/ jueves 15 de abril de 2021

Tiempo de canallas

¿Qué es un cínico? El que conoce el precio de todo y el valor de nada.

Oscar Wilde


El país está envuelto en una atmósfera de simuladores e hipócritas. Me explico: el presidente puede diariamente, sin ningún desparpajo, calificar y denostar a quien le venga en gana sin que el “acusado” tenga derecho a replicar en el mismo espacio. No tiene piedad de la coherencia en sus dichos. Presume datos que contradicen las expuestas por el propio gobierno. Pudo, sin que ningún poder lo enjuiciara o lo llamara a cuentas, decir en (casi) cadena nacional, que la pandemia podía enfrentarse con estampitas y símbolos religiosos; afirmó que el arribo del virus le “cayó como anillo al dedo a la 4T”, cuyo saldo mortecino es de más de 200 mil conciudadanos. Nadie impugnó la irresponsabilidad de AMLO. Además, recorre el país y se exhibe sin cubrebocas. Sus subalternos lo imitan abyectamente y caen enfermos (como le sucedió a él) y no lo aducen a la falta del uso del protector elemental.


La política económica oficial despreció la ayuda a diversas industrias, pequeñas empresas y se negó a otorgar un salario de emergencia a los miles de desempleados que provocó el encierro por Covid-19 (que tampoco obedeció), cuando se demostró, desde la academia y diversos organismos, que había recursos suficientes para canalizar las ayudas y amortiguar el desastre.


El inquilino transitorio de Palacio Nacional puede usar (y abusar) de los recursos públicos y de los medios oficiales, para despreciar las luchas feministas y proteger a un presunto violador. Su reciente y pírrica defensa de la candidatura de Salgado Macedonio, se presenta como “garantista”. “¿Qué son casi 20 mil pesos de gastos no reportados?” Sin embargo, la pregunta es ¿se violó la norma sí o no? Y contestan los epígonos: “sí, pero poquito” ¡Caramba! Un gobierno de “izquierda” que está llevando a la cárcel a cientos de personas sin comprobar aún sin son culpables (en especial a los pobres que dice defender), mediante el aumento del catálogo de delitos por prisión preventiva oficiosa, ahora se desgarra las vestiduras y reclama castigo excesivo para sus candidatos por violar la ley. ¿Incongruencia u oportunismo?


De nueva cuenta, plantea una conspiración en su contra: “es consigna malévola de Córdova y Murayama”. Y estará pensando: si la ley no me beneficia, cambiemosla, mandemos una reforma. El bosque sigue poblado de canallas. El nuevo y último capítulo legal de esta tragicomedia lo escenificará el desprestigiado Tribunal Electoral, cooptado bajo amenaza para obedecer los designios del tabasqueño. No tengan duda, los apretará y ellos obedecerán. Deseo equivocarme en mi hipótesis.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz

¿Qué es un cínico? El que conoce el precio de todo y el valor de nada.

Oscar Wilde


El país está envuelto en una atmósfera de simuladores e hipócritas. Me explico: el presidente puede diariamente, sin ningún desparpajo, calificar y denostar a quien le venga en gana sin que el “acusado” tenga derecho a replicar en el mismo espacio. No tiene piedad de la coherencia en sus dichos. Presume datos que contradicen las expuestas por el propio gobierno. Pudo, sin que ningún poder lo enjuiciara o lo llamara a cuentas, decir en (casi) cadena nacional, que la pandemia podía enfrentarse con estampitas y símbolos religiosos; afirmó que el arribo del virus le “cayó como anillo al dedo a la 4T”, cuyo saldo mortecino es de más de 200 mil conciudadanos. Nadie impugnó la irresponsabilidad de AMLO. Además, recorre el país y se exhibe sin cubrebocas. Sus subalternos lo imitan abyectamente y caen enfermos (como le sucedió a él) y no lo aducen a la falta del uso del protector elemental.


La política económica oficial despreció la ayuda a diversas industrias, pequeñas empresas y se negó a otorgar un salario de emergencia a los miles de desempleados que provocó el encierro por Covid-19 (que tampoco obedeció), cuando se demostró, desde la academia y diversos organismos, que había recursos suficientes para canalizar las ayudas y amortiguar el desastre.


El inquilino transitorio de Palacio Nacional puede usar (y abusar) de los recursos públicos y de los medios oficiales, para despreciar las luchas feministas y proteger a un presunto violador. Su reciente y pírrica defensa de la candidatura de Salgado Macedonio, se presenta como “garantista”. “¿Qué son casi 20 mil pesos de gastos no reportados?” Sin embargo, la pregunta es ¿se violó la norma sí o no? Y contestan los epígonos: “sí, pero poquito” ¡Caramba! Un gobierno de “izquierda” que está llevando a la cárcel a cientos de personas sin comprobar aún sin son culpables (en especial a los pobres que dice defender), mediante el aumento del catálogo de delitos por prisión preventiva oficiosa, ahora se desgarra las vestiduras y reclama castigo excesivo para sus candidatos por violar la ley. ¿Incongruencia u oportunismo?


De nueva cuenta, plantea una conspiración en su contra: “es consigna malévola de Córdova y Murayama”. Y estará pensando: si la ley no me beneficia, cambiemosla, mandemos una reforma. El bosque sigue poblado de canallas. El nuevo y último capítulo legal de esta tragicomedia lo escenificará el desprestigiado Tribunal Electoral, cooptado bajo amenaza para obedecer los designios del tabasqueño. No tengan duda, los apretará y ellos obedecerán. Deseo equivocarme en mi hipótesis.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz

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