/ miércoles 20 de diciembre de 2017

Sin Gafete / ¿Tendrá abrido el cerebro?

La de Washington. Y la pareja perfecta, tan jóvenes como inteligentes. Ella rubia para mayor lujo.

Lo malo es que los Murat no han “vendido” su cuento. Antes, al contrario. Su “Camelot” se ha destruido conforme pasa el tiempo. Y ya tiene un año de gobierno en Oaxaca, o de aparecer en público mientras “gobierna” su padre, José Murat, tan cercano al dinero, tan cercano al PRI.

Mítines que impiden el paso, cambios de funcionarios para regresar al pasado, al de Murat papá obvio, descontento, decepción, pobreza y falta de atención a los damnificados significan su gobierno.

Con el agregado del protagonismo de su mujer Ivette, siempre disfrazada de “oaxaqueña”, dando órdenes, recibiendo a funcionarios, “planeando la reconstrucción”, como si fuese la

gobernadora.

Alejandro Murat estudió en el extranjero una maestría. Donde conoció al actual líder del PRI, y lo llevó con su “papá”. También estableció relación “amistosa”, con tanto dinero con que vivió en Nueva York, en los departamentos de lujo que compró su esposa por varios millones de dólares, con sus maestros, a quienes presentó con el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.

Y luego vino el puesto en Toluca y el Infonavit, con un sueldo millonario, como si le hiciera falta el dinero. Para convertirse en candidato del PRI al gobierno de Oaxaca.

Esto es historia pública.

Lo que no sabíamos es que no sabe hablar español. O que acude a las giras presidenciales con droga o alcohol, o por lo menos medicado, con alguna sustancia en su organismo que hacía que perdiese capacidad de hilar una idea, y dijese palabras a medias, como sucedió en la visita de Peña Nieto a Oaxaca para inaugurar el programa de Zonas Económicas.

Frente al micrófono, mientras Peña Nieto no lograba ocultar su asombro, Alejandro Murat dijo el presidente había “abrido” un camino.

¿Abrido? Sí, así, con todas sus letras, en lugar de abierto. ¿Qué puede justificar esto? ¿Una mala mañana, una

resaca?

Hubiese sido un error gramatical digno de muchos memes y comentarios en redes sociales, pero no paró ahí. Al contrario. Después del “abrido”, como consta en la grabación de su intervención oficial, pública, Murat siguió desvariando. Y hablando como si el idioma español no tuviese reglas. Trastabillando.

Dijo “lo retuvimos” en referencia a quién sabe qué… queriendo decir que lo habían recibido. Luego habló de proyectos de “alto cavado en la parte agrícola”… y así se fue. Que Carlos V le dijo a Hernán Cortés del “subreste” mexicano, que un montón de frases trastrabilladas como si estuviese fuera de sí mismo. Habló de “nuestros paisanes”, de cosas que, si no “queremos que sigan igual, hagámoslas diferentes”.

Y tartamudeó, atropelló todo su discurso para finalizar con la “solidaridad solidaria”.

¿Tendrá algo semejante a la dislexia verbal?

Todos los funcionarios ahí presentes estaban tan apenados, como se mira en la grabación, que comenzaban a aplaudir, esperanzados de que Murat terminase de hablar, lo que siguió haciendo mientras se columpiaba alternando pie, como si tuviese alguna necesidad fisiológica urgente.

¿Qué tuvo qué pasar para que el joven Murat mostrase su verdadero

rostro?

¿Habrá aprobado secundaría, preparatoria, o todas las calificaciones se las regalaron?

En el inicio de la contienda electoral, cuando el PRI comienza con tan malos augurios, triste favor le hace al partido la exhibición de un joven gobernador que no tiene suficiente control para pronunciar, leer porque llevaba hojas escritas, un discurso frente al primer mandatario y el Gabinete.

 

@isabelarvide

EstadoMayor.mx

CambioQRR.com

La de Washington. Y la pareja perfecta, tan jóvenes como inteligentes. Ella rubia para mayor lujo.

Lo malo es que los Murat no han “vendido” su cuento. Antes, al contrario. Su “Camelot” se ha destruido conforme pasa el tiempo. Y ya tiene un año de gobierno en Oaxaca, o de aparecer en público mientras “gobierna” su padre, José Murat, tan cercano al dinero, tan cercano al PRI.

Mítines que impiden el paso, cambios de funcionarios para regresar al pasado, al de Murat papá obvio, descontento, decepción, pobreza y falta de atención a los damnificados significan su gobierno.

Con el agregado del protagonismo de su mujer Ivette, siempre disfrazada de “oaxaqueña”, dando órdenes, recibiendo a funcionarios, “planeando la reconstrucción”, como si fuese la

gobernadora.

Alejandro Murat estudió en el extranjero una maestría. Donde conoció al actual líder del PRI, y lo llevó con su “papá”. También estableció relación “amistosa”, con tanto dinero con que vivió en Nueva York, en los departamentos de lujo que compró su esposa por varios millones de dólares, con sus maestros, a quienes presentó con el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.

Y luego vino el puesto en Toluca y el Infonavit, con un sueldo millonario, como si le hiciera falta el dinero. Para convertirse en candidato del PRI al gobierno de Oaxaca.

Esto es historia pública.

Lo que no sabíamos es que no sabe hablar español. O que acude a las giras presidenciales con droga o alcohol, o por lo menos medicado, con alguna sustancia en su organismo que hacía que perdiese capacidad de hilar una idea, y dijese palabras a medias, como sucedió en la visita de Peña Nieto a Oaxaca para inaugurar el programa de Zonas Económicas.

Frente al micrófono, mientras Peña Nieto no lograba ocultar su asombro, Alejandro Murat dijo el presidente había “abrido” un camino.

¿Abrido? Sí, así, con todas sus letras, en lugar de abierto. ¿Qué puede justificar esto? ¿Una mala mañana, una

resaca?

Hubiese sido un error gramatical digno de muchos memes y comentarios en redes sociales, pero no paró ahí. Al contrario. Después del “abrido”, como consta en la grabación de su intervención oficial, pública, Murat siguió desvariando. Y hablando como si el idioma español no tuviese reglas. Trastabillando.

Dijo “lo retuvimos” en referencia a quién sabe qué… queriendo decir que lo habían recibido. Luego habló de proyectos de “alto cavado en la parte agrícola”… y así se fue. Que Carlos V le dijo a Hernán Cortés del “subreste” mexicano, que un montón de frases trastrabilladas como si estuviese fuera de sí mismo. Habló de “nuestros paisanes”, de cosas que, si no “queremos que sigan igual, hagámoslas diferentes”.

Y tartamudeó, atropelló todo su discurso para finalizar con la “solidaridad solidaria”.

¿Tendrá algo semejante a la dislexia verbal?

Todos los funcionarios ahí presentes estaban tan apenados, como se mira en la grabación, que comenzaban a aplaudir, esperanzados de que Murat terminase de hablar, lo que siguió haciendo mientras se columpiaba alternando pie, como si tuviese alguna necesidad fisiológica urgente.

¿Qué tuvo qué pasar para que el joven Murat mostrase su verdadero

rostro?

¿Habrá aprobado secundaría, preparatoria, o todas las calificaciones se las regalaron?

En el inicio de la contienda electoral, cuando el PRI comienza con tan malos augurios, triste favor le hace al partido la exhibición de un joven gobernador que no tiene suficiente control para pronunciar, leer porque llevaba hojas escritas, un discurso frente al primer mandatario y el Gabinete.

 

@isabelarvide

EstadoMayor.mx

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