho más serio que un encuentro esporádico, de participación en contratos en Hidalgo, del “consejo” que les dio, nombre y apellido incluido, para que se asociaran con una constructora mexicana. Eran cuates.

Y, de acuerdo con lo dicho por de Meneses, no les había pedido una “recompensa”, una parte, una comisión o como se prefiera llamarle por esta asesoría que se tradujo en beneficios

económicos.

Hasta aquí lo que vemos, escuchamos, es la lógica de un hombre de negocios.

Lo que sigue, en el vídeo exhibido, es la relación de una petición de 5 millones de dólares para “avanzar”, para fortalecerse en el equipo de Enrique Peña Nieto. Este dinero era para la campaña del PRI.

Nunca dice de Meneses que era una “comisión” para Lozoya.

Para este ejecutivo, de una empresa que está siendo juzgada internacionalmente por su práctica de entregar sobornos, había una lógica. Se trataba de una inversión. Y así se lo hizo saber

a su jefe en Brasil.

Esto es lo que resulta aterrador.

Y, obviamente, otorga una infinita credibilidad. Estamos viendo, escuchando, un testimonio hasta ingenuo. Así son las cosas, parece decir

de Meneses.

Hubo una rebaja, de 5 millones decidieron entregarle 4 millones de dólares. Y sería, en el Globo, frente a un café, Emilio Lozoya quien le dio números y direcciones de varias cuentas de bancos. Aquí es dónde la historia entre en manos de su defensa, que siempre ha argumentado que este dinero no llegó a manos del exdirector

de Pemex.

¿Puede suceder esto? El exdirector de la empresa Odebrecht dice que sí, que así fueron

las cosas.

¿Puede el PRI, en una campaña presidencial, tener este tipo de “inversionistas”? ¿Puede el PRI financiar una campaña presidencial con dinero proveniente de empresarios, gobernadores y demás personas que piensan que esto es una inversión para su futuro?

¿Podríamos estar viendo una situación semejante con la candidatura del señor José Antonio Meade?

Para Javier Coello Trejo, abogado de Lozoya, este vídeo es un “refrito”. Supongo que para muchos millones de mexicanos también. Es una historia ya muy conocida, muy refriteada, muy manoseada, muy exhibida sin que haya

sucedido algo.

Algo en el plano legal, porque la indignación popular no cuenta en esta contabilidad.

El anterior procurador general de la República, Raúl Cervantes, dijo que dejaba listo este expediente. Y ya pasaron varias semanas. Insisto, hablamos de un “refrito” de la realidad.

El candidato del PRI, que en eso se habrá de convertir, José Antonio Meade dijo, en respuesta a un periodista de El País, que hablar sobre la corrupción de este sexenio, de este gobierno, de estos protagonistas, no es el tema por plantearse. Por lo que podemos inferir que de ganar la elección del año próximo no habrá un seguimiento

al tema Odebrecht.

¿Importa? Son solo declaraciones de un implicado en un escándalo internacional, de un hombre de negocios que creyó que era lógico, legítimo, que una persona muy cercana al candidato presidencial que iba adelante en las encuestas, le pidiese millones de dólares como aportación, como inversión a futuro.

Lo dicho: Es nota vieja…

@isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx Blog: CambioQRR.com

El señor Luis Alberto de Meneses Weyll era el responsable de una empresa brasileña en nuestro país, Odebrecht, que presuntamente entregó cuatro millones de dólares a Emilio Lozoya para la campaña presidencial del PRI hace seis años.

De esto se ha hablado mucho. Es nota vieja. El señor Lozoya cuenta con un excelente abogado que maneja con sapiencia los medios de comunicación, Javier Coello, y que ha dado respuesta a estas acusaciones.

Lo nuevo es la exhibición del vídeo donde

habla de Meneses.

Escucharlo, verlo, ir dando detalles, como que comieron en un restaurante donde comen los políticos, o que se pactó este “soborno” en la pastelería El Globo de las Lomas, entrega otro panorama de veracidad. No es un hombre desesperado, ni como se ha dicho testigo protegido, sino un empresario seguro de que lo que hizo

era necesario.

Al hablar de su relación con Lozoya permite establecer un parámetro de “asesoría”, que algo mucho más serio que un encuentro esporádico, de participación en contratos en Hidalgo, del “consejo” que les dio, nombre y apellido incluido, para que se asociaran con una constructora mexicana. Eran cuates.

Y, de acuerdo con lo dicho por de Meneses, no les había pedido una “recompensa”, una parte, una comisión o como se prefiera llamarle por esta asesoría que se tradujo en beneficios

económicos.

Hasta aquí lo que vemos, escuchamos, es la lógica de un hombre de negocios.

Lo que sigue, en el vídeo exhibido, es la relación de una petición de 5 millones de dólares para “avanzar”, para fortalecerse en el equipo de Enrique Peña Nieto. Este dinero era para la campaña del PRI.

Nunca dice de Meneses que era una “comisión” para Lozoya.

Para este ejecutivo, de una empresa que está siendo juzgada internacionalmente por su práctica de entregar sobornos, había una lógica. Se trataba de una inversión. Y así se lo hizo saber

a su jefe en Brasil.

Esto es lo que resulta aterrador.

Y, obviamente, otorga una infinita credibilidad. Estamos viendo, escuchando, un testimonio hasta ingenuo. Así son las cosas, parece decir

de Meneses.

Hubo una rebaja, de 5 millones decidieron entregarle 4 millones de dólares. Y sería, en el Globo, frente a un café, Emilio Lozoya quien le dio números y direcciones de varias cuentas de bancos. Aquí es dónde la historia entre en manos de su defensa, que siempre ha argumentado que este dinero no llegó a manos del exdirector

de Pemex.

¿Puede suceder esto? El exdirector de la empresa Odebrecht dice que sí, que así fueron

las cosas.

¿Puede el PRI, en una campaña presidencial, tener este tipo de “inversionistas”? ¿Puede el PRI financiar una campaña presidencial con dinero proveniente de empresarios, gobernadores y demás personas que piensan que esto es una inversión para su futuro?

¿Podríamos estar viendo una situación semejante con la candidatura del señor José Antonio Meade?

Para Javier Coello Trejo, abogado de Lozoya, este vídeo es un “refrito”. Supongo que para muchos millones de mexicanos también. Es una historia ya muy conocida, muy refriteada, muy manoseada, muy exhibida sin que haya

sucedido algo.

Algo en el plano legal, porque la indignación popular no cuenta en esta contabilidad.

El anterior procurador general de la República, Raúl Cervantes, dijo que dejaba listo este expediente. Y ya pasaron varias semanas. Insisto, hablamos de un “refrito” de la realidad.

El candidato del PRI, que en eso se habrá de convertir, José Antonio Meade dijo, en respuesta a un periodista de El País, que hablar sobre la corrupción de este sexenio, de este gobierno, de estos protagonistas, no es el tema por plantearse. Por lo que podemos inferir que de ganar la elección del año próximo no habrá un seguimiento

al tema Odebrecht.

¿Importa? Son solo declaraciones de un implicado en un escándalo internacional, de un hombre de negocios que creyó que era lógico, legítimo, que una persona muy cercana al candidato presidencial que iba adelante en las encuestas, le pidiese millones de dólares como aportación, como inversión a futuro.

Lo dicho: Es nota vieja…

@isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx Blog: CambioQRR.com