/ sábado 27 de noviembre de 2021

Titane: Érase que se era, una princese, liquide

@lamoviola

Había una vez una historia emblemática del post modernismo en la que los personajes transitan en una complejidad que va de la más profunda repulsión a cierto grado de empatía. Érase una historia que rebasa el canon de cualquier género y se vuelve inclasificable, por el crudo irrealismo de sus personajes y su sinceridad cínica: Titane( JuliaDucarnau, 2021), es un filme de su tiempo. Inquieta, pero no cabe en ninguna categoría.

Ganadora de la Palma de Oro en la más reciente edición del Festival de Cannes y del People‘ ChoiceMidnightMadness en Toronto, los personajes encuentran su origen y razón en la hibridez y los estándares – suena contradictorio , es verdad- de la sociedad líquida. Cada uno es esperpéntico pero único. Pertenecen y no pertenecen a su entorno. El universo zombie( Bauman) que vive y muere a la vez.

Su personaje principal, Alexia( AghatheRousellé), es protagonista de un cuento de hadas sin moraleja edificante, pero que retrata más que funcionar como pedagogía, a una sociedad que elude las definiciones. En Titane, lo que es repelente puede resultar empático y lo que funciona con cierta gracia tiene la lectura de lo grotesco.

Desde el inicio el filme inquieta: Alexia( de siete años, interpretada por AdeléGuígue), hace un monumental berrinche en el auto de su padre. La consecuencia es un accidente en la que la niña, sale herida y deben operar la cabeza. El resultado es una gran cicatriz, pero nunca la esencia torva del personaje, que es parte de su naturaleza.

Años después, Alexia ( Rousellé), es bailarina de bares de mala muerte, y cual viuda negra asesina a sus parejas sexuales. Confronta siempre a su padre, que percibe algo extraño en su hija, hasta que esta decide matarlos.

En medio de la huida, decide hacerse pasar por el hijo desaparecido Adrien, años atrás, del decadente anciano consumidor de pastillas Vincent( VincentLindon), pero antes deberá ocultar su naturaleza.

Lo hibrido como discurso y la reivindicación de lo transgresor coronan el discurso de Ducarnau, un cine que se propone transgredir los estándares más chatos sociales. Pero Titane, a diferencia de Raw( Francia, Bélgica, 2016) que aborda el tema del canibalismo, busca cierta conmiseración en sus personajes fuera de toda línea de lo normal. Y lo hace, porque es el cuento de hadas más cercano a la sociedad flexible desde la perspectiva de plantear dudas y reírse de las posibles respuestas.

Imperdible, inexplicable. Y ante la próxima avalancha del canon industrial de los blockbusters, vale la pena abordarla a tiempo.

Es claro que los personajes de Titane, no vivieron felices para siempre, pero es un cuento que debe ver bajo su propio riesgo. El discurso de las indefiniciones vivo como nunca.

@lamoviola

Había una vez una historia emblemática del post modernismo en la que los personajes transitan en una complejidad que va de la más profunda repulsión a cierto grado de empatía. Érase una historia que rebasa el canon de cualquier género y se vuelve inclasificable, por el crudo irrealismo de sus personajes y su sinceridad cínica: Titane( JuliaDucarnau, 2021), es un filme de su tiempo. Inquieta, pero no cabe en ninguna categoría.

Ganadora de la Palma de Oro en la más reciente edición del Festival de Cannes y del People‘ ChoiceMidnightMadness en Toronto, los personajes encuentran su origen y razón en la hibridez y los estándares – suena contradictorio , es verdad- de la sociedad líquida. Cada uno es esperpéntico pero único. Pertenecen y no pertenecen a su entorno. El universo zombie( Bauman) que vive y muere a la vez.

Su personaje principal, Alexia( AghatheRousellé), es protagonista de un cuento de hadas sin moraleja edificante, pero que retrata más que funcionar como pedagogía, a una sociedad que elude las definiciones. En Titane, lo que es repelente puede resultar empático y lo que funciona con cierta gracia tiene la lectura de lo grotesco.

Desde el inicio el filme inquieta: Alexia( de siete años, interpretada por AdeléGuígue), hace un monumental berrinche en el auto de su padre. La consecuencia es un accidente en la que la niña, sale herida y deben operar la cabeza. El resultado es una gran cicatriz, pero nunca la esencia torva del personaje, que es parte de su naturaleza.

Años después, Alexia ( Rousellé), es bailarina de bares de mala muerte, y cual viuda negra asesina a sus parejas sexuales. Confronta siempre a su padre, que percibe algo extraño en su hija, hasta que esta decide matarlos.

En medio de la huida, decide hacerse pasar por el hijo desaparecido Adrien, años atrás, del decadente anciano consumidor de pastillas Vincent( VincentLindon), pero antes deberá ocultar su naturaleza.

Lo hibrido como discurso y la reivindicación de lo transgresor coronan el discurso de Ducarnau, un cine que se propone transgredir los estándares más chatos sociales. Pero Titane, a diferencia de Raw( Francia, Bélgica, 2016) que aborda el tema del canibalismo, busca cierta conmiseración en sus personajes fuera de toda línea de lo normal. Y lo hace, porque es el cuento de hadas más cercano a la sociedad flexible desde la perspectiva de plantear dudas y reírse de las posibles respuestas.

Imperdible, inexplicable. Y ante la próxima avalancha del canon industrial de los blockbusters, vale la pena abordarla a tiempo.

Es claro que los personajes de Titane, no vivieron felices para siempre, pero es un cuento que debe ver bajo su propio riesgo. El discurso de las indefiniciones vivo como nunca.