/ domingo 1 de agosto de 2021

Sobre la agudización de la pandemia

La continuidad, mutación y agresividad del virus, que ahora ha extendido sus letales efectos a sectores demográficos como la niñez, adolecentes y jóvenes, va a exigir a la brevedad, respuestas coordinadas y continuadas de los países en todo el mundo. La globalización de la respuesta, es en sí misma, una derrota al aislacionismo, construcción de muros o medidas restrictivas en las de por sí, conflictivas fronteras. La situación de no atenderse de forma multilateral, amenaza extenderse en el tiempo y en sus imprevisibles efectos.

El prestigiado y reconocido filósofo y politólogo canadiense, Daniel Innerarity, publicó el libro Pandemocracia. Una filosofía de la crisis del coronavirus (ed. Galaxia Gutenberg) que en tan sólo cuatro meses, lleva tres ediciones en español, con aportaciones y reflexiones, que en medio de la creciente expansión de los contagios en la mayor parte del mundo, vale considerar respecto de las consecuencias permanentes que tendrá y tiene ya, la pandemia. Más aún, cuando en días recientes, ciudades en Francia o Estados Unidos, han vuelto al semáforo rojo, así como la aplicación de medidas de confinamiento obligatorias.

Una de las primeras aportaciones, en apariencia obvia, pero que no lo es, se refiere, a que los instrumentos y recursos de los gobiernos y los sectores de salud (públicos o privados), está diseñados para hacerle frente a una epidemia, pero de ninguna forma a una pandemia, que involucra a una muy larga serie de medidas que deben aplicarse bajo convenciones de organismos multilaterales y gobiernos, para estar en condiciones mínimas o básicas, para procesar los efectos de covid 19. Es una realidad, que hasta el momento, se persiste en la natural competencia por la efectividad de la vacuna, también respecto del cierre o control estricto de las fronteras, tal como sucede con la de México y la de Estados Unidos, que no hay fecha para su gradual reapertura.

Por lo que hace a los sistemas sociales y sus integrantes, una lección que afectará en definitiva, es suponer que pueden construirse caminos o rutas de desarrollo personal, sin a penas tomar en cuanta las colectividades que nos rodean en todas, sin excepción, todas nuestras actividades. Compartir las emociones o las expectativas, en las condiciones del confinamiento, condujo a que se crearan de manera espontánea redes familiares y vecinales de apoyo. Los servicios de atención psicológica, son parte ahora de un recursos sustancial para reducir la violencia intrafamiliar y la de género.

Otras lección, desde mi punto de vista, es impedir que la improvisación guíe las decisiones en los siguientes meses, sobre todo en lo que concierne a la cooperación internacional y regional. Este punto, también es una evidencia de que la política exterior y las Relaciones Internacionales, han adquirido un relevante papel en materia de salud pública. Debemos aprender de los errores del pasado inmediato.


javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

La continuidad, mutación y agresividad del virus, que ahora ha extendido sus letales efectos a sectores demográficos como la niñez, adolecentes y jóvenes, va a exigir a la brevedad, respuestas coordinadas y continuadas de los países en todo el mundo. La globalización de la respuesta, es en sí misma, una derrota al aislacionismo, construcción de muros o medidas restrictivas en las de por sí, conflictivas fronteras. La situación de no atenderse de forma multilateral, amenaza extenderse en el tiempo y en sus imprevisibles efectos.

El prestigiado y reconocido filósofo y politólogo canadiense, Daniel Innerarity, publicó el libro Pandemocracia. Una filosofía de la crisis del coronavirus (ed. Galaxia Gutenberg) que en tan sólo cuatro meses, lleva tres ediciones en español, con aportaciones y reflexiones, que en medio de la creciente expansión de los contagios en la mayor parte del mundo, vale considerar respecto de las consecuencias permanentes que tendrá y tiene ya, la pandemia. Más aún, cuando en días recientes, ciudades en Francia o Estados Unidos, han vuelto al semáforo rojo, así como la aplicación de medidas de confinamiento obligatorias.

Una de las primeras aportaciones, en apariencia obvia, pero que no lo es, se refiere, a que los instrumentos y recursos de los gobiernos y los sectores de salud (públicos o privados), está diseñados para hacerle frente a una epidemia, pero de ninguna forma a una pandemia, que involucra a una muy larga serie de medidas que deben aplicarse bajo convenciones de organismos multilaterales y gobiernos, para estar en condiciones mínimas o básicas, para procesar los efectos de covid 19. Es una realidad, que hasta el momento, se persiste en la natural competencia por la efectividad de la vacuna, también respecto del cierre o control estricto de las fronteras, tal como sucede con la de México y la de Estados Unidos, que no hay fecha para su gradual reapertura.

Por lo que hace a los sistemas sociales y sus integrantes, una lección que afectará en definitiva, es suponer que pueden construirse caminos o rutas de desarrollo personal, sin a penas tomar en cuanta las colectividades que nos rodean en todas, sin excepción, todas nuestras actividades. Compartir las emociones o las expectativas, en las condiciones del confinamiento, condujo a que se crearan de manera espontánea redes familiares y vecinales de apoyo. Los servicios de atención psicológica, son parte ahora de un recursos sustancial para reducir la violencia intrafamiliar y la de género.

Otras lección, desde mi punto de vista, es impedir que la improvisación guíe las decisiones en los siguientes meses, sobre todo en lo que concierne a la cooperación internacional y regional. Este punto, también es una evidencia de que la política exterior y las Relaciones Internacionales, han adquirido un relevante papel en materia de salud pública. Debemos aprender de los errores del pasado inmediato.


javierolivaposada@gmail.com

@JOPso