/ domingo 26 de enero de 2020

Sobre la actuación de la Guardia Nacional en la crisis migratoria

Ingresar por la fuerza a un país, en cualquier parte del mundo, constituye un delito. No obstante, hay atenuantes ante dicha situación. Por causas de violencia criminal (como es el caso), por conflictos armados (de cualquier tipo), por efectos del cambio climático e incluso, por razones políticas, las autoridades del país huésped o de paso, deben actuar con tiento. Recordemos que en la crisis migratoria –procedente de Centroamérica, México no es el destino deseado por sus integrantes, sino los Estados Unidos.

Para tratar de controlar una verdadera marea humana por el territorio de nuestro país, es necesario contar primero, con un Instituto Nacional de Migración y autoridades locales, que procesen la naturales presiones y demanda de servicios que la caravana de migrantes demanda. Es lago mucho más profundo que el reclamo a los Derechos Humanos, se trata de salvaguardar la vida misma de cada uno de sus integrantes. Los cuadros de violencia, histeria colectiva, los heridos, las condiciones insalubres y demás consecuencias de un ingreso desordenado y tumultuario a nuestro país, por tanto, debe ser atendido con anticipación.

La presencia y actuación de la Guardia Nacional y de sus integrantes, ha sido criticada. Pero a decir verdad, las opciones para contener y controlar el ingreso masivo desordenado, requiere de la fuerza también organizada del Estado mexicano. Por dramáticas experiencias, sabemos en México, lo que sucede cuando el Estado abjura de sus responsabilidades ante el desafío de la violencia criminal común y organizada. En esas circunstancias, la nueva corporación para acciones de Seguridad Intermedia, ha actuado sí con fuerza, pero sin mayores consecuencias sobre la integridad de los migrantes.

Criticar desde la comodidad de una oficina con aire acondicionas (hoy con calefacción) y señalar qué y cómo se debe actuar, sin siquiera acudir al escenario o mejor aún, asistirse de información específica sobre el terreno, produce un ambiente en donde las acusaciones lo único que hacen es enrarecer el ambiente, de por sí tenso. La actuación de los integrantes de la Guardia Nacional ha sido fuerte, pero sin excesos. Esto debe tenerse en consideración, dado que los soldados procedentes de las filas de la Policía Militar –en su gran mayoría, están demostrando en los hechos que la capacitación y adoctrinamiento, están dando buenos resultados.

Desde luego que las posibilidades de nuevas y difíciles situaciones se van a presentar. Pero corresponde a las autoridades civiles, locales y federales, prever que esas circunstancias sean esporádicas. En esos términos, la Guardia Nacional, con una agenda sobrecargada de tareas y exigencias, pueda mejor contribuir, en acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, a la deportación o paso, de cada uno de los migrantes.

No hay duda de que se trata de una difícil prueba. Pero si hay disposición para prever y organizar la presencia de los migrantes forzados, habrá un merecido reconocimiento a la buena labor de los integrantes de las instituciones.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso


Ingresar por la fuerza a un país, en cualquier parte del mundo, constituye un delito. No obstante, hay atenuantes ante dicha situación. Por causas de violencia criminal (como es el caso), por conflictos armados (de cualquier tipo), por efectos del cambio climático e incluso, por razones políticas, las autoridades del país huésped o de paso, deben actuar con tiento. Recordemos que en la crisis migratoria –procedente de Centroamérica, México no es el destino deseado por sus integrantes, sino los Estados Unidos.

Para tratar de controlar una verdadera marea humana por el territorio de nuestro país, es necesario contar primero, con un Instituto Nacional de Migración y autoridades locales, que procesen la naturales presiones y demanda de servicios que la caravana de migrantes demanda. Es lago mucho más profundo que el reclamo a los Derechos Humanos, se trata de salvaguardar la vida misma de cada uno de sus integrantes. Los cuadros de violencia, histeria colectiva, los heridos, las condiciones insalubres y demás consecuencias de un ingreso desordenado y tumultuario a nuestro país, por tanto, debe ser atendido con anticipación.

La presencia y actuación de la Guardia Nacional y de sus integrantes, ha sido criticada. Pero a decir verdad, las opciones para contener y controlar el ingreso masivo desordenado, requiere de la fuerza también organizada del Estado mexicano. Por dramáticas experiencias, sabemos en México, lo que sucede cuando el Estado abjura de sus responsabilidades ante el desafío de la violencia criminal común y organizada. En esas circunstancias, la nueva corporación para acciones de Seguridad Intermedia, ha actuado sí con fuerza, pero sin mayores consecuencias sobre la integridad de los migrantes.

Criticar desde la comodidad de una oficina con aire acondicionas (hoy con calefacción) y señalar qué y cómo se debe actuar, sin siquiera acudir al escenario o mejor aún, asistirse de información específica sobre el terreno, produce un ambiente en donde las acusaciones lo único que hacen es enrarecer el ambiente, de por sí tenso. La actuación de los integrantes de la Guardia Nacional ha sido fuerte, pero sin excesos. Esto debe tenerse en consideración, dado que los soldados procedentes de las filas de la Policía Militar –en su gran mayoría, están demostrando en los hechos que la capacitación y adoctrinamiento, están dando buenos resultados.

Desde luego que las posibilidades de nuevas y difíciles situaciones se van a presentar. Pero corresponde a las autoridades civiles, locales y federales, prever que esas circunstancias sean esporádicas. En esos términos, la Guardia Nacional, con una agenda sobrecargada de tareas y exigencias, pueda mejor contribuir, en acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, a la deportación o paso, de cada uno de los migrantes.

No hay duda de que se trata de una difícil prueba. Pero si hay disposición para prever y organizar la presencia de los migrantes forzados, habrá un merecido reconocimiento a la buena labor de los integrantes de las instituciones.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso