/ miércoles 17 de abril de 2019

Tiempo extra

Todos pensaban, incluyendo a los propios monarcas de la NBA, que su camino al tricampeonato sería pan comido.

Sin importar lo que pasó en los últimos meses, prenderían el switch cuando fuera necesario y destrozarían a la competencia.

Atrás quedarían las lesiones de Steph Curry y compañía.

Los rumores de Kevin Durant y su inminente salida del equipo.

Problemas de vestidor y la nube de incertidumbre sobre la agencia libre de Klay Thompson.

Vamos, hasta las 6 ocasiones que perdieron en su casa por 20+ puntos (ningún equipo en la historia ha ganado el título con esa cantidad de derrotas por ese margen).

Todo era ruido y afirmaron reiteradamente que no había algo que les afectara.

¿Pues que creen?

La afectación es más grave de lo que se pensaba.

Primero los números fríos

En la historia de playoffs, 110 equipos habían ganado de manera consecutiva al entrar al 4to cuarto con ventaja de por lo menos 14 puntos.

En los últimos 19 minutos y 30 segundos del partido, Los Clippers superaron 72-37 al “mejor” conjunto de la liga y ¡Puff!, se rompió la racha.

¡Vaya! Cuando Durant encestó un tiro libre con 7:31 restante en el 3er cuarto para tomar ventaja de 31 puntos, tenían una probabilidad de 99.99% de NO PERDER el partido, es decir Los Ángeles sólo contaban con .01% para ganar el encuentro, lo que equivale a que te caiga un rayo, veas una invasión alienígena desde tu oficina o que Juan Gabriel se levante de su tumba (tengo miedo).

Si a esto le sumamos que por primera vez en su carrera Kevin Durant fue expulsado por faltas en un juego de playoffs y que DeMarcus Cousins salió lastimado del cuádriceps y estará fuera el resto del año, las alarmas ya son más cómo trompetas del fin del mundo.

No tengo duda que los aficionados de Golden State a pesar de todo lo anterior siguen pensando que han pasado peores y aún así van a salir adelante.

Pero créanme, esta es una bestia totalmente distinta. La arrogancia, problemas internos y lesiones han llegado al límite.

Ganar no es fácil en el deporte profesional y menos de manera consistente. Todos tus oponentes te juegan a matar porque buscan desbancar al campeón.

Ante cualquier signo de flaqueza o desconcentración los monstruos están en la puerta esperando para destruirte.

Por eso hoy, más que nunca, los Warriors son vulnerables.

La última y nos vamos...

Por cierto a pesar de que la NFL es la liga profesional que más dinero genera, sus salarios siguen estando por debajo de otros deportes en particular del basquetbol profesional.

De hecho, el contrato que firmó el mariscal de campo Russell Wilson con Seattle por $35 MDD por temporada (convirtiéndolo en el jugador mejor pagado en la historia de la liga), estaría por detrás del promedio que se embolsarán:

Todos pensaban, incluyendo a los propios monarcas de la NBA, que su camino al tricampeonato sería pan comido.

Sin importar lo que pasó en los últimos meses, prenderían el switch cuando fuera necesario y destrozarían a la competencia.

Atrás quedarían las lesiones de Steph Curry y compañía.

Los rumores de Kevin Durant y su inminente salida del equipo.

Problemas de vestidor y la nube de incertidumbre sobre la agencia libre de Klay Thompson.

Vamos, hasta las 6 ocasiones que perdieron en su casa por 20+ puntos (ningún equipo en la historia ha ganado el título con esa cantidad de derrotas por ese margen).

Todo era ruido y afirmaron reiteradamente que no había algo que les afectara.

¿Pues que creen?

La afectación es más grave de lo que se pensaba.

Primero los números fríos

En la historia de playoffs, 110 equipos habían ganado de manera consecutiva al entrar al 4to cuarto con ventaja de por lo menos 14 puntos.

En los últimos 19 minutos y 30 segundos del partido, Los Clippers superaron 72-37 al “mejor” conjunto de la liga y ¡Puff!, se rompió la racha.

¡Vaya! Cuando Durant encestó un tiro libre con 7:31 restante en el 3er cuarto para tomar ventaja de 31 puntos, tenían una probabilidad de 99.99% de NO PERDER el partido, es decir Los Ángeles sólo contaban con .01% para ganar el encuentro, lo que equivale a que te caiga un rayo, veas una invasión alienígena desde tu oficina o que Juan Gabriel se levante de su tumba (tengo miedo).

Si a esto le sumamos que por primera vez en su carrera Kevin Durant fue expulsado por faltas en un juego de playoffs y que DeMarcus Cousins salió lastimado del cuádriceps y estará fuera el resto del año, las alarmas ya son más cómo trompetas del fin del mundo.

No tengo duda que los aficionados de Golden State a pesar de todo lo anterior siguen pensando que han pasado peores y aún así van a salir adelante.

Pero créanme, esta es una bestia totalmente distinta. La arrogancia, problemas internos y lesiones han llegado al límite.

Ganar no es fácil en el deporte profesional y menos de manera consistente. Todos tus oponentes te juegan a matar porque buscan desbancar al campeón.

Ante cualquier signo de flaqueza o desconcentración los monstruos están en la puerta esperando para destruirte.

Por eso hoy, más que nunca, los Warriors son vulnerables.

La última y nos vamos...

Por cierto a pesar de que la NFL es la liga profesional que más dinero genera, sus salarios siguen estando por debajo de otros deportes en particular del basquetbol profesional.

De hecho, el contrato que firmó el mariscal de campo Russell Wilson con Seattle por $35 MDD por temporada (convirtiéndolo en el jugador mejor pagado en la historia de la liga), estaría por detrás del promedio que se embolsarán: