/ domingo 3 de noviembre de 2019

Sin municipios no hay nación

Al margen de cualquier teoría, el municipio está integrado por personas que conviven en la diaria realidad con necesidades comunes en su vida cotidiana, que buscan satisfacer mediante servicios también comunes, que deben prestarse en condiciones accesibles y semejantes para todos.

Adolfo Christlieb Ibarrola

La semana pasada conocimos que una manifestación de alcaldes de varios partidos políticos, asistió a Palacio Nacional a exigir recursos para los municipios y fueron recibidos con gas lacrimógeno.

Más allá de la reprobable respuesta de los colaboradores de la Presidencia de la República y de las absurdas y desafortunadas declaraciones en donde afirman que la manifestación de alcaldes (en la que estuve presente) era una provocación al gobierno, la represión con gas lacrimógeno evidenció un problema que los ayuntamientos han cargado todo el año: la reducción presupuestal y la centralización de funciones por parte del gobierno federal.

El municipio es el eslabón de la función pública más cercano a los ciudadanos y donde se atienden la inmensa mayoría de los problemas, al menos los más inmediatos. Desde la recolección de basura o las podas, hasta las obras públicas, el gobierno municipal es el encargado de mejorar la realidad inmediata de los ciudadanos y el espacio público donde la pobreza y las necesidades tienen rostro, nombre y apellido.

La Cámara de Diputados tiene dentro de sus atribuciones la posibilidad de facilitar recursos para proyectos en municipios y aunque en la construcción del presupuesto para el 2019 se recibieron proyectos de cientos de alcaldes, los recursos no llegaron a su destino. Este año, en la construcción del presupuesto 2020 ni siquiera se abrieron las ventanillas para los alcaldes, porque todo se está controlando desde el ejecutivo y no tiene caso levantar falsas esperanzas en los munícipes.

Lejos de los grandes proyectos gubernamentales, como la refinería de Dos Bocas o el aeropuerto que empezaron a construir en Santa Lucía, los gobiernos municipales enfrentan las necesidades próximas como los caminos rurales, los parques y las instalaciones deportivas y culturales. Decía don Manuel Gómez Morin, fundador del PAN, que el municipio es apenas un grado más allá de la familia; que es todavía hogar pero ya es patria y por ello es el espacio más importante para el desarrollo personal.

Las declaraciones del presidente López Obrador en las que sugiere a los alcaldes medidas de austeridad y combate a la corrupción son inaceptables y no sólo porque atentan contra el federalismo, contra el municipalismo y contra los equilibrios democráticos, sino porque banaliza las necesidades inmediatas de las personas.

No toda erogación es corrupción y existen controles para que se pueda garantizar la asignación y el ejercicio transparente de los recursos. La nación está en los municipios y en la vida cotidiana con necesidades comunes, no en los discursos demagógicos, ni en las acusaciones sin contenido para justificar actos represivos.

@JCRomeroHicks

Al margen de cualquier teoría, el municipio está integrado por personas que conviven en la diaria realidad con necesidades comunes en su vida cotidiana, que buscan satisfacer mediante servicios también comunes, que deben prestarse en condiciones accesibles y semejantes para todos.

Adolfo Christlieb Ibarrola

La semana pasada conocimos que una manifestación de alcaldes de varios partidos políticos, asistió a Palacio Nacional a exigir recursos para los municipios y fueron recibidos con gas lacrimógeno.

Más allá de la reprobable respuesta de los colaboradores de la Presidencia de la República y de las absurdas y desafortunadas declaraciones en donde afirman que la manifestación de alcaldes (en la que estuve presente) era una provocación al gobierno, la represión con gas lacrimógeno evidenció un problema que los ayuntamientos han cargado todo el año: la reducción presupuestal y la centralización de funciones por parte del gobierno federal.

El municipio es el eslabón de la función pública más cercano a los ciudadanos y donde se atienden la inmensa mayoría de los problemas, al menos los más inmediatos. Desde la recolección de basura o las podas, hasta las obras públicas, el gobierno municipal es el encargado de mejorar la realidad inmediata de los ciudadanos y el espacio público donde la pobreza y las necesidades tienen rostro, nombre y apellido.

La Cámara de Diputados tiene dentro de sus atribuciones la posibilidad de facilitar recursos para proyectos en municipios y aunque en la construcción del presupuesto para el 2019 se recibieron proyectos de cientos de alcaldes, los recursos no llegaron a su destino. Este año, en la construcción del presupuesto 2020 ni siquiera se abrieron las ventanillas para los alcaldes, porque todo se está controlando desde el ejecutivo y no tiene caso levantar falsas esperanzas en los munícipes.

Lejos de los grandes proyectos gubernamentales, como la refinería de Dos Bocas o el aeropuerto que empezaron a construir en Santa Lucía, los gobiernos municipales enfrentan las necesidades próximas como los caminos rurales, los parques y las instalaciones deportivas y culturales. Decía don Manuel Gómez Morin, fundador del PAN, que el municipio es apenas un grado más allá de la familia; que es todavía hogar pero ya es patria y por ello es el espacio más importante para el desarrollo personal.

Las declaraciones del presidente López Obrador en las que sugiere a los alcaldes medidas de austeridad y combate a la corrupción son inaceptables y no sólo porque atentan contra el federalismo, contra el municipalismo y contra los equilibrios democráticos, sino porque banaliza las necesidades inmediatas de las personas.

No toda erogación es corrupción y existen controles para que se pueda garantizar la asignación y el ejercicio transparente de los recursos. La nación está en los municipios y en la vida cotidiana con necesidades comunes, no en los discursos demagógicos, ni en las acusaciones sin contenido para justificar actos represivos.

@JCRomeroHicks