/ jueves 16 de julio de 2020

Temporada de caza

Las leyes injustas son la telaraña a través de la cual pasan las moscas grandes y las más pequeñas quedan atrapadas.

Balzac


Se sabe, desde hace mucho, que los acontecimientos políticos no se rigen por casualidades ni mandatos divinos. Su morfología y dinámica obedecen a múltiples variables, aunque siempre, en el fondo, están los intereses de una cierta clase o cúpula por el control y la conservación del poder. Las sorpresas ante la concatenación de hechos políticos y la expansión de reflectores son recursos meramente histriónicos que buscan confundir a poblaciones creyentes e ignorantes, para imponer y redireccionar el debate público y la legitimación de un proyecto político.


Ahora bien, la coyuntura mexicana de hoy anuncia una oleada de detenciones y persecuciones que embonan perfectamente en uno de los ejes del gobierno lopezobradorista, a saber, la lucha contra la corrupción. Aunque, debemos tomar en cuenta, para evitar ingenuidades, cuatro elementos presentes que buscan ser impactados con actos espectaculares: la caída constante de AMLO en la aprobación de su gestión, la ausencia de crecimiento económico, el catastrófico numero de muertos por la pandemia, ademas de su efecto trepidatorio en el empleo y las violencias imparables en todo el país, representan el telón de fondo de asignaturas irresueltas por el gobierno.


Con éste panorama, el regreso de Emilio Lozoya a México, con la promesa (difundida por el propio presidente), de delatar a quienes estuvieron involucrados en los actos de corrupción del caso Odebrecht, junto al regalo de Trump, con la detención de Cesar Duarte, cierran la pinza para golpear severamente al grupo íntimo de Peña Nieto y al PRI. Ambos hechos pueden significar oro molido en el propósito justiciero de AMLO y también distraer la atención de los temas cruciales arriba descritos.


Una pregunta que será contestada, esperemos pronto, es, si AMLO se atreverá a judicializar acciones contra Peña y Videgaray que se deriven de las indagatorias de los casos Lozoya y de Duarte. El tabasqueño tendrá dos opciones: salirse por peteneras, convocando a una “consulta popular” para enjuiciar a expresidentes y violar el evidente pacto de impunidad con Peña o no tocar a esos dos personajes, con el costo decepcionante para sus seguidores.


Cualquier cosa puede suceder. Ya tiene a Juan Collado, pronto a Tomás Zerón ¿Es suficiente? Dependerá del crecimiento de la temperatura política para que estallen los pactos o terminen en nuevos acuerdos de cara a los procesos electorales. Todo sea por conservar el poder y, en especial, la cámara de diputados. Sí, temporada de caza. Quizá selectiva. Veremos el armamento, los blancos a derribar y la puntería.




pedropenaloza@yahoo.com

@pedro_penaloz

Las leyes injustas son la telaraña a través de la cual pasan las moscas grandes y las más pequeñas quedan atrapadas.

Balzac


Se sabe, desde hace mucho, que los acontecimientos políticos no se rigen por casualidades ni mandatos divinos. Su morfología y dinámica obedecen a múltiples variables, aunque siempre, en el fondo, están los intereses de una cierta clase o cúpula por el control y la conservación del poder. Las sorpresas ante la concatenación de hechos políticos y la expansión de reflectores son recursos meramente histriónicos que buscan confundir a poblaciones creyentes e ignorantes, para imponer y redireccionar el debate público y la legitimación de un proyecto político.


Ahora bien, la coyuntura mexicana de hoy anuncia una oleada de detenciones y persecuciones que embonan perfectamente en uno de los ejes del gobierno lopezobradorista, a saber, la lucha contra la corrupción. Aunque, debemos tomar en cuenta, para evitar ingenuidades, cuatro elementos presentes que buscan ser impactados con actos espectaculares: la caída constante de AMLO en la aprobación de su gestión, la ausencia de crecimiento económico, el catastrófico numero de muertos por la pandemia, ademas de su efecto trepidatorio en el empleo y las violencias imparables en todo el país, representan el telón de fondo de asignaturas irresueltas por el gobierno.


Con éste panorama, el regreso de Emilio Lozoya a México, con la promesa (difundida por el propio presidente), de delatar a quienes estuvieron involucrados en los actos de corrupción del caso Odebrecht, junto al regalo de Trump, con la detención de Cesar Duarte, cierran la pinza para golpear severamente al grupo íntimo de Peña Nieto y al PRI. Ambos hechos pueden significar oro molido en el propósito justiciero de AMLO y también distraer la atención de los temas cruciales arriba descritos.


Una pregunta que será contestada, esperemos pronto, es, si AMLO se atreverá a judicializar acciones contra Peña y Videgaray que se deriven de las indagatorias de los casos Lozoya y de Duarte. El tabasqueño tendrá dos opciones: salirse por peteneras, convocando a una “consulta popular” para enjuiciar a expresidentes y violar el evidente pacto de impunidad con Peña o no tocar a esos dos personajes, con el costo decepcionante para sus seguidores.


Cualquier cosa puede suceder. Ya tiene a Juan Collado, pronto a Tomás Zerón ¿Es suficiente? Dependerá del crecimiento de la temperatura política para que estallen los pactos o terminen en nuevos acuerdos de cara a los procesos electorales. Todo sea por conservar el poder y, en especial, la cámara de diputados. Sí, temporada de caza. Quizá selectiva. Veremos el armamento, los blancos a derribar y la puntería.




pedropenaloza@yahoo.com

@pedro_penaloz

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