/ viernes 10 de enero de 2020

Sobre la credencial para votar con fotografía

El mes pasado inició la producción del nuevo modelo de la credencial para votar con fotografía. Además de que dicho medio de identificación de las y los mexicanos tiene algunos cambios en su aspecto físico, incorpora nuevos mecanismos de seguridad que facilitan la verificación de su autenticidad tanto a las instituciones como a la ciudadanía. De ahí que siga siendo válido afirmar que la credencial que emite el INE es el documento gratuito más seguro y confiable del Estado mexicano.

Los cambios no significan que el anterior formato de credencial haya perdido confiablidad, ni dejen de ser vigentes. Al contrario. Las medidas de seguridad que se incorporan al nuevo formato, como dos nuevos códigos QR al reverso, solamente la fortalecen al permitir garantizar de mejor forma la autenticidad de la credencial, así como protección de los datos personales del titular.

El nuevo formato de la credencial para votar con fotografía incorpora un código QR de alta densidad que permitirá a los particulares, a través de una aplicación móvil diseñada por el INE para cualquier teléfono inteligente, verificar si una credencial es producida por la autoridad electoral.

El otro código QR que se incluye permite que las instituciones públicas o privadas verifiquen, a partir de una aplicación especial que también desarrollará el INE, si la credencial que se presenta es auténtica y si los datos que contiene el plástico corresponden a la persona que la porta.

Lo anterior es importante si se considera que la finalidad de la credencial para votar con fotografía que expide el INE no se agota con la función electoral. Es decir, si bien es cierto que dicho documento sirve para garantizar que el voto sea ejercido efectivamente por el titular de la credencial, también es que desde hace casi tres décadas ésta sirve para garantizar el derecho a la identidad de las y los mexicanos.

Por esa razón es usada por la ciudadanía en la cotidianeidad y merece contar con las medidas de seguridad que sean necesarias para generar certeza de que dicha credencial acredita la identidad de quien la posee. No podemos pasar por alto que el delito de robo de identidad en México es una actividad que sigue en aumento.

Según datos del Banco de México, nuestro país ocupa el octavo lugar a nivel mundial en este delito y el segundo lugar a nivel Latinoamérica. En el 67% de los casos la usurpación de identidad se presenta por la pérdida de documentos y en el 63% es por el robo de carteras y portafolios. De hecho, en distintos medios de comunicación se reportó que, durante el primer semestre del año pasado, la CONDUSEF había señalado un aumento en las reclamaciones por la comisión de dicho ilícito en comparación con el mismo periodo de 2018.

De ahí la importancia y necesidad de las modificaciones hechas al nuevo modelo de credencial para votar con fotografía. La realidad existente sobre el robo de identidad demanda de todas las instituciones del Estado mexicano que se tomen las medidas necesarias en el ámbito de sus atribuciones a fin de garantizar la protección al ejercicio de un derecho.

El INE no es la excepción. La credencial para votar con fotografía es un documento que, por la constante actualización y debido cuidado en el manejo de la información que contiene, garantiza certeza en el ejercicio de los derechos fundamentales al voto y a la identidad

Precisamente por eso es inviable la propuesta legislativa de cobrar las reposiciones a la credencial para votar con fotografía por motivos de pérdida o extravío. Si bien es cierto que ésta se orienta a permitir que la autoridad electoral obtenga recursos cada vez más necesarios debido a los inexplicables recortes presupuestarios, se estaría obligando al ciudadano o ciudadana a pagar una determinada cantidad económica para estar en aptitud de ejercer al menos un derecho fundamental.

Hoy existe la pretensión de la Secretaría de Gobernación de que el INE le transfiera datos que la ciudadanía entregó para la obtención de la credencial para votar con fotografía. La razón es construir la cédula de identidad ciudadana. Es decir, otro documento que garantice el derecho a la identidad de las y los mexicanos, con la diferencia de que también se empadronaría a los menores de edad.

El INE ha sostenido que basta con la firma de un convenio con dicha Secretaría para que el mismo Instituto también credencialice a los menores de edad. La infraestructura para su producción por parte de la autoridad electoral ya está instalada y probada. El INE cuenta con más de mil módulos, lo cual implicaría generar ahorros sustanciales en ese proceso. Además, los datos personales de las y los mexicanos, sin importar la edad, estarían bajo el resguardo de una institución autónoma confiable que ha garantizado a lo largo de muchos años su debido cuidado. El INE y el entonces IFE así lo han demostrado. El tema es voluntad.

