/ miércoles 3 de agosto de 2022

T-MEC 

Un éxito para México, un fracaso para Estados Unidos. Así es como apunta el panorama del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) atendiendo a los reclamos que surgen por las políticas públicas en materia energética por parte del gobierno federal de México, que buscan salvaguardar la defensa de la soberanía nacional.

Los cambios de política en materia energética que se están dando en nuestro país, están afectando los intereses económicos de Estados Unidos y discriminan a las empresas americanas que buscan invertir en México. Esa fue la protesta del gobierno de Joe Biden.

Recordemos que antes las empresas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) tenían el control absoluto; fue con Enrique Peña Nieto y la Reforma Energética que se dejaron las energías al libre mercado para que pudieran entrar en la competencia empresas privadas, con una ley que priorizaba a las compañías que hicieran energías limpias a menor costo, algo que las empresas mexicanas no podían realizar.

La pregunta aquí es ¿por qué no podían? La respuesta es simple: por el abandono de los gobiernos que nunca apostaron por estas las energías limpias y renovables. De ahí la molestia de Estados Unidos y Canadá ya que desfavorecen a sus organizaciones que buscan invertir en el país.

A dos años de este acuerdo, el gobierno federal aclara que las reformas no trasgreden lo establecido en el T-MEC pues el sector energético no está expresamente incluido en el acuerdo y en el capítulo 8 sobre el reconocimiento del dominio directo y la propiedad inalienable e imprescriptible de nuestro país sobre los hidrocarburos, estipulado textualmente: “México se reserva su derecho soberano de reformar su Constitución y su legislación interna”.

El presidente de México siempre ha puesto en su discurso el defender la soberanía nacional e independencia de México rechazando la intervención de gobiernos extranjeros, cosa que sabemos no es un tema importante para el conservadurismo de este país.

Esto a la oposición no les ha caído nada bien pues buscan a toda costa desprestigiar los objetivos de la Cuarta Transformación; sí, aquellos que nunca se interesaron por los beneficios de los Certificados de Energías Limpias a centrales eléctricas o por la desventaja competitiva que venía de sus propias Reformas y ahora afirman que hubiera sido mejor, no aprobar la política energética.


Diputado Federal por Morena

Un éxito para México, un fracaso para Estados Unidos. Así es como apunta el panorama del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) atendiendo a los reclamos que surgen por las políticas públicas en materia energética por parte del gobierno federal de México, que buscan salvaguardar la defensa de la soberanía nacional.

Los cambios de política en materia energética que se están dando en nuestro país, están afectando los intereses económicos de Estados Unidos y discriminan a las empresas americanas que buscan invertir en México. Esa fue la protesta del gobierno de Joe Biden.

Recordemos que antes las empresas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) tenían el control absoluto; fue con Enrique Peña Nieto y la Reforma Energética que se dejaron las energías al libre mercado para que pudieran entrar en la competencia empresas privadas, con una ley que priorizaba a las compañías que hicieran energías limpias a menor costo, algo que las empresas mexicanas no podían realizar.

La pregunta aquí es ¿por qué no podían? La respuesta es simple: por el abandono de los gobiernos que nunca apostaron por estas las energías limpias y renovables. De ahí la molestia de Estados Unidos y Canadá ya que desfavorecen a sus organizaciones que buscan invertir en el país.

A dos años de este acuerdo, el gobierno federal aclara que las reformas no trasgreden lo establecido en el T-MEC pues el sector energético no está expresamente incluido en el acuerdo y en el capítulo 8 sobre el reconocimiento del dominio directo y la propiedad inalienable e imprescriptible de nuestro país sobre los hidrocarburos, estipulado textualmente: “México se reserva su derecho soberano de reformar su Constitución y su legislación interna”.

El presidente de México siempre ha puesto en su discurso el defender la soberanía nacional e independencia de México rechazando la intervención de gobiernos extranjeros, cosa que sabemos no es un tema importante para el conservadurismo de este país.

Esto a la oposición no les ha caído nada bien pues buscan a toda costa desprestigiar los objetivos de la Cuarta Transformación; sí, aquellos que nunca se interesaron por los beneficios de los Certificados de Energías Limpias a centrales eléctricas o por la desventaja competitiva que venía de sus propias Reformas y ahora afirman que hubiera sido mejor, no aprobar la política energética.


Diputado Federal por Morena