/ domingo 10 de junio de 2018

Tiempo extra

Después de sumar su tercer título en cuatro temporadas hay una nueva dinastía en el deporte.

El nuevo estándar de excelencia del basquetbol profesional se llama Golden State Warriors.

Si existe alguna duda de ello, sólo hay que voltear a ver los números que han conseguido en los últimos 4 años (incluyendo los playoffs):

-328 victorias y sólo 83 derrotas.

Eso equivale a un porcentaje de triunfos de .798, el mejor en la historia de la NBA.

No hay duda que los Warriors tienen mejor talento que prácticamente cualquier otro equipo en la historia de la liga: 4 futuros miembros del Salón de la Fama, 2 Jugadores Más Valiosos de la NBA y 1 Draymond Green que te puede volver loco, pero también es defensivo del año.

De hecho es tal la capacidad que tiene este equipo que a pesar de las lesiones que sufrieron y el hecho de que jugaron a medio gasen la temporada regular, lograron ganar 58 partidos, en los playoffs encontraron la manera de superar a todos sus oponentes y en las finales vencieron a un LeBron James en modo “Terminator”, para conseguir una barrida por primera vez en más de una década.

El juego 4, disputado este viernes, era solamente un trámite que se tenía que llevar a cabo ya que el espíritu de Cleveland había sido robado (como Shang Tsung te lo arrancaba en Mortal Kombat) en el partido inaugural gracias al tiro libre fallado por George Hill y el inolvidable “lapsus Brutus” de J.R. Smith.

Vaya, lo único interesante que restaba en las finales era saber quién sería nombrado Jugador Más Valioso, que finalmente quedó en manos de Kevin Durant.



ATENCIÓN

Si eres aficionado de los LeBron y los Cavs, te voy a dejar un dato para que hagas una de dos:

1)Te defiendas del bullying al cual estarás sujeto por todos los fans de Warriors de aquí a... no sé cuándo.

2)Sientas que hubo una razón por la que al final los Cavs literalmente no metieron la manoen las finales.

Al finalizar el juego #1, LeBron James estaba tan frustrado que le pegó a un pizarrón y se destrozó la mano derecha.

En ese partido su disparo promedio fue de una distancia de 3.8 metros.

En el resto de la serie el promedio bajó a 2.5 metros por tiro.



En fin...

Pese a quien le pese, los Golden State Warriors son la nueva dinastía del deporte profesional y su magnificencia es tan irritable que tiene que ser admirada.

Después de sumar su tercer título en cuatro temporadas hay una nueva dinastía en el deporte.

El nuevo estándar de excelencia del basquetbol profesional se llama Golden State Warriors.

Si existe alguna duda de ello, sólo hay que voltear a ver los números que han conseguido en los últimos 4 años (incluyendo los playoffs):

-328 victorias y sólo 83 derrotas.

Eso equivale a un porcentaje de triunfos de .798, el mejor en la historia de la NBA.

No hay duda que los Warriors tienen mejor talento que prácticamente cualquier otro equipo en la historia de la liga: 4 futuros miembros del Salón de la Fama, 2 Jugadores Más Valiosos de la NBA y 1 Draymond Green que te puede volver loco, pero también es defensivo del año.

De hecho es tal la capacidad que tiene este equipo que a pesar de las lesiones que sufrieron y el hecho de que jugaron a medio gasen la temporada regular, lograron ganar 58 partidos, en los playoffs encontraron la manera de superar a todos sus oponentes y en las finales vencieron a un LeBron James en modo “Terminator”, para conseguir una barrida por primera vez en más de una década.

El juego 4, disputado este viernes, era solamente un trámite que se tenía que llevar a cabo ya que el espíritu de Cleveland había sido robado (como Shang Tsung te lo arrancaba en Mortal Kombat) en el partido inaugural gracias al tiro libre fallado por George Hill y el inolvidable “lapsus Brutus” de J.R. Smith.

Vaya, lo único interesante que restaba en las finales era saber quién sería nombrado Jugador Más Valioso, que finalmente quedó en manos de Kevin Durant.



ATENCIÓN

Si eres aficionado de los LeBron y los Cavs, te voy a dejar un dato para que hagas una de dos:

1)Te defiendas del bullying al cual estarás sujeto por todos los fans de Warriors de aquí a... no sé cuándo.

2)Sientas que hubo una razón por la que al final los Cavs literalmente no metieron la manoen las finales.

Al finalizar el juego #1, LeBron James estaba tan frustrado que le pegó a un pizarrón y se destrozó la mano derecha.

En ese partido su disparo promedio fue de una distancia de 3.8 metros.

En el resto de la serie el promedio bajó a 2.5 metros por tiro.



En fin...

Pese a quien le pese, los Golden State Warriors son la nueva dinastía del deporte profesional y su magnificencia es tan irritable que tiene que ser admirada.