/ sábado 2 de enero de 2021

Tech trends | 2020; un año colectivo

Por Daniel Aguilar

Siempre los años que terminan dejan una huella, un legado que le otorga a ese año un lugar especial en la vida de cada uno de nosotros de manera individual.

Probablemente el nacimiento de un hijo, la partida de un familiar o un amigo, la boda o un cambio de casa son, por mencionar algunos, recuerdos que pueden marcar un año que termina.

Este año 2020 fue simplemente distinto a todos, nos marcó en lo individual, sí, pero también en lo colectivo. El 2020 tuvo un componente esencial, nos recordó que si los demás no están bien nosotros tampoco, desafortunadamente de eso se trata la pandemia, cuidar al otro para cuidarme a mí.

Un cambio cultural sin precedentes, que vino de la mano de la tecnología, ocurrió en el año que acaba de terminar y nos conectó de manera más íntima con la familia y los amigos, sin poder tocarlos. Nos unió con el mundo y la naturaleza pero sin disfrutarla como antes; una caminata en la playa, el bosque o el camellón de la vuelta de la casa tomaron un matiz diferente, nos dimos cuenta de detalles y sensaciones que antes, simplemente, pasaban desapercibidos.

El año 2020 nos enseñó a revalorar el tiempo, uno de los tesoros más preciados para el hombre, y no dar por un hecho que lo tenemos de sobra; nos dimos cuenta que el tiempo nunca sobra y que hay que aprovecharlo porque cualquier cosa, literal, puede pasar.

Millones de personas que pudieron trabajar desde casa encontraron una oportunidad irrepetible de disfrutar a la familia, de pasar tiempo con ellos y de conocerlos mejor; un año que nos “quitó” libertad pero nos regresó tiempo y capacidad de asombro, pensábamos que ya lo habíamos visto todo.

Nos dimos cuenta que el cariño, el amor y la solidaridad no sólo se demuestran asistiendo a una fiesta de cumpleaños, el que quiere estar presente lo hace de corazón y este año asistió de manera virtual porque no ir a la fiesta significó pensar en el otro.

Ser social, colectivo, es una condición del ser humano, podemos acostumbrarnos a muchas cosas pero no a dejar de lado nuestro ser social.

Este año, en particular, esta necesidad dependió de la tecnología y su capacidad de acercarnos para hablar, para vernos y para cuidarnos a la distancia.

Seguramente, 2021 será un año lleno de cambios; la normalidad no será la misma porque tenemos la responsabilidad de verla y vivirla de manera distinta; el tiempo y los espacios que la vida nos devuelva para estar con nuestros seres queridos se deberán valorar distinto; saber que si el de al lado está bien, yo voy a estar bien.

Este año que comienza nos permite ver con asombro lo que hemos logrado como sociedad y lo que el ser humano ha logrado a través de la tecnología; acercar, sanar el cuerpo y el alma, todo por el bien común, el bien colectivo y eso es algo que ya no debería cambiar.


*Director de Comunicación Corporativa de LG México

@daguilargallego

Por Daniel Aguilar

Siempre los años que terminan dejan una huella, un legado que le otorga a ese año un lugar especial en la vida de cada uno de nosotros de manera individual.

Probablemente el nacimiento de un hijo, la partida de un familiar o un amigo, la boda o un cambio de casa son, por mencionar algunos, recuerdos que pueden marcar un año que termina.

Este año 2020 fue simplemente distinto a todos, nos marcó en lo individual, sí, pero también en lo colectivo. El 2020 tuvo un componente esencial, nos recordó que si los demás no están bien nosotros tampoco, desafortunadamente de eso se trata la pandemia, cuidar al otro para cuidarme a mí.

Un cambio cultural sin precedentes, que vino de la mano de la tecnología, ocurrió en el año que acaba de terminar y nos conectó de manera más íntima con la familia y los amigos, sin poder tocarlos. Nos unió con el mundo y la naturaleza pero sin disfrutarla como antes; una caminata en la playa, el bosque o el camellón de la vuelta de la casa tomaron un matiz diferente, nos dimos cuenta de detalles y sensaciones que antes, simplemente, pasaban desapercibidos.

El año 2020 nos enseñó a revalorar el tiempo, uno de los tesoros más preciados para el hombre, y no dar por un hecho que lo tenemos de sobra; nos dimos cuenta que el tiempo nunca sobra y que hay que aprovecharlo porque cualquier cosa, literal, puede pasar.

Millones de personas que pudieron trabajar desde casa encontraron una oportunidad irrepetible de disfrutar a la familia, de pasar tiempo con ellos y de conocerlos mejor; un año que nos “quitó” libertad pero nos regresó tiempo y capacidad de asombro, pensábamos que ya lo habíamos visto todo.

Nos dimos cuenta que el cariño, el amor y la solidaridad no sólo se demuestran asistiendo a una fiesta de cumpleaños, el que quiere estar presente lo hace de corazón y este año asistió de manera virtual porque no ir a la fiesta significó pensar en el otro.

Ser social, colectivo, es una condición del ser humano, podemos acostumbrarnos a muchas cosas pero no a dejar de lado nuestro ser social.

Este año, en particular, esta necesidad dependió de la tecnología y su capacidad de acercarnos para hablar, para vernos y para cuidarnos a la distancia.

Seguramente, 2021 será un año lleno de cambios; la normalidad no será la misma porque tenemos la responsabilidad de verla y vivirla de manera distinta; el tiempo y los espacios que la vida nos devuelva para estar con nuestros seres queridos se deberán valorar distinto; saber que si el de al lado está bien, yo voy a estar bien.

Este año que comienza nos permite ver con asombro lo que hemos logrado como sociedad y lo que el ser humano ha logrado a través de la tecnología; acercar, sanar el cuerpo y el alma, todo por el bien común, el bien colectivo y eso es algo que ya no debería cambiar.


*Director de Comunicación Corporativa de LG México

@daguilargallego