Hace una semana, el pasado sábado 23, fue para México un día espléndido, no me refiero solo al clima: la selección de México nos regaló un extraordinario triunfo ante Corea por lo que muchos decidimos lanzarnos al festejo en el Ángel de la Independencia.
Pero no solo el triunfo: ese día se dieron una serie de hechos que nos llevan a reconocer que esta sociedad mexicana, tan resentida, enojada y confrontada, no pierde el espíritu de entrega, de solidaridad, de lucha y de alegría tan característicos en nosotros: si únicamente hace falta tantito ejemplo de educación y también reaccionamos!!!
Y para muestra, baste ver qué, ante las amenazas de la FIFA respecto a sanciones para acabar con el famoso grito de eeeehhhhh…., nuestros connacionales asistentes a Rusia decidieron terminar con él y adoptar nuevas porras, nuevos coros dedicados a los héroes mundialistas como Irving Lozano y el Profe Ososrio…
Y ya entrados en gastos, los viajeros aprendieron también del ejemplo de la afición japonesa: al final de los partidos se toman un momento para recoger vasos, bolsas, papeles, en fin la basura repartida en el estadio durante los partidos.
Pero no solo eso sucedió en día 23: comencé esta entrega señalando la decisión de muchos de nosotros para trasladarnos al tradicional festejo en el Ángel de la Independencia en donde a la vez se realizaba el festejo anual de la comunidad lésbico- gay, un desfile programado desde hace mucho tiempo para el sábado 23 de junio, y siendo que por primera vez en la historia mundialista México lograba dos victorias seguidas ante Alemania y Corea, comenzamos a soñar con el siempre anhelado cuarto partido que, en el denominado “grupo de la muerte”, finalmente se consiguió gracias nuevamente al triunfo de la selección de Corea del Sur ante su similar de Alemania… del partido Suecia vs. México mejor ni hablamos…
El caso es que en el mismo Ángel en donde se daba la marcha más festiva, orgullosa y alegre de México, nos juntamos todos, confundimos banderas de México con las del arcoíris, y marchamos celebrando en paz, de fiesta, conviviendo como mexicanos, sin importar sexo, credo, ideología y religión: esto es México, esta es el hambre de triunfo y de liderazgo que tenemos, esta es la alegría y la generosidad de la sociedad que hoy se encuentra tan polarizada, pero que tanto puede aportar.
Hoy tenemos una cita con la civilidad, saldremos a las urnas y, en lo que indiscutiblemente será un proceso electoral histórico, durante la semana confirmaremos quiénes ha decidido el pueblo que serán sus próximos gobernantes y representantes legislativos. Y al haber participado y recordar el júbilo y la armonía que ha despertado la selección nacional de futbol, confirmo que todo es posible con orden, unión, respeto y solidaridad; independientemente de ideología y carisma, los mexicanos somos más que un partido o una persona…
A partir de mañana –sin perdernos el México- Brasil por supuesto-, limemos asperezas y vayamos a la reconciliación, y por el bien de México, que gane el mejor. Así sea!!!
