/ miércoles 3 de octubre de 2018

Trilateral

Culmina un ciclo de gobierno e inicia otro, hoy esta situación viene acompañada de un cambio en la relación comercial fundamental con el exterior: Termina la etapa del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y da inicio el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá que moderniza la relación trilateral en materia comercial “de acuerdo a las necesidades del Siglo XXI”.

El documento acordado formalmente por los tres gobiernos involucrados, pero en realidad avalado por cuatro gobiernos considerando al gobierno entrante, pasa a revisión de los congresos de cada país y en México es facultad del Senado de la República aprobar o desechar el acuerdo comercial.

Sin duda todo apunta a que el esfuerzo de negociación desarrollado será aprobado y ratificado por los correspondientes poderes legislativos, pero tomando nota de aquellos temas que requerirán de la adopción de medidas inmediatas de gobierno para apuntalar los procesos económicos y comerciales que deberán adaptarse al nuevo contexto del intercambio comercial. Es decir, aun cuando el acuerdo puede ofrecer una perspectiva favorable a los tres países en la lógica de ganar-ganar, también es cierto que muchas cosas habrán de cambiar y algunos sectores económicos y sociales requerirán de una estrategia de adaptación para no quedar fuera de los privilegios comerciales que conlleva el acceso a los mercados del norte.

Por otro lado, para México es una buena noticia en términos del impacto financiero y cambiario pues se elimina uno de los factores de incertidumbre que desde la llegadade Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos pesaba sobre la economía del país.

En la negociación todas las partes cedieron algo y como ejemplo de ello está la “supervivencia” del capítulo XIX del TLCAN que establece como mecanismo para abordar resoluciones definitivas sobre antidumping y cuotas compensatorias y la revisión a través de llevar cabo un panel binacional integrado por expertos. Eliminar este procedimiento era uno de los temas en los que insistió Estados Unidos de América (EUA) hasta el final. De igual modo, Canadá ampliará el acceso a su mercado de productos lácteos y México aceptó que entre el 40 y el 45 por ciento del contenido de los vehículos sea hecho por trabajadores que ganen al menos 16 dólares por hora. De acuerdo a la Secretaría de Economía, 70% de los autos exportados por México cumplen con estas reglas. El arancel será de libre comercio, cero tasa y las empresas tendrán hasta el año 2020 para adaptarse.

El anuncio del acuerdo trilateral es importante pues evita dudas en torno a la viabilidad de un acuerdo comercial bilateral México-EUA puesto el Congreso de EUA autorizó una negociación Fast para un acuerdo trilateral no bilateral. Con el anuncio de este domingo queda zanjado ese asunto y abre la opción para discusión en el Congreso.

Así entonces el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto concluye su mandato renovando el entorno comercial más importante para el país por su volumen y cercanía, en tanto que el gobierno entrante garantiza iniciar su ciclo con un instrumento comercial que puede potenciar la actividad económica y ampliar el margen financiero de estabilidad.


Culmina un ciclo de gobierno e inicia otro, hoy esta situación viene acompañada de un cambio en la relación comercial fundamental con el exterior: Termina la etapa del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y da inicio el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá que moderniza la relación trilateral en materia comercial “de acuerdo a las necesidades del Siglo XXI”.

El documento acordado formalmente por los tres gobiernos involucrados, pero en realidad avalado por cuatro gobiernos considerando al gobierno entrante, pasa a revisión de los congresos de cada país y en México es facultad del Senado de la República aprobar o desechar el acuerdo comercial.

Sin duda todo apunta a que el esfuerzo de negociación desarrollado será aprobado y ratificado por los correspondientes poderes legislativos, pero tomando nota de aquellos temas que requerirán de la adopción de medidas inmediatas de gobierno para apuntalar los procesos económicos y comerciales que deberán adaptarse al nuevo contexto del intercambio comercial. Es decir, aun cuando el acuerdo puede ofrecer una perspectiva favorable a los tres países en la lógica de ganar-ganar, también es cierto que muchas cosas habrán de cambiar y algunos sectores económicos y sociales requerirán de una estrategia de adaptación para no quedar fuera de los privilegios comerciales que conlleva el acceso a los mercados del norte.

Por otro lado, para México es una buena noticia en términos del impacto financiero y cambiario pues se elimina uno de los factores de incertidumbre que desde la llegadade Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos pesaba sobre la economía del país.

En la negociación todas las partes cedieron algo y como ejemplo de ello está la “supervivencia” del capítulo XIX del TLCAN que establece como mecanismo para abordar resoluciones definitivas sobre antidumping y cuotas compensatorias y la revisión a través de llevar cabo un panel binacional integrado por expertos. Eliminar este procedimiento era uno de los temas en los que insistió Estados Unidos de América (EUA) hasta el final. De igual modo, Canadá ampliará el acceso a su mercado de productos lácteos y México aceptó que entre el 40 y el 45 por ciento del contenido de los vehículos sea hecho por trabajadores que ganen al menos 16 dólares por hora. De acuerdo a la Secretaría de Economía, 70% de los autos exportados por México cumplen con estas reglas. El arancel será de libre comercio, cero tasa y las empresas tendrán hasta el año 2020 para adaptarse.

El anuncio del acuerdo trilateral es importante pues evita dudas en torno a la viabilidad de un acuerdo comercial bilateral México-EUA puesto el Congreso de EUA autorizó una negociación Fast para un acuerdo trilateral no bilateral. Con el anuncio de este domingo queda zanjado ese asunto y abre la opción para discusión en el Congreso.

Así entonces el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto concluye su mandato renovando el entorno comercial más importante para el país por su volumen y cercanía, en tanto que el gobierno entrante garantiza iniciar su ciclo con un instrumento comercial que puede potenciar la actividad económica y ampliar el margen financiero de estabilidad.