/ domingo 23 de febrero de 2020

Teatrikando

Mañana, ¿cuál es la frontera entre lo profesional y experimental?

Quizá el precio, el foro teatral, los días de temporada, las figuras que intervienen; porque Mañana no es un montaje especialmente caro, el Teatro Helénico se caracteriza por presentar generalmente buenos trabajos, es de los pocos que podemos ver de jueves a domingo y por si fuera poco interviene un elenco con nombre. El resultado de esta mínima ecuación es que se trata de una escenificación altamente profesional. Sin embargo, el Helénico es considerado la frontera máxima de lo experimental y lo profesional.

Recuerdo las obras de tema gay que pudimos ver y que tengo reseñadas en mi libro La Crítica Teatral en México tomo dos: La escalera, de 1984, narra las vicisitudes que deben sufrir dos hombres que comparten su vida por veinte años. Otra era Una Canción Apasionada y habla de adopción por una pareja gay, era 1986, la vimos en el Foro Shakespeare con Tito Vasconcelos, revolucionaria en muchos sentidos.

Ahora en Mañana, Verónica Langer es la mamá de Pablo Perroni, Juan Carlos Barreto es su viejo padre, Héctor Berzunza el galán que tiene buen sentido de la vida, Ana González Bello es la hermana con poca suerte y Julieta Luna la niña que podría ser adoptada. No le describiré la problemática que se deberá resolver, pero hay mucho que comentar, como la enfermedad flagelo de nuestros viejos: el Alzheimer, situación que viene a completar el entorno conflictivo que plantea Reynolds Robledo, el autor, a quien ya conocemos por Réquiem y Lobos por Corderos.

Un trabajo limpio, que tiene todo para ganar el favor del público y continuar dando funciones, quizá cambiando de teatro al concluir la temporada.

VÓRTICE, UNIVERSO PARALELO PARA TRES AEROPLANOS

En el Teatro Santa Catarina de la UNAM se puede ver este finísimo montaje del Colectivo Teatro sin Paredes, con dramaturgia de Jorge Maldonado, que plantea una hipótesis interesante: Amelia Earhart, Roal Amudsen y Antoine de Saint Exupery sufren un percance y se encuentran en un punto del universo sin explicación. La primera es aviadora que intentó un viaje siguiendo la línea ecuatoriana, el segundo falleció en un hidroavión tratando de recorrer el Polo Norte y Sur en sus viajes. Acerca de Saint Exupery, se sabe que es un misterio la forma en que encontró la muerte en un aeroplano.

Dirigida por David Psalmon, con un elenco joven formado por Rodolfo Aria, Enrique Arreola, Beatriz Luna, Micaela Gramajo Szuchmacher y Osvaldo Sánchez, logran un divertido trabajo, es necesario aclarar que tiene muchos momentos de farsa. Quizá fueron abducidos por un vórtice espacio temporal y quedaron atrapados en una dimensión paralela desde donde pueden observar el paso de la humanidad.

En un juego literario- matemático- físico- cuántico que es tan importante y creíble para muchas personas. Y con un bello mensaje de amor por el planeta que habitamos. Muy recomendable.

Mañana, ¿cuál es la frontera entre lo profesional y experimental?

Quizá el precio, el foro teatral, los días de temporada, las figuras que intervienen; porque Mañana no es un montaje especialmente caro, el Teatro Helénico se caracteriza por presentar generalmente buenos trabajos, es de los pocos que podemos ver de jueves a domingo y por si fuera poco interviene un elenco con nombre. El resultado de esta mínima ecuación es que se trata de una escenificación altamente profesional. Sin embargo, el Helénico es considerado la frontera máxima de lo experimental y lo profesional.

Recuerdo las obras de tema gay que pudimos ver y que tengo reseñadas en mi libro La Crítica Teatral en México tomo dos: La escalera, de 1984, narra las vicisitudes que deben sufrir dos hombres que comparten su vida por veinte años. Otra era Una Canción Apasionada y habla de adopción por una pareja gay, era 1986, la vimos en el Foro Shakespeare con Tito Vasconcelos, revolucionaria en muchos sentidos.

Ahora en Mañana, Verónica Langer es la mamá de Pablo Perroni, Juan Carlos Barreto es su viejo padre, Héctor Berzunza el galán que tiene buen sentido de la vida, Ana González Bello es la hermana con poca suerte y Julieta Luna la niña que podría ser adoptada. No le describiré la problemática que se deberá resolver, pero hay mucho que comentar, como la enfermedad flagelo de nuestros viejos: el Alzheimer, situación que viene a completar el entorno conflictivo que plantea Reynolds Robledo, el autor, a quien ya conocemos por Réquiem y Lobos por Corderos.

Un trabajo limpio, que tiene todo para ganar el favor del público y continuar dando funciones, quizá cambiando de teatro al concluir la temporada.

VÓRTICE, UNIVERSO PARALELO PARA TRES AEROPLANOS

En el Teatro Santa Catarina de la UNAM se puede ver este finísimo montaje del Colectivo Teatro sin Paredes, con dramaturgia de Jorge Maldonado, que plantea una hipótesis interesante: Amelia Earhart, Roal Amudsen y Antoine de Saint Exupery sufren un percance y se encuentran en un punto del universo sin explicación. La primera es aviadora que intentó un viaje siguiendo la línea ecuatoriana, el segundo falleció en un hidroavión tratando de recorrer el Polo Norte y Sur en sus viajes. Acerca de Saint Exupery, se sabe que es un misterio la forma en que encontró la muerte en un aeroplano.

Dirigida por David Psalmon, con un elenco joven formado por Rodolfo Aria, Enrique Arreola, Beatriz Luna, Micaela Gramajo Szuchmacher y Osvaldo Sánchez, logran un divertido trabajo, es necesario aclarar que tiene muchos momentos de farsa. Quizá fueron abducidos por un vórtice espacio temporal y quedaron atrapados en una dimensión paralela desde donde pueden observar el paso de la humanidad.

En un juego literario- matemático- físico- cuántico que es tan importante y creíble para muchas personas. Y con un bello mensaje de amor por el planeta que habitamos. Muy recomendable.