*Jefe de oficina de la presidencia del Consejo General del INE.

El mes pasado inició la producción del nuevo modelo de la credencial para votar con fotografía. Además de que dicho medio de identificación de las y los mexicanos tiene algunos cambios en su aspecto físico, incorpora nuevos mecanismos de seguridad que facilitan la verificación de su autenticidad tanto a las instituciones como a la ciudadanía. De ahí que siga siendo válido afirmar que la credencial que emite el INE es el documento gratuito más seguro y confiable del Estado mexicano.

Los cambios no significan que el anterior formato de credencial haya perdido confiablidad, ni dejen de ser vigentes. Al contrario. Las medidas de seguridad que se incorporan al nuevo formato, como dos nuevos códigos QR al reverso, solamente la fortalecen al permitir garantizar de mejor forma la autenticidad de la credencial, así como protección de los datos personales del titular.

El nuevo formato de la credencial para votar con fotografía incorpora un código QR de alta densidad que permitirá a los particulares, a través de una aplicación móvil diseñada por el INE para cualquier teléfono inteligente, verificar si una credencial es producida por la autoridad electoral.

El otro código QR que se incluye permite que las instituciones públicas o privadas verifiquen, a partir de una aplicación especial que también desarrollará el INE, si la credencial que se presenta es auténtica y si los datos que contiene el plástico corresponden a la persona que la porta.

Lo anterior es importante si se considera que la finalidad de la credencial para votar con fotografía que expide el INE no se agota con la función electoral. Es decir, si bien es cierto que dicho documento sirve para garantizar que el voto sea ejercido efectivamente por el titular de la credencial, también es que desde hace casi tres décadas ésta sirve para garantizar el derecho a la identidad de las y los mexicanos.

Por esa razón es usada por la ciudadanía en la cotidianeidad y merece contar con las medidas de seguridad que sean necesarias para generar certeza de que dicha credencial acredita la identidad de quien la posee. No podemos pasar por alto que el delito de robo de identidad en México es una actividad que sigue en aumento.

Según datos del Banco de México, nuestro país ocupa el octavo lugar a nivel mundial en este delito y el segundo lugar a nivel Latinoamérica. En el 67% de los casos la usurpación de identidad se presenta por la pérdida de documentos y en el 63% es por el robo de carteras y portafolios. De hecho, en distintos medios de comunicación se reportó que, durante el primer semestre del año pasado, la CONDUSEF había señalado un aumento en las reclamaciones por la comisión de dicho ilícito en comparación con el mismo periodo de 2018.

De ahí la importancia y necesidad de las modificaciones hechas al nuevo modelo de credencial para votar con fotografía. La realidad existente sobre el robo de identidad demanda de todas las instituciones del Estado mexicano que se tomen las medidas necesarias en el ámbito de sus atribuciones a fin de garantizar la protección al ejercicio de un derecho.

El INE no es la excepción. La credencial para votar con fotografía es un documento que, por la constante actualización y debido cuidado en el manejo de la información que contiene, garantiza certeza en el ejercicio de los derechos fundamentales al voto y a la identidad

Precisamente por eso es inviable la propuesta legislativa de cobrar las reposiciones a la credencial para votar con fotografía por motivos de pérdida o extravío. Si bien es cierto que ésta se orienta a permitir que la autoridad electoral obtenga recursos cada vez más necesarios debido a los inexplicables recortes presupuestarios, se estaría obligando al ciudadano o ciudadana a pagar una determinada cantidad económica para estar en aptitud de ejercer al menos un derecho fundamental.

Hoy existe la pretensión de la Secretaría de Gobernación de que el INE le transfiera datos que la ciudadanía entregó para la obtención de la credencial para votar con fotografía. La razón es construir la cédula de identidad ciudadana. Es decir, otro documento que garantice el derecho a la identidad de las y los mexicanos, con la diferencia de que también se empadronaría a los menores de edad.

El INE ha sostenido que basta con la firma de un convenio con dicha Secretaría para que el mismo Instituto también credencialice a los menores de edad. La infraestructura para su producción por parte de la autoridad electoral ya está instalada y probada. El INE cuenta con más de mil módulos, lo cual implicaría generar ahorros sustanciales en ese proceso. Además, los datos personales de las y los mexicanos, sin importar la edad, estarían bajo el resguardo de una institución autónoma confiable que ha garantizado a lo largo de muchos años su debido cuidado. El INE y el entonces IFE así lo han demostrado. El tema es voluntad.

*Jefe de oficina de la presidencia del Consejo General del INE.