/ domingo 11 de octubre de 2020

Tecnología e innovación para construir un nuevo futuro

El futuro siempre es terreno desconocido e incierto, nos genera enorme curiosidad y nos empuja al cambio. Tratamos de adivinarlo, no en el sentido de la magia, sino de analizar tendencias y pensar cómo vamos a abordar esa nueva realidad que se está tejiendo.

En 2020, las tendencias pasaron de ser proyecciones a cinco años a necesidades en cinco semanas. En el sector tecnológico, comprobamos que el futuro que imaginamos estaba en la dirección correcta.

Según World Digital Transformation Spending Guide de IDC,[1] se espera que la inversión en transformación digital crecerá 10.4% en 2020, impulsado por el sector público, manufactura, servicios financieros y servicios en general.

Hay que construir una agenda para el crecimiento de las organizaciones, entendiendo que el futuro, en construcción desde el presente, requiere flexibilidad, explorar nuevas ideas y reformular el valor que las organizaciones aportan a sus clientes.

Con 18 años trabajando en el sector, he visto el impacto real de hacer que las cosas pasen y adelantarse en las transformaciones necesarias. En estos meses me llena de esperanza ver que organizaciones de todos los tamaños se enfocan en responder: ¿cómo hacerme visible para prosperar en el mundo post COVID?

En el caso de infraestructura tecnológica, por ejemplo, como los Centros de Datos, uno de los principales indicadores ha sido el incremento en las interconexiones de las empresas hospedadas en esos ecosistemas digitales: enlaces directos entre ellas, lo que representa ventajas competitivas gracias a la rapidez de la comunicación, seguridad, eficiencia y optimización de costos. Empresas que ya están dentro de estos ambientes de interconexión, tienen mayores oportunidades de crecimiento.

Las soluciones bajo demanda (As a Services) dan forma al futuro de todos los sectores, aún cuando evolucionemos hacia un esquema híbrido de trabajo remoto y presencial. Este tipo de soluciones tecnológicas, disponibles desde cualquier lugar y en todo momento generan ahorros económicos y eficiencia en gestión operativa.

Innovar desde una realidad cambiante implica abrir la mente a nuevas formas de trabajo, a la colaboración y sobre todo a escuchar el entorno. McKinsey prevé en su informe: “Estrategia digital en tiempos de crisis” que, debido a la pandemia, 70% de los empresarios encuestados acelerarán el paso hacia la transformación digital, acompañada por la adopción de nuevas tecnologías, metodologías y estructuras.[2]

Abrir oportunidades y ambientes de innovación, re-organizarse para servir a clientes que consumen de manera diferente y sumar posibilidades tecnológicas son pasos hacia la adaptación, para identificar aspectos que pueden ser automatizables y más eficientes, llegar a nuevos clientes o generar mayores ahorros.

El gran reto será ver más allá de la expectativa de “cuando las cosas cambien”. El escenario ya cambió. Si bien es pronto para hablar de un mundo “post-Covid”, ya podemos hablar de un gran salto digital que nos ubica en un nuevo escenario, la tecnología es una aliada fundamental para mantenerse, crecer y competir, dar forma a nuevas empresas e industrias con nuevas capacidades y una mayor interconexión con amplias posibilidades de impacto positivo en un futuro que hemos comenzado a construir.

Directora de Estrategia y Comunicación en KIO Networks



[1] https://www.idc.com/getdoc.jsp?containerId=prUS46377220


[2] https://www.mckinsey.com/business-functions/mckinsey-digital/our-insights/digital-strategy-in-a-time-of-crisis#


El futuro siempre es terreno desconocido e incierto, nos genera enorme curiosidad y nos empuja al cambio. Tratamos de adivinarlo, no en el sentido de la magia, sino de analizar tendencias y pensar cómo vamos a abordar esa nueva realidad que se está tejiendo.

En 2020, las tendencias pasaron de ser proyecciones a cinco años a necesidades en cinco semanas. En el sector tecnológico, comprobamos que el futuro que imaginamos estaba en la dirección correcta.

Según World Digital Transformation Spending Guide de IDC,[1] se espera que la inversión en transformación digital crecerá 10.4% en 2020, impulsado por el sector público, manufactura, servicios financieros y servicios en general.

Hay que construir una agenda para el crecimiento de las organizaciones, entendiendo que el futuro, en construcción desde el presente, requiere flexibilidad, explorar nuevas ideas y reformular el valor que las organizaciones aportan a sus clientes.

Con 18 años trabajando en el sector, he visto el impacto real de hacer que las cosas pasen y adelantarse en las transformaciones necesarias. En estos meses me llena de esperanza ver que organizaciones de todos los tamaños se enfocan en responder: ¿cómo hacerme visible para prosperar en el mundo post COVID?

En el caso de infraestructura tecnológica, por ejemplo, como los Centros de Datos, uno de los principales indicadores ha sido el incremento en las interconexiones de las empresas hospedadas en esos ecosistemas digitales: enlaces directos entre ellas, lo que representa ventajas competitivas gracias a la rapidez de la comunicación, seguridad, eficiencia y optimización de costos. Empresas que ya están dentro de estos ambientes de interconexión, tienen mayores oportunidades de crecimiento.

Las soluciones bajo demanda (As a Services) dan forma al futuro de todos los sectores, aún cuando evolucionemos hacia un esquema híbrido de trabajo remoto y presencial. Este tipo de soluciones tecnológicas, disponibles desde cualquier lugar y en todo momento generan ahorros económicos y eficiencia en gestión operativa.

Innovar desde una realidad cambiante implica abrir la mente a nuevas formas de trabajo, a la colaboración y sobre todo a escuchar el entorno. McKinsey prevé en su informe: “Estrategia digital en tiempos de crisis” que, debido a la pandemia, 70% de los empresarios encuestados acelerarán el paso hacia la transformación digital, acompañada por la adopción de nuevas tecnologías, metodologías y estructuras.[2]

Abrir oportunidades y ambientes de innovación, re-organizarse para servir a clientes que consumen de manera diferente y sumar posibilidades tecnológicas son pasos hacia la adaptación, para identificar aspectos que pueden ser automatizables y más eficientes, llegar a nuevos clientes o generar mayores ahorros.

El gran reto será ver más allá de la expectativa de “cuando las cosas cambien”. El escenario ya cambió. Si bien es pronto para hablar de un mundo “post-Covid”, ya podemos hablar de un gran salto digital que nos ubica en un nuevo escenario, la tecnología es una aliada fundamental para mantenerse, crecer y competir, dar forma a nuevas empresas e industrias con nuevas capacidades y una mayor interconexión con amplias posibilidades de impacto positivo en un futuro que hemos comenzado a construir.

Directora de Estrategia y Comunicación en KIO Networks



[1] https://www.idc.com/getdoc.jsp?containerId=prUS46377220


[2] https://www.mckinsey.com/business-functions/mckinsey-digital/our-insights/digital-strategy-in-a-time-of-crisis#