/ domingo 24 de septiembre de 2023

Telarañas Digitales | La magia del scrolling o de porque no puedo separar la vista del móvil

Aunque podríamos pensar que el scrolling es una acción nacida en la era digital, la idea de desenrollar un pergamino para acceder a la información es bastante antigua y está en la raíz de la escritura como la conocemos. Antes del modelo actual del libro físico, donde una página contiene una cantidad de información limitada a la que se debe dar vuelta para continuar con la lectura (y que nos hace pensar en el hipertexto), desenrollar un rollo para leer la información era el modelo predominante. A esos rollos también se les conocía como scroll.

En la era digital el scrolling es la acción de desplazarse verticalmente a través del contenido en una pantalla, como si se tratara de un pergamino muy largo, accediendo a una información más amplia que la que puede visualizarse en una sola página. La mayoría de las interfaces digitales han adoptado el scrolling como característica básica. Los primeros sistemas informáticos emplearon el scroll con flechas o comandos que se fueron adaptando de manera más intuitiva al arrastrar el contenido o deslizarse ahora a través de pantallas táctiles con el dedo. La imagen característica de nuestro tiempo es el movimiento de un dedo en eternas subidas y bajadas a través del dispositivo móvil.

Escrolear, como se dice en español, permite que el usuario pueda desplazarse por una sola página de manera vertical a través de una gran cantidad de contenido. Es común que los hipervínculos en las pestañas ya no conduzcan a sitios diferentes, sino que permitan hacer un salto hacia arriba o abajo a través del contenido; los menús funcionan como un mapa dentro de la misma representación gráfica. Esto favorece diseños más flexibles e intuitivos que ayuda visualmente y en la organización. Para que las páginas sean efectivas se tiene que trabajar con la carga de contenidos pesados, un diseño cuidadoso y suficientes referencias que permitan navegar a través de marcadores de sección bien definidos. Desplazarse a través de una sola página le da al usuario una experiencia fluida y continua.

Las redes sociales son las grandes maestras en lo que a escrolear se refiere. A decir verdad, es una de sus armas clave para la navegación a través de un flujo continuo y ágil de información, lo que facilita la experiencia y resulta sumamente atractivo en un mundo que corre a toda velocidad. Las redes sociales presentan contenido diverso en sus páginas de inicio, donde, sobra decir, también incluyen anuncios junto a publicaciones de amigos, páginas, grupos, tendencias, noticias, etcétera El usuario se familiariza muy rápidamente con el scrolling, pues es amable con los dispositivos móviles.

En muy poco tiempo, el usuario puede acceder a gran cantidad de información e incluso interactuar sin afectar su navegación. A medida que escrolea, se detiene en puntos específicos y los algoritmos de recomendación se vuelven cada vez más eficaces y precisos, lo que favorece el apego a la red social, pues se puede navegar e interactuar sin hacer demasiado esfuerzo. Las redes sociales también permiten que se pueda reaccionar al contenido de manera simple, con botones de reacción y compartiendo dentro y fuera de las plataformas, lo que les permite generar listas a las que pueden acceder posteriormente.

La agilidad del scrolling permite dedicar los “pequeños tiempos libres” a la navegación, mientras se está en el transporte, se descansa de alguna actividad o hasta cuándo se acude al baño (:s), dando la sensación de haber aprovechado el tiempo; aunque justamente ocurre lo contrario, el scrolling es tan adictivo que se suele perder la noción del mismo. Es aconsejable emplear las herramientas que proporcionan aplicaciones y dispositivos para gestionar el tiempo en pantalla, pues el scrolling es un arma poderosa de las redes sociales que puede llevarnos a perder el control.

Aunque podríamos pensar que el scrolling es una acción nacida en la era digital, la idea de desenrollar un pergamino para acceder a la información es bastante antigua y está en la raíz de la escritura como la conocemos. Antes del modelo actual del libro físico, donde una página contiene una cantidad de información limitada a la que se debe dar vuelta para continuar con la lectura (y que nos hace pensar en el hipertexto), desenrollar un rollo para leer la información era el modelo predominante. A esos rollos también se les conocía como scroll.

En la era digital el scrolling es la acción de desplazarse verticalmente a través del contenido en una pantalla, como si se tratara de un pergamino muy largo, accediendo a una información más amplia que la que puede visualizarse en una sola página. La mayoría de las interfaces digitales han adoptado el scrolling como característica básica. Los primeros sistemas informáticos emplearon el scroll con flechas o comandos que se fueron adaptando de manera más intuitiva al arrastrar el contenido o deslizarse ahora a través de pantallas táctiles con el dedo. La imagen característica de nuestro tiempo es el movimiento de un dedo en eternas subidas y bajadas a través del dispositivo móvil.

Escrolear, como se dice en español, permite que el usuario pueda desplazarse por una sola página de manera vertical a través de una gran cantidad de contenido. Es común que los hipervínculos en las pestañas ya no conduzcan a sitios diferentes, sino que permitan hacer un salto hacia arriba o abajo a través del contenido; los menús funcionan como un mapa dentro de la misma representación gráfica. Esto favorece diseños más flexibles e intuitivos que ayuda visualmente y en la organización. Para que las páginas sean efectivas se tiene que trabajar con la carga de contenidos pesados, un diseño cuidadoso y suficientes referencias que permitan navegar a través de marcadores de sección bien definidos. Desplazarse a través de una sola página le da al usuario una experiencia fluida y continua.

Las redes sociales son las grandes maestras en lo que a escrolear se refiere. A decir verdad, es una de sus armas clave para la navegación a través de un flujo continuo y ágil de información, lo que facilita la experiencia y resulta sumamente atractivo en un mundo que corre a toda velocidad. Las redes sociales presentan contenido diverso en sus páginas de inicio, donde, sobra decir, también incluyen anuncios junto a publicaciones de amigos, páginas, grupos, tendencias, noticias, etcétera El usuario se familiariza muy rápidamente con el scrolling, pues es amable con los dispositivos móviles.

En muy poco tiempo, el usuario puede acceder a gran cantidad de información e incluso interactuar sin afectar su navegación. A medida que escrolea, se detiene en puntos específicos y los algoritmos de recomendación se vuelven cada vez más eficaces y precisos, lo que favorece el apego a la red social, pues se puede navegar e interactuar sin hacer demasiado esfuerzo. Las redes sociales también permiten que se pueda reaccionar al contenido de manera simple, con botones de reacción y compartiendo dentro y fuera de las plataformas, lo que les permite generar listas a las que pueden acceder posteriormente.

La agilidad del scrolling permite dedicar los “pequeños tiempos libres” a la navegación, mientras se está en el transporte, se descansa de alguna actividad o hasta cuándo se acude al baño (:s), dando la sensación de haber aprovechado el tiempo; aunque justamente ocurre lo contrario, el scrolling es tan adictivo que se suele perder la noción del mismo. Es aconsejable emplear las herramientas que proporcionan aplicaciones y dispositivos para gestionar el tiempo en pantalla, pues el scrolling es un arma poderosa de las redes sociales que puede llevarnos a perder el control.