/ martes 27 de noviembre de 2018

Superdelegados de AMLO=supercandidatos

Otra decisión del presidente electo que ha generado también múltiples reacciones en contra, es la creación de delegados únicos del gobierno federal ante los estados. En vista del gran poder que concentrarán no resulta extraño que se les conozca ya como los superdelegados, y que se les haya calificado de procónsules o virreyes, enviados desde la metrópoli central para controlar a sus colonias.

Si nos colocamos desde la perspectiva de los intereses particulares de AMLO y de su partido Morena, descubriremos que la creación de los superdelegados contiene un objetivo de especial trascendencia. Tengamos en cuenta que se trata de un partido recién nacido que carece tanto de arraigo como de sólidas estructuras y militancia en la mayor parte del país. Sólo gobierna tres entidades federativas y todas fueron logradas en las últimas elecciones.

Por lo tanto, si se quiere consolidar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y Morena para prolongar sus mandatos, resulta imprescindible fortalecerlos.

Desde esa interesada perspectiva es indudable que con la creación de los superdelegados nos encontramos ante una habilidosa, maquiavélica y muy favorable estrategia de fortalecimiento. Mediante estos nuevos y poderosos personajes políticos que competirán con enormes ventajas, mucho se robustecen las posibilidades de que el partido estricta propiedad de López Obrador y él mismo vayan conquistando el mayor número de gubernaturas posible.

Pero si vemos el panorama desde la perspectiva del interés general del país la adición del artículo 17 Ter a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, con su creación de las Delegaciones de Programas para el Desarrollo o superdelegaciones, nos topamos con que si bien se les trata de justificar argumentando considerables ahorros presupuestales, resulta obvio que el objetivo fundamental es estrictamente político.

amartinezv@derecho.unam.mx

@AlejoMVendrell

Otra decisión del presidente electo que ha generado también múltiples reacciones en contra, es la creación de delegados únicos del gobierno federal ante los estados. En vista del gran poder que concentrarán no resulta extraño que se les conozca ya como los superdelegados, y que se les haya calificado de procónsules o virreyes, enviados desde la metrópoli central para controlar a sus colonias.

Si nos colocamos desde la perspectiva de los intereses particulares de AMLO y de su partido Morena, descubriremos que la creación de los superdelegados contiene un objetivo de especial trascendencia. Tengamos en cuenta que se trata de un partido recién nacido que carece tanto de arraigo como de sólidas estructuras y militancia en la mayor parte del país. Sólo gobierna tres entidades federativas y todas fueron logradas en las últimas elecciones.

Por lo tanto, si se quiere consolidar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y Morena para prolongar sus mandatos, resulta imprescindible fortalecerlos.

Desde esa interesada perspectiva es indudable que con la creación de los superdelegados nos encontramos ante una habilidosa, maquiavélica y muy favorable estrategia de fortalecimiento. Mediante estos nuevos y poderosos personajes políticos que competirán con enormes ventajas, mucho se robustecen las posibilidades de que el partido estricta propiedad de López Obrador y él mismo vayan conquistando el mayor número de gubernaturas posible.

Pero si vemos el panorama desde la perspectiva del interés general del país la adición del artículo 17 Ter a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, con su creación de las Delegaciones de Programas para el Desarrollo o superdelegaciones, nos topamos con que si bien se les trata de justificar argumentando considerables ahorros presupuestales, resulta obvio que el objetivo fundamental es estrictamente político.

amartinezv@derecho.unam.mx

@AlejoMVendrell