/ jueves 19 de abril de 2018

Trump, proteccionismo y guerra comercial

El gobierno estadounidense ha señalado abiertamente a los culpables del déficit comercial del país y entre éstos, los dos grandes enemigos del “America First” son México y China. China es el país con el que existe un mayor déficit en la balanza comercial estadounidense (la relación importaciones-exportaciones).

Es por esto que el gigante asiático se ha convertido en el blanco de la política unilateral de Trump.

La primera medida tomada por el gobierno norteamericano fue imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero y el 10 por ciento a las de aluminio. En un principio parecía que era una política general para todos los exportadores con los que se relaciona Estados Unidos, sin embargo, se exceptuó a Canadá, México y, recientemente, a la Unión Europea y Corea del Sur. La segunda medida se anunció el pasado 3 de abril, en la que se imponen aranceles a 1,300 productos de origen chino, lo que equivale a 50 mil millones de dólares en términos comerciales.

Ante la practica unilateral y proteccionista del gobierno de Trump, China condenó las decisiones tomadas y anunció la imposición de un gravamen del 25% a las importaciones de 106 productos estadounidenses.

La suma comercial de esta alza es equivalente a la impuesta por EU, 50 mil millones de dólares. Si bien, China no ha anunciado una fecha para la entrada en vigor de los aranceles anunciados, sí condicionó su formalización a las futuras decisiones de Estados Unidos. Trump ha iniciado una guerra comercial entre las dos economías mas grandes del mundo. Esto preocupa a analistas y ha puesto en alerta a los mercados del mundo. En opinión de los especialistas, una guerra comercial no beneficiaría a ninguna de las dos economías, pues generaría inflación en los precios, afectando el consumo y la calidad de vida de los ciudadanos de ambos países.

Las recientes políticas proteccionistas del presidente Donald Trump han generado tensión en la relación que mantienen Estados Unidos y China. Durante su campaña electoral, en 2016, el entonces candidato prometió acabar con las relaciones desleales que afectan a la Unión Americana, con la finalidad de reducir el déficit comercial que tiene el país.

El gobierno estadounidense ha señalado abiertamente a los culpables del déficit comercial del país y entre éstos, los dos grandes enemigos del “America First” son México y China. China es el país con el que existe un mayor déficit en la balanza comercial estadounidense (la relación importaciones-exportaciones).

Es por esto que el gigante asiático se ha convertido en el blanco de la política unilateral de Trump.

La primera medida tomada por el gobierno norteamericano fue imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero y el 10 por ciento a las de aluminio. En un principio parecía que era una política general para todos los exportadores con los que se relaciona Estados Unidos, sin embargo, se exceptuó a Canadá, México y, recientemente, a la Unión Europea y Corea del Sur. La segunda medida se anunció el pasado 3 de abril, en la que se imponen aranceles a 1,300 productos de origen chino, lo que equivale a 50 mil millones de dólares en términos comerciales.

Ante la practica unilateral y proteccionista del gobierno de Trump, China condenó las decisiones tomadas y anunció la imposición de un gravamen del 25% a las importaciones de 106 productos estadounidenses.

La suma comercial de esta alza es equivalente a la impuesta por EU, 50 mil millones de dólares. Si bien, China no ha anunciado una fecha para la entrada en vigor de los aranceles anunciados, sí condicionó su formalización a las futuras decisiones de Estados Unidos. Trump ha iniciado una guerra comercial entre las dos economías mas grandes del mundo. Esto preocupa a analistas y ha puesto en alerta a los mercados del mundo. En opinión de los especialistas, una guerra comercial no beneficiaría a ninguna de las dos economías, pues generaría inflación en los precios, afectando el consumo y la calidad de vida de los ciudadanos de ambos países.

Las recientes políticas proteccionistas del presidente Donald Trump han generado tensión en la relación que mantienen Estados Unidos y China. Durante su campaña electoral, en 2016, el entonces candidato prometió acabar con las relaciones desleales que afectan a la Unión Americana, con la finalidad de reducir el déficit comercial que tiene el país.