Los cambios fueron positivos
El tercer NBA All Star que se disputó en la ciudad de Chicago fue todo un éxito gracias a un atrevido cambio en el formato de juego.
Cuando se dieron a conocer las modificaciones para esta edición, jugadores, aficionados y periodistas recibieron los cambios con escepticismo y hasta burlas, sin embargo, vaya que todos estaban equivocados.
El poder honrar la memoria del gran Kobe Bryant y sumar causas nobles que dependían directamente del rendimiento de los basquetbolistas en la duela, regresaron una competitividad que se había perdido hace varios años.
El Juego de las Estrellas de la NBA se había convertido en una cáscara aburrida de egos en lugar de ser la gran celebración de talento y rivalidad para agradecer a los aficionados por su invaluable fanatismo a este deporte.
Por ello el comisionado Adam Silver y todos los involucrados deben estar extasiados por los resultados obtenidos y les aseguro que ya tomaron nota las grandes ligas profesionales de los Estados Unidos, porque necesitan revivir de alguna manera sus respectivos convivios de Estrellas que hace mucho dejaron de importar.
