/ viernes 10 de noviembre de 2017

Trump, enfrentando la violencia sin responsabilidades

El decir que, en democracia, un presidente gobierna para todos, adquiere una dimensión especial cuando se trata del primer mandatario de Estados Unidos, ya que, al ser la primera potencia mundial, se trata de un cargo de responsabilidad global, no solo nacional.

Los recientes episodios de violencia que se han vivido dentro de suelo estadounidense, como el atropellamiento masivo de ciclistas en Nueva York, donde por cierto cinco de las víctimas eran argentinos, así como el tirador que ultimó a 26 personas en una iglesia en Texas, dejando gravemente heridas a 20 más, retratan una problemática profunda o varias, que no se resuelven con declaraciones hechas a la ligera, de acuerdo a lo que representen en términos de conveniencia política.

Tanto en la reciente masacre de Texas (que ha sido la más grande perpetrada en la historia de esa entidad), como la otra registrada recientemente en un festival de música country en Las Vegas nevada (la más grande en la historia de Estados Unidos), el presidente norteamericano, Donald Trump, se apresuró a declarar que los responsables habrían sido enfermos mentales, para los que tuvo toda clase de adjetivos descalificativos, todo ello que sin que mediara valoración clínica por parte de siquiatra especializado alguno. Sobra decir que en ninguno de los dos dramáticos casos hizo referencia a la facilidad con que cualquier ciudadano estadounidense puede adquirir armas de fuego, incluyendo rifles de asalto, y portarlas para perpetrar masacres como las mencionadas.

Por otra parte, tratándose de otra masacre, como la recientemente perpetrada en Nueva York, donde 8 personas murieron y 12 resultaron heridas, el presunto responsable fue Saifullo Saypov, a quien el presidente Donald Trump, señaló de forma casi inmediata como terrorista y atribuyendo el hecho a lo que él considera una política laxa de Estados Unidos para la inmigración. Cabe señalar que esta persona llegó a ese país como inmigrante en el 2010, sin mostrar tendencias a la radicalización, misma que al parecer adquirió ya estando en suelo estadounidense.

El atentado de Nueva York, fue posteriormente reivindicado por el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés), sin ofrecer prueba alguna de que haya sido así, ya que la nueva modalidad del terrorismo de la citada organización, radica en difundir por todo el mundo a través de internet, cómo sembrar terror, incluso sin hacer uso de ningún tipo de arma de fuego, como en este caso que se utilizó una camioneta para atropellar transeúntes desprevenidos. Generalmente este tipo de instrucciones suelen ser tomadas por parte de llamados “lobos solitarios”, que, sin tener ningún vínculo aparente con ISIS, actúan en su nombre.

Ambos tipos de masacres son altamente preocupantes, ya que resultan extremadamente difíciles de detectar de forma previa, con labores de inteligencia o similares, pues son llevadas a cabo por personajes generalmente solitarios, a quienes difícilmente se les puede rastrear por un patrón de llamadas telefónicas o asociar con otros hechos de violencia. Se trata de personas que suelen mostrarse retraídas, hasta que estallan y provocan daños a los que no suelen sobrevivir, ya sea por suicidio o por ser abatidos por la Policía.

Pero si bien es difícil detectar con facilidad a este tipo de personajes, nada ayuda la forma irresponsable en que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sale a calificarlos con base en sus filias y sus fobias personales y políticas, sin considerar que muchas de las peores masacres en la historia de ese país han sido cometidas por parte de pistoleros nacidos en su territorio, a los que se les facilita la vida con el sencillo acceso que se tiene a las armas de fuego, aunque claro, sus fabricantes agrupados en la Asociación del Rifle, son activos patrocinadores políticos, principalmente Republicanos, de ahí buena parte de la cercanía.

 

Senadora por el PRI

yolandadelatorre@senado.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

@Yoladelatorre

El decir que, en democracia, un presidente gobierna para todos, adquiere una dimensión especial cuando se trata del primer mandatario de Estados Unidos, ya que, al ser la primera potencia mundial, se trata de un cargo de responsabilidad global, no solo nacional.

Los recientes episodios de violencia que se han vivido dentro de suelo estadounidense, como el atropellamiento masivo de ciclistas en Nueva York, donde por cierto cinco de las víctimas eran argentinos, así como el tirador que ultimó a 26 personas en una iglesia en Texas, dejando gravemente heridas a 20 más, retratan una problemática profunda o varias, que no se resuelven con declaraciones hechas a la ligera, de acuerdo a lo que representen en términos de conveniencia política.

Tanto en la reciente masacre de Texas (que ha sido la más grande perpetrada en la historia de esa entidad), como la otra registrada recientemente en un festival de música country en Las Vegas nevada (la más grande en la historia de Estados Unidos), el presidente norteamericano, Donald Trump, se apresuró a declarar que los responsables habrían sido enfermos mentales, para los que tuvo toda clase de adjetivos descalificativos, todo ello que sin que mediara valoración clínica por parte de siquiatra especializado alguno. Sobra decir que en ninguno de los dos dramáticos casos hizo referencia a la facilidad con que cualquier ciudadano estadounidense puede adquirir armas de fuego, incluyendo rifles de asalto, y portarlas para perpetrar masacres como las mencionadas.

Por otra parte, tratándose de otra masacre, como la recientemente perpetrada en Nueva York, donde 8 personas murieron y 12 resultaron heridas, el presunto responsable fue Saifullo Saypov, a quien el presidente Donald Trump, señaló de forma casi inmediata como terrorista y atribuyendo el hecho a lo que él considera una política laxa de Estados Unidos para la inmigración. Cabe señalar que esta persona llegó a ese país como inmigrante en el 2010, sin mostrar tendencias a la radicalización, misma que al parecer adquirió ya estando en suelo estadounidense.

El atentado de Nueva York, fue posteriormente reivindicado por el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés), sin ofrecer prueba alguna de que haya sido así, ya que la nueva modalidad del terrorismo de la citada organización, radica en difundir por todo el mundo a través de internet, cómo sembrar terror, incluso sin hacer uso de ningún tipo de arma de fuego, como en este caso que se utilizó una camioneta para atropellar transeúntes desprevenidos. Generalmente este tipo de instrucciones suelen ser tomadas por parte de llamados “lobos solitarios”, que, sin tener ningún vínculo aparente con ISIS, actúan en su nombre.

Ambos tipos de masacres son altamente preocupantes, ya que resultan extremadamente difíciles de detectar de forma previa, con labores de inteligencia o similares, pues son llevadas a cabo por personajes generalmente solitarios, a quienes difícilmente se les puede rastrear por un patrón de llamadas telefónicas o asociar con otros hechos de violencia. Se trata de personas que suelen mostrarse retraídas, hasta que estallan y provocan daños a los que no suelen sobrevivir, ya sea por suicidio o por ser abatidos por la Policía.

Pero si bien es difícil detectar con facilidad a este tipo de personajes, nada ayuda la forma irresponsable en que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sale a calificarlos con base en sus filias y sus fobias personales y políticas, sin considerar que muchas de las peores masacres en la historia de ese país han sido cometidas por parte de pistoleros nacidos en su territorio, a los que se les facilita la vida con el sencillo acceso que se tiene a las armas de fuego, aunque claro, sus fabricantes agrupados en la Asociación del Rifle, son activos patrocinadores políticos, principalmente Republicanos, de ahí buena parte de la cercanía.

 

Senadora por el PRI

yolandadelatorre@senado.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

@Yoladelatorre