/ lunes 27 de noviembre de 2017

Sin gafete | ¿Qué van a hacer con Ivonne Ortega?

A dos minutos del destape del candidato presidencial, en cuyo nombre irá tatuada la inmensa cercanía de Luis Videgaray con Peña Nieto, quedan hilos sueltos en el PRI que más vale que encuentren la manera de incorporar a su diseño futurista.

El gran elector volvió a ser el Presidente de la República, ese “fiel de la balanza” según López Portillo, que habrá de destapar al que quiera y cuándo decida hacerlo. Como si el PRI siguiese siendo el partido monolítico de hace sesenta o más años.  En un mundo que ha cambiado mucho, en un país que ha sido gobernado por la oposición, de cara a una elección donde la intención de voto a su favor va en tercer lugar.

¿Es que ninguno dentro de las filas del PRI tiene capacidad de disentir sobre la decisión presidencial?

Ahí es donde surge Ivonne Ortega, que ha ganado elecciones, que conoce el sistema político desde sus entrañas, y que parece “encaprichada” en dar la nota fuera de tiempo en este concierto.

Que, además, es mujer.

Ivonne insiste en que le permitan, no más no menos, participar como precandidata.  En que el proceso electoral sea otro, muy diferente del que ya asumieron los priistas.  Ella advierte que los priistas “pueden” no votar por el PRI si no se sienten “incluidos”. Y, obviamente, no lo estarán según sus palabras con el candidato ya destapado por Luis Videgaray que, dice, “se erigió como el gran elector”.

Para la exgobernadora es muy peligroso que se “rompan reglas no escritas” de su partido.

Lo cierto es que quiere, desde hace muchos meses, participar y que no se lo han permitido.

Como la ley electoral dice que habrá una precampaña antes del registro de los candidatos presidenciales, se necesita, según la lógica elemental, competencia.  Y la pregunta es contra quién habrá de participar el “bueno”.  Es decir, el candidato elegido por Enrique Peña Nieto.

¿Aceptaría Ivonne Ortega participar en una contienda que ya está decidida?

O, todavía mejor, hay que preguntar quiénes sí participarían como Patiños, como meros “acompañantes” del que ya ganó la candidatura por decisión unilateral de Los Pinos.

Y aquí es donde surge el nombre de Eruviel Ávila.  Y se entiende, o explica, su nombramiento al frente del PRI de la Ciudad de México, así como sus declaraciones de este fin de semana afirmando que “sigue vivo”, que están firmes sus aspiraciones presidenciales.

¿Será él quien acompañe la precampaña del candidato presidencial del PRI ya ungido?  De todo hay en la viña del Señor.

¿Y los priistas?  ¿De verdad los priistas son tan dóciles como para aceptar la designación de cualquier candidato, incluso uno que no pertenece a su partido, que no pueden identificar como uno de los suyos?

Junto con las interrogantes sobre el destino de Ivonne Ortega hay que ver qué sigue para Miguel Ángel Osorio Chong.  ¿Es posible, útil, pertinente seguir en Gobernación, a cargo de la política y la seguridad del país, después de haber sido precandidato presidencial?

El actual dirigente del PRI, Ochoa Reza, está seguro de seguir en su posición los próximos meses.  ¿Dónde van a acomodar a los que perdieron, al menos los tres perdedores que contendieron públicamente?

Quién pensó, de acuerdo con algunas encuestas, que la próxima elección iba a decidirse a tercios, tal vez deberá cambiar su convicción con la incursión de Margarita Zavala como independiente y Miguel Ángel Mancera por el PRD.  Una elección a “quintos” donde habrá una gran abstención.

En Tuiter: @isabelarvide 

Blog: EstadoMayor.mx 

Blog: CambioQRR.com

A dos minutos del destape del candidato presidencial, en cuyo nombre irá tatuada la inmensa cercanía de Luis Videgaray con Peña Nieto, quedan hilos sueltos en el PRI que más vale que encuentren la manera de incorporar a su diseño futurista.

El gran elector volvió a ser el Presidente de la República, ese “fiel de la balanza” según López Portillo, que habrá de destapar al que quiera y cuándo decida hacerlo. Como si el PRI siguiese siendo el partido monolítico de hace sesenta o más años.  En un mundo que ha cambiado mucho, en un país que ha sido gobernado por la oposición, de cara a una elección donde la intención de voto a su favor va en tercer lugar.

¿Es que ninguno dentro de las filas del PRI tiene capacidad de disentir sobre la decisión presidencial?

Ahí es donde surge Ivonne Ortega, que ha ganado elecciones, que conoce el sistema político desde sus entrañas, y que parece “encaprichada” en dar la nota fuera de tiempo en este concierto.

Que, además, es mujer.

Ivonne insiste en que le permitan, no más no menos, participar como precandidata.  En que el proceso electoral sea otro, muy diferente del que ya asumieron los priistas.  Ella advierte que los priistas “pueden” no votar por el PRI si no se sienten “incluidos”. Y, obviamente, no lo estarán según sus palabras con el candidato ya destapado por Luis Videgaray que, dice, “se erigió como el gran elector”.

Para la exgobernadora es muy peligroso que se “rompan reglas no escritas” de su partido.

Lo cierto es que quiere, desde hace muchos meses, participar y que no se lo han permitido.

Como la ley electoral dice que habrá una precampaña antes del registro de los candidatos presidenciales, se necesita, según la lógica elemental, competencia.  Y la pregunta es contra quién habrá de participar el “bueno”.  Es decir, el candidato elegido por Enrique Peña Nieto.

¿Aceptaría Ivonne Ortega participar en una contienda que ya está decidida?

O, todavía mejor, hay que preguntar quiénes sí participarían como Patiños, como meros “acompañantes” del que ya ganó la candidatura por decisión unilateral de Los Pinos.

Y aquí es donde surge el nombre de Eruviel Ávila.  Y se entiende, o explica, su nombramiento al frente del PRI de la Ciudad de México, así como sus declaraciones de este fin de semana afirmando que “sigue vivo”, que están firmes sus aspiraciones presidenciales.

¿Será él quien acompañe la precampaña del candidato presidencial del PRI ya ungido?  De todo hay en la viña del Señor.

¿Y los priistas?  ¿De verdad los priistas son tan dóciles como para aceptar la designación de cualquier candidato, incluso uno que no pertenece a su partido, que no pueden identificar como uno de los suyos?

Junto con las interrogantes sobre el destino de Ivonne Ortega hay que ver qué sigue para Miguel Ángel Osorio Chong.  ¿Es posible, útil, pertinente seguir en Gobernación, a cargo de la política y la seguridad del país, después de haber sido precandidato presidencial?

El actual dirigente del PRI, Ochoa Reza, está seguro de seguir en su posición los próximos meses.  ¿Dónde van a acomodar a los que perdieron, al menos los tres perdedores que contendieron públicamente?

Quién pensó, de acuerdo con algunas encuestas, que la próxima elección iba a decidirse a tercios, tal vez deberá cambiar su convicción con la incursión de Margarita Zavala como independiente y Miguel Ángel Mancera por el PRD.  Una elección a “quintos” donde habrá una gran abstención.

En Tuiter: @isabelarvide 

Blog: EstadoMayor.mx 

Blog: CambioQRR.com