@daguilargallego X
La tecnología es una poderosa herramienta para democratizar el conocimiento y la información, especialmente en un país como México, donde el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es desigual entre las zonas urbanas y rurales. La implementación de tecnología en instituciones culturales y educativas es crucial para reducir esta brecha de conocimiento.
En 2022, el 75.6% de la población mexicana tenía acceso a internet, una cifra que ha mejorado significativamente pero que aún está por debajo del promedio de la OCDE, que es del 90%, según datos del INEGI y de la CEPAL. Esta brecha digital tiene profundas implicaciones para la educación y el acceso a la información. En las zonas rurales de México, donde el acceso a internet es limitado, solo el 47.7% de la población tiene acceso a internet, en comparación con el 81.6% en las zonas urbanas. Esto limita las oportunidades educativas y de acceso a recursos en línea para los estudiantes y la población en general en áreas rurales, reafirmando la deuda histórica del país con estas regiones.
Hace unos días, se anunció una colaboración histórica entre el Museo Nacional de Antropología y LG Electronics, dotando al museo de televisores OLED de última generación, proyectores, barras de sonido y monitores táctiles para equipar sus exposiciones. Este anuncio es un ejemplo significativo de cómo la tecnología puede enriquecer la experiencia cultural y educativa. Los televisores OLED proporcionan una calidad de imagen excepcional, permitiendo a los visitantes ver detalles que de otro modo pasarían desapercibidos. Las pantallas interactivas táctiles pueden mostrar contenido multimedia, como videos, imágenes y textos explicativos, haciendo la información más accesible y comprensible.
La tecnología facilita que la información esté disponible para una audiencia más amplia. Los televisores pueden mostrar contenido en varios idiomas y proporcionar subtítulos, beneficiando a visitantes internacionales y a aquellos con discapacidades auditivas. La creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación en México promete un cambio significativo en este rubro, impulsando proyectos que integren la tecnología en la educación y la cultura replicando el modelo de LG en otros contextos.
La relación entre la tecnología y el acceso a la información es clara: la tecnología no solo mejora la calidad de la educación y la experiencia cultural, sino que también democratiza el conocimiento, haciéndolo accesible para todos. Iniciativas como la de LG en el Museo Nacional de Antropología demuestran el impacto positivo de la tecnología en el enriquecimiento y facilitación del aprendizaje.