/ lunes 11 de enero de 2021

Tiempo para la democracia

Desde hace tiempo, en nuestro país, y en muchos otros del orbe, los seguidores de algunas figuras públicas decidieron que todo aquel que las critica, lo hace por odio. Como es natural, al dividir el mundo en buenos y malos, la crítica propositiva deja de existir. Hay sólo amor o mucho coraje, blanco o negro, dulce o salado. Es decir, para ellos todo termina en subordinación absoluta o irritación sin fin. No hay más…

En las democracias, en cambio, la crítica es fundamental. En distintos temas, alcanzar aprobación y unificar opiniones en toda la población se torna complicado e insostenible; sin embargo, no debemos perder de vista que se debe trabajar para todos, sin distinción. En la parte legislativa el consenso entre ideas no puede caer solo en manos de la mayoría, de permitirlo dejaríamos abierto el camino al totalitarismo. Por ello sin crítica, la mayoría abusaría de las minorías y se quedaría con todo. En ese proceso, la democracia dejaría de existir.

A lo largo de los últimos 24 meses tuve el honor de coordinar los trabajos del Grupo Parlamentario de Acción Nacional en el Senado. Ésta ha sido una de las tareas más honrosas, formativas y desafiantes de mi vida. Y, aunque este trabajo se dio en circunstancias sumamente complejas, aprendí muchísimo sobre el valor de la democracia.

Ser oposición, en estos duros momentos, es una condición necesaria, pero no suficiente para poner nuevamente de pie a nuestro país. Hay que saber, también, ser una opción. Para seguir viviendo una democracia, tenemos la convicción de que México no sólo necesita de oposición, sino también de opciones. Nosotros hemos sabido ser ambas.

Debemos seguir apostándole a fortalecer nuestras instituciones y preservar la independencia de los órganos autónomos. Dejar esta gran fuerza ciudadana en manos de un solo un grupo de personas, pone en riesgo a la democracia. Más cuando se hace con tintes políticos. Ante la crisis que estamos viviendo, es necesario estar más unidos que nunca, dejar de lado la división y la polarización. Esa es hoy nuestra función: seguirle dando vida a la democracia, para seguir luchando por México.

Senador del PAN



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Desde hace tiempo, en nuestro país, y en muchos otros del orbe, los seguidores de algunas figuras públicas decidieron que todo aquel que las critica, lo hace por odio. Como es natural, al dividir el mundo en buenos y malos, la crítica propositiva deja de existir. Hay sólo amor o mucho coraje, blanco o negro, dulce o salado. Es decir, para ellos todo termina en subordinación absoluta o irritación sin fin. No hay más…

En las democracias, en cambio, la crítica es fundamental. En distintos temas, alcanzar aprobación y unificar opiniones en toda la población se torna complicado e insostenible; sin embargo, no debemos perder de vista que se debe trabajar para todos, sin distinción. En la parte legislativa el consenso entre ideas no puede caer solo en manos de la mayoría, de permitirlo dejaríamos abierto el camino al totalitarismo. Por ello sin crítica, la mayoría abusaría de las minorías y se quedaría con todo. En ese proceso, la democracia dejaría de existir.

A lo largo de los últimos 24 meses tuve el honor de coordinar los trabajos del Grupo Parlamentario de Acción Nacional en el Senado. Ésta ha sido una de las tareas más honrosas, formativas y desafiantes de mi vida. Y, aunque este trabajo se dio en circunstancias sumamente complejas, aprendí muchísimo sobre el valor de la democracia.

Ser oposición, en estos duros momentos, es una condición necesaria, pero no suficiente para poner nuevamente de pie a nuestro país. Hay que saber, también, ser una opción. Para seguir viviendo una democracia, tenemos la convicción de que México no sólo necesita de oposición, sino también de opciones. Nosotros hemos sabido ser ambas.

Debemos seguir apostándole a fortalecer nuestras instituciones y preservar la independencia de los órganos autónomos. Dejar esta gran fuerza ciudadana en manos de un solo un grupo de personas, pone en riesgo a la democracia. Más cuando se hace con tintes políticos. Ante la crisis que estamos viviendo, es necesario estar más unidos que nunca, dejar de lado la división y la polarización. Esa es hoy nuestra función: seguirle dando vida a la democracia, para seguir luchando por México.

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