/ lunes 26 de octubre de 2020

Trump vs. Biden: probable que se decida en tribunales

Por Enrique Alanis, Asociado COMEXI

Se prevé que la polarización social, entorno político, y pandemia retrasarán el resultado de la elección Presidencial de EUA. La pandemia modificó el proceso de votación, ya que disminuirá el voto presencial -por el riesgo al contagio-, e incrementará el voto por correo tradicional, lo cual retrasará el conteo. Trump ya ha denunciado fraude en dicho proceso. Las encuestas en EUA tienen un problema de origen. Estiman un voto popular que no se puede traducir al posible resultado del Colegio Electoral, el cual consiste en asignar una cantidad de puntos a cada Estado de la Unión Americana, correspondiente a su población. El triunfador puede ganar el Colegio Electoral aunque pierda el voto popular, como sucedió en 2016.

En esta coyuntura, la prospectiva que podríamos avistar sería que el mejor escenario fuese que el Presidente electo ganara el voto popular y el Colegio Electoral. Ante la ausencia de una victoria contundente y rápida, y en el caso de un resultado con poca diferencia, ambos Trump y Biden saldrán a proclamarse victoriosos y no aceptarán derrota, lo cual podría prolongar la indefinición, provocando una crisis política con múltiples argumentos jurídicos, y posibles confrontaciones violentas de grupos extremos de la sociedad. De esta manera, la legislación de EUA prevé una ruta legal para cada posible escenario, desde un empate técnico, hasta una indefinición que pase más allá del 20 de enero de 2021, último día del actual periodo presidencial. Si Trump no resultase triunfador, denunciará fraude de los demócratas en la votación por correo tradicional, e inculpará a movilizaciones violentas por no permitir asistir a votar, y también acusará la supuesta intromisión y manipulación del voto por parte de China, Rusia y otros países. Biden podría recurrir a argumentos similares.

Por lo tanto podríamos concluir que durante los siguientes días continuarán los ataques incluyendo exhibición de situaciones comprometedoras por filtraciones y hackeos, información falsa, y supuestos o reales ciberataques. Existe una baja probabilidad que se tenga un resultado definitivo la noche de la elección o al siguiente día. Cabe destacar que ante una indefinición prolongada del resultado, un Presidente en el poder tiene un significativo margen de maniobra a su favor para movilizar y ejercer presión a instituciones o actores clave. Alta probabilidad que la elección se decida en la Suprema Corte, donde además de estar conformada actualmente por una mayoría de jueces de corte conservador, los Republicanos están presionando para incluir a una juez más antes de concluir el proceso electoral. La elección de EUA no deja de ser un riesgo para las democracias globales si el resultado es controversial, incierto y cuestionado. Además de desprestigiar los procesos de votación democrática, al ser EUA la primera potencia global económica y militar, su estabilidad política y social repercute en la estabilidad y prosperidad del resto del mundo. Esperemos que resulte un ganador contundente que enaltezca el ejercicio democrático del voto libre.




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Se prevé que la polarización social, entorno político, y pandemia retrasarán el resultado de la elección Presidencial de EUA. La pandemia modificó el proceso de votación, ya que disminuirá el voto presencial -por el riesgo al contagio-, e incrementará el voto por correo tradicional, lo cual retrasará el conteo. Trump ya ha denunciado fraude en dicho proceso. Las encuestas en EUA tienen un problema de origen. Estiman un voto popular que no se puede traducir al posible resultado del Colegio Electoral, el cual consiste en asignar una cantidad de puntos a cada Estado de la Unión Americana, correspondiente a su población. El triunfador puede ganar el Colegio Electoral aunque pierda el voto popular, como sucedió en 2016.

En esta coyuntura, la prospectiva que podríamos avistar sería que el mejor escenario fuese que el Presidente electo ganara el voto popular y el Colegio Electoral. Ante la ausencia de una victoria contundente y rápida, y en el caso de un resultado con poca diferencia, ambos Trump y Biden saldrán a proclamarse victoriosos y no aceptarán derrota, lo cual podría prolongar la indefinición, provocando una crisis política con múltiples argumentos jurídicos, y posibles confrontaciones violentas de grupos extremos de la sociedad. De esta manera, la legislación de EUA prevé una ruta legal para cada posible escenario, desde un empate técnico, hasta una indefinición que pase más allá del 20 de enero de 2021, último día del actual periodo presidencial. Si Trump no resultase triunfador, denunciará fraude de los demócratas en la votación por correo tradicional, e inculpará a movilizaciones violentas por no permitir asistir a votar, y también acusará la supuesta intromisión y manipulación del voto por parte de China, Rusia y otros países. Biden podría recurrir a argumentos similares.

Por lo tanto podríamos concluir que durante los siguientes días continuarán los ataques incluyendo exhibición de situaciones comprometedoras por filtraciones y hackeos, información falsa, y supuestos o reales ciberataques. Existe una baja probabilidad que se tenga un resultado definitivo la noche de la elección o al siguiente día. Cabe destacar que ante una indefinición prolongada del resultado, un Presidente en el poder tiene un significativo margen de maniobra a su favor para movilizar y ejercer presión a instituciones o actores clave. Alta probabilidad que la elección se decida en la Suprema Corte, donde además de estar conformada actualmente por una mayoría de jueces de corte conservador, los Republicanos están presionando para incluir a una juez más antes de concluir el proceso electoral. La elección de EUA no deja de ser un riesgo para las democracias globales si el resultado es controversial, incierto y cuestionado. Además de desprestigiar los procesos de votación democrática, al ser EUA la primera potencia global económica y militar, su estabilidad política y social repercute en la estabilidad y prosperidad del resto del mundo. Esperemos que resulte un ganador contundente que enaltezca el ejercicio democrático del voto libre.




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