/ miércoles 1 de diciembre de 2021

Tres años catastróficos

Ni siquiera se puede hablar de luces y sombras, con un gobierno en el que ha predominado la oscuridad. Una oscuridad que ha hecho intentos dramáticos, por borrar de un “decretazo” las conquistas democráticas. Por devolvernos a los años de la noche PRInosáurica, de la que luchamos a brazo partido por liberarnos. Y, el que crea que se trata de un Régimen de Izquierda, está frito. Vivimos un populismo que nos retrotrae a décadas que pensamos jamás volverían.

Hasta ahora, lo único que ha dejado son crisis agudizadas y generadoras de una mayor pobreza y constantes ataques a quienes considera sus enemigos, desde científicos a universidades, a periodistas, intelectuales, académicos y sus propios funcionarios.

Llega a su tercer año de mandato, con su culto a la personalidad que divide a los mexicanos y provoca odio y desprecio por el otro. Con índices de popularidad altísimos e inexplicables, su único interés, por encima de cualquier problemática, es el electorero. Busca, a como de lugar, un continuismo de esa pseudo ideología que practica y que carece de pies ni cabeza.

Para un sector de ilusos, marcados por la Izquierda más obsoleta, “va por el camino correcto”, máxime cuando empieza a rodearse de radicales. Le aplauden a rabiar, aberraciones como la última del “Decretazo”, violación flagrante a la Constitución, de un autoritarismo patente.

Esos rasgos, que su sector de fanáticos seguidores encuadra en el socialismo, no son más que fulgores de un populismo que se acerca a la definición de una dictadura. Por el contrario, se apega con fuerza a un conservadurismo atroz, en el que sobresale un discurso de una moralina ridícula y cursi.

A tres años de su llegada destruye instituciones y las sataniza por su “corrupción”, sin que jamás entregue una prueba de ello o se haya sujeto a proceso a quienes estaban a cargo.

Liquida el sistema de salud que, aunque tenía muchas deficiencias cubría en lo básico a la población. Elimina el Seguro Popular y da paso al inútil e ineficaz Insabi, el que pone en manos de un oscuro burócrata, antropólogo de profesión. Destaza la adquisición de medicamentos y nos condena a un desabasto que ha propiciado miles de muertes.

Dejó, desde su llegada al poder, en el abandono a las madres trabajadoras, al quitarles las guarderías, en las que también argumentó que había corrupción, misma que jamás comprobó.

Para las mujeres solo ha tenido desprecio y negligencia, a pesar de quererle tapar el ojo al macho, nombrando a varias féminas en altos cargos. El que ocupen despachos destacados no implica que sean feministas ni que él entienda la problemática del género. Disculpa la venta de niñas y la clasifica como “usos y costumbres”, crimen que tendría que castigarse con todo el peso de la ley.

Con sus iniciativas de Reformas ahuyenta inversiones y facilita el que los capitales sigan abandonando el país, con serias consecuencias. Manipula a los legisladores de su partido, forzándolos a emitir leyes con las que ni siquiera, un buen número de ellos, está de acuerdo. Por supuesto que es culpa de quien es incapaz de ejercer su independencia de criterio, pero, al que desobedece el mandato del emperador, se sabe que le cae encima un mazazo.

Con una economía en crisis, un sistema de salud desmantelado, una violencia que deja más muertos que en cualquier otro Régimen y un discurso de odio que lacera el espíritu, llega al tercer año. ¡Negro futuro!

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Ni siquiera se puede hablar de luces y sombras, con un gobierno en el que ha predominado la oscuridad. Una oscuridad que ha hecho intentos dramáticos, por borrar de un “decretazo” las conquistas democráticas. Por devolvernos a los años de la noche PRInosáurica, de la que luchamos a brazo partido por liberarnos. Y, el que crea que se trata de un Régimen de Izquierda, está frito. Vivimos un populismo que nos retrotrae a décadas que pensamos jamás volverían.

Hasta ahora, lo único que ha dejado son crisis agudizadas y generadoras de una mayor pobreza y constantes ataques a quienes considera sus enemigos, desde científicos a universidades, a periodistas, intelectuales, académicos y sus propios funcionarios.

Llega a su tercer año de mandato, con su culto a la personalidad que divide a los mexicanos y provoca odio y desprecio por el otro. Con índices de popularidad altísimos e inexplicables, su único interés, por encima de cualquier problemática, es el electorero. Busca, a como de lugar, un continuismo de esa pseudo ideología que practica y que carece de pies ni cabeza.

Para un sector de ilusos, marcados por la Izquierda más obsoleta, “va por el camino correcto”, máxime cuando empieza a rodearse de radicales. Le aplauden a rabiar, aberraciones como la última del “Decretazo”, violación flagrante a la Constitución, de un autoritarismo patente.

Esos rasgos, que su sector de fanáticos seguidores encuadra en el socialismo, no son más que fulgores de un populismo que se acerca a la definición de una dictadura. Por el contrario, se apega con fuerza a un conservadurismo atroz, en el que sobresale un discurso de una moralina ridícula y cursi.

A tres años de su llegada destruye instituciones y las sataniza por su “corrupción”, sin que jamás entregue una prueba de ello o se haya sujeto a proceso a quienes estaban a cargo.

Liquida el sistema de salud que, aunque tenía muchas deficiencias cubría en lo básico a la población. Elimina el Seguro Popular y da paso al inútil e ineficaz Insabi, el que pone en manos de un oscuro burócrata, antropólogo de profesión. Destaza la adquisición de medicamentos y nos condena a un desabasto que ha propiciado miles de muertes.

Dejó, desde su llegada al poder, en el abandono a las madres trabajadoras, al quitarles las guarderías, en las que también argumentó que había corrupción, misma que jamás comprobó.

Para las mujeres solo ha tenido desprecio y negligencia, a pesar de quererle tapar el ojo al macho, nombrando a varias féminas en altos cargos. El que ocupen despachos destacados no implica que sean feministas ni que él entienda la problemática del género. Disculpa la venta de niñas y la clasifica como “usos y costumbres”, crimen que tendría que castigarse con todo el peso de la ley.

Con sus iniciativas de Reformas ahuyenta inversiones y facilita el que los capitales sigan abandonando el país, con serias consecuencias. Manipula a los legisladores de su partido, forzándolos a emitir leyes con las que ni siquiera, un buen número de ellos, está de acuerdo. Por supuesto que es culpa de quien es incapaz de ejercer su independencia de criterio, pero, al que desobedece el mandato del emperador, se sabe que le cae encima un mazazo.

Con una economía en crisis, un sistema de salud desmantelado, una violencia que deja más muertos que en cualquier otro Régimen y un discurso de odio que lacera el espíritu, llega al tercer año. ¡Negro futuro!

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq