/ lunes 2 de diciembre de 2019

Un año de la presidencia de López Obrador

El primer año de gobierno que ha transcurrido se puede analizar desde muchos aspectos, el económico es el más recurrente. Considero que vale la pena tomar otro ángulo: el ejercicio de la política en la era de la Cuarta Transformación.


El primer aspecto que destacaría sería el de la transparencia y libertad de expresión. Tenemos un presidente que realiza ejercicios inéditos de comunicación política en sus conferencias mañaneras, esto tiene como efecto que uno de los valores principales de la democracia -la libertad de expresión- se ejerza como nunca antes. Todos pueden opinar sobre las acciones del ejecutivo, vaya, hasta expresidentes han reaparecido para generar debate en la arena pública. Algo que jamás hubiera sucedido en épocas pasadas.


El ejercicio de libertad de expresión también fluye en el otro sentido: el presidente fija su posición -acuerdos y desacuerdos- de manera pública con otros actores políticos y sociales. Estos ingredientes están enriqueciendo la democracia en México. Se equivocan los que hablan de polarización.


La democracia participativa. Las reformas que se han alcanzado en materia de consulta popular, revocación de mandato y eliminación del fuero se orientan a construir una presidencia más cercana a la ciudadanía, y por contraparte una sociedad que cuente con instrumentos que le permitan involucrarse en la toma de decisiones públicas.


La convicción democrática del presidente, desde su reiterado llamado de los gobiernos a no interferir en las elecciones, pasando por el empoderamiento de la ciudadanía y culminando con la potencialización máxima de la libertad de expresión, nos arrojan un balance positivo en el ejercicio de la política en este primer año de gobierno. Democracia en el ejercicio de gobierno.

El primer año de gobierno que ha transcurrido se puede analizar desde muchos aspectