/ sábado 25 de noviembre de 2017

Transición hacia transportes más limpios

El pasado 17 de noviembre finalizó la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre cambio climático (COP23), que tuvo como objetivo comenzar cuanto antes la implementación del Acuerdo de Paris para contener el cambio climático.

A través de este instrumento internacional, la comunidad internacional busca limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados y lo más cerca posible de 1.5 grados. Se encuentran muchas cosas en juego, lograr estos compromisos es vital para la existencia de miles de especies y ecosistemas amenazados, de algunos Estados insulares y la vida y seguridad de millones de personas en todo el mundo.

De acuerdo con la ONU, la cuarta principal fuente de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) es la quema de combustibles fósiles generada por los medios de transporte motorizado, principalmente en las ciudades y zonas urbanas, en las cuales habitan más de la mitad de la población mundial, pese a ocupar sólo el 3% de la superficie terrestre.

En México la utilización excesiva de automóviles en las grandes ciudades, la falta de políticas que promuevan la utilización de medios de transporte alternos y una deficiente planificación urbana, dan lugar a que se generen altos índices de contaminación, afectando al medio ambiente y dañando la salud de miles de mexicanos.

El año pasado la ONU alertó a nuestro país sobre lo que calificó como un alarmante incremento de los autos de particulares, señalando que, de continuar por este camino, en 2030 cerca de 70 millones de automóviles circularán por las principales ciudades.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2015 el número de vehículos que se encontraban registrados y en circulación fue superior a los 36 millones, cifra que representa un aumento del doble respecto del año 2000.

Para hacer frente a este problema, es fundamental implementar políticas públicas que promuevan la utilización de vehículos no motorizados, invertir mayores recursos en la construcción de infraestructura para el transporte público y promover el tránsito hacía nuevos vehículos más amigables con el medio ambiente, como los autos híbridos y eléctricos.

De acuerdo con estimaciones de ONU Medio Ambiente, sólo cambiando la flotilla actual del transporte público de 22 ciudades en 12 países de América Latina a partir de este año, reemplazándola por vehículos eléctricos, se podrían ahorrar cerca de 64 mil millones de dólares en combustibles y se reducirían 300 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono.

Asimismo, dicha transición contribuiría a evitar la muerte prematura de más de 36 mil 500 personas por enfermedades respiratorias vinculadas con la mala calidad del aire.

México ha comenzado su transición hacia la utilización de energías limpias, manteniendo como prioridad sus compromisos ante el cambio climático. No obstante, los objetivos demandan de la participación de todos en conjunto.

Como ciudadanos, todos podemos ser partícipes en esta labor, utilizando más el transporte público, o medios más amigables con el medio ambiente como las bicicletas y los automóviles con tecnologías de energía limpia.

Nuestro país ha tenido una activa participación en foros multilaterales en favor de la lucha contra el cambio climático, convirtiéndose en un referente obligado en la materia. Como sociedad podemos emular dichas acciones y actuar a la altura de las exigencias que demanda nuestro planeta.

 

Senador del PRI por Sinaloa.

@AaronIrizar

Facebook.com/aaron.irizarlopez

El pasado 17 de noviembre finalizó la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre cambio climático (COP23), que tuvo como objetivo comenzar cuanto antes la implementación del Acuerdo de Paris para contener el cambio climático.

A través de este instrumento internacional, la comunidad internacional busca limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados y lo más cerca posible de 1.5 grados. Se encuentran muchas cosas en juego, lograr estos compromisos es vital para la existencia de miles de especies y ecosistemas amenazados, de algunos Estados insulares y la vida y seguridad de millones de personas en todo el mundo.

De acuerdo con la ONU, la cuarta principal fuente de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) es la quema de combustibles fósiles generada por los medios de transporte motorizado, principalmente en las ciudades y zonas urbanas, en las cuales habitan más de la mitad de la población mundial, pese a ocupar sólo el 3% de la superficie terrestre.

En México la utilización excesiva de automóviles en las grandes ciudades, la falta de políticas que promuevan la utilización de medios de transporte alternos y una deficiente planificación urbana, dan lugar a que se generen altos índices de contaminación, afectando al medio ambiente y dañando la salud de miles de mexicanos.

El año pasado la ONU alertó a nuestro país sobre lo que calificó como un alarmante incremento de los autos de particulares, señalando que, de continuar por este camino, en 2030 cerca de 70 millones de automóviles circularán por las principales ciudades.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2015 el número de vehículos que se encontraban registrados y en circulación fue superior a los 36 millones, cifra que representa un aumento del doble respecto del año 2000.

Para hacer frente a este problema, es fundamental implementar políticas públicas que promuevan la utilización de vehículos no motorizados, invertir mayores recursos en la construcción de infraestructura para el transporte público y promover el tránsito hacía nuevos vehículos más amigables con el medio ambiente, como los autos híbridos y eléctricos.

De acuerdo con estimaciones de ONU Medio Ambiente, sólo cambiando la flotilla actual del transporte público de 22 ciudades en 12 países de América Latina a partir de este año, reemplazándola por vehículos eléctricos, se podrían ahorrar cerca de 64 mil millones de dólares en combustibles y se reducirían 300 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono.

Asimismo, dicha transición contribuiría a evitar la muerte prematura de más de 36 mil 500 personas por enfermedades respiratorias vinculadas con la mala calidad del aire.

México ha comenzado su transición hacia la utilización de energías limpias, manteniendo como prioridad sus compromisos ante el cambio climático. No obstante, los objetivos demandan de la participación de todos en conjunto.

Como ciudadanos, todos podemos ser partícipes en esta labor, utilizando más el transporte público, o medios más amigables con el medio ambiente como las bicicletas y los automóviles con tecnologías de energía limpia.

Nuestro país ha tenido una activa participación en foros multilaterales en favor de la lucha contra el cambio climático, convirtiéndose en un referente obligado en la materia. Como sociedad podemos emular dichas acciones y actuar a la altura de las exigencias que demanda nuestro planeta.

 

Senador del PRI por Sinaloa.

@AaronIrizar

Facebook.com/aaron.irizarlopez