/ sábado 31 de marzo de 2018

Tiempo extra

Aun par de semanas de que inicie la postemporada, el equipo campeón de la NBA tiene serios problemas que debe resolver.

Lo más normal es que los aficionados de Golden State vean esto parecido a lo ocurrido el año pasado.

No tengo duda que dirán: “Kevin Durant se lastimó la temporada anterior de la rodilla y cuando regresó terminamos los playoffs con marca de 16-1, levantando el trofeo de campeón, olvidando por completo su lesión”.

Pero eso no podría ser más falso por varios motivos, empezando por el hecho más obvio: son distintos jugadores.

Además la lesión de Curry se dio mucho más tarde en la temporada y pone en peligro no sólo las primeras rondas de playoffs sino en caso de seguir avanzando, el regresar con ritmo a la duela.

Aunque se piense que tienen a Durant de vuelta, que por varias métricas es el mejor jugador del equipo, Curry es mucho más valioso por muchas razones.

La ofensiva de Golden State está construida alrededor del dos veces MVP de la NBA y cuando no está disponible, funciona totalmente diferente.

En esta temporada el equipo que enfrenten en la primera ronda será una escuadra mucho más poderosa de las que se toparon en los años anteriores pues los conjuntos que están luchando por los últimos dos boletos de playoffs son mucho mejores de los que refleja su marca debido a lesiones que han padecido.

Minnesota y San Antonio en este momento no cuentan con sus estrellas(Jimmy Butler y Kawhi Leonard, respectivamente), pero parece que estarán de vuelta muy pronto y si ese es el caso, se convierten en un serio problema.

Además Utah, Oklahoma City, Denver y Clippers, TODOS han derrotado a los Warriors en esta temporada, con lo que Golden State solamente tiene un .500 de porcentaje ante ellos, es decir: 7 ganados y 7 perdidos.

Y eso que no hemos tomado en cuenta al mejor equipo de la NBA, Houston Rockets.

El equipo texano es el rival más balanceado, hambriento y poderoso que han enfrentado durante su reinado.

Para mantenerte a la par contra ellos necesitas disparar triples como si no hubiera mañana y sin un Curry sano, será muy difícil derrotarlos en una serie de 7 partidos (Discúlpame, Quinn Cook; no eres la solución).

La ofensiva de Golden State se cae de un barranco cuando no tienen a Curry y como lo vimos en la postemporada del 2016, nunca fue el mismo al regresar de la lesión que sufrió.

Además en esta ocasión no sólo tienen que preocuparse por la rodilla de Steph; también está el pulgar roto de Klay Thompson, el declive en el nivel de juego de Draymond Green y el temperamento de Kevin Durant.

Green es el bastión defensivo de los Warriors y el líder motivacional del equipo.

En este momento claramente está en una especie de “bache mental” que lo tiene alejado de su mejor versión.

Mientras Durant y su “buen humor” lo ha llevado a ser expulsado en 5 partidos en lo que va de la temporada (la mayor cantidad en los últimos 25 años, sólo por detrás del polémico Rasheed Wallace).

Aun par de semanas de que inicie la postemporada, el equipo campeón de la NBA tiene serios problemas que debe resolver.

Lo más normal es que los aficionados de Golden State vean esto parecido a lo ocurrido el año pasado.

No tengo duda que dirán: “Kevin Durant se lastimó la temporada anterior de la rodilla y cuando regresó terminamos los playoffs con marca de 16-1, levantando el trofeo de campeón, olvidando por completo su lesión”.

Pero eso no podría ser más falso por varios motivos, empezando por el hecho más obvio: son distintos jugadores.

Además la lesión de Curry se dio mucho más tarde en la temporada y pone en peligro no sólo las primeras rondas de playoffs sino en caso de seguir avanzando, el regresar con ritmo a la duela.

Aunque se piense que tienen a Durant de vuelta, que por varias métricas es el mejor jugador del equipo, Curry es mucho más valioso por muchas razones.

La ofensiva de Golden State está construida alrededor del dos veces MVP de la NBA y cuando no está disponible, funciona totalmente diferente.

En esta temporada el equipo que enfrenten en la primera ronda será una escuadra mucho más poderosa de las que se toparon en los años anteriores pues los conjuntos que están luchando por los últimos dos boletos de playoffs son mucho mejores de los que refleja su marca debido a lesiones que han padecido.

Minnesota y San Antonio en este momento no cuentan con sus estrellas(Jimmy Butler y Kawhi Leonard, respectivamente), pero parece que estarán de vuelta muy pronto y si ese es el caso, se convierten en un serio problema.

Además Utah, Oklahoma City, Denver y Clippers, TODOS han derrotado a los Warriors en esta temporada, con lo que Golden State solamente tiene un .500 de porcentaje ante ellos, es decir: 7 ganados y 7 perdidos.

Y eso que no hemos tomado en cuenta al mejor equipo de la NBA, Houston Rockets.

El equipo texano es el rival más balanceado, hambriento y poderoso que han enfrentado durante su reinado.

Para mantenerte a la par contra ellos necesitas disparar triples como si no hubiera mañana y sin un Curry sano, será muy difícil derrotarlos en una serie de 7 partidos (Discúlpame, Quinn Cook; no eres la solución).

La ofensiva de Golden State se cae de un barranco cuando no tienen a Curry y como lo vimos en la postemporada del 2016, nunca fue el mismo al regresar de la lesión que sufrió.

Además en esta ocasión no sólo tienen que preocuparse por la rodilla de Steph; también está el pulgar roto de Klay Thompson, el declive en el nivel de juego de Draymond Green y el temperamento de Kevin Durant.

Green es el bastión defensivo de los Warriors y el líder motivacional del equipo.

En este momento claramente está en una especie de “bache mental” que lo tiene alejado de su mejor versión.

Mientras Durant y su “buen humor” lo ha llevado a ser expulsado en 5 partidos en lo que va de la temporada (la mayor cantidad en los últimos 25 años, sólo por detrás del polémico Rasheed Wallace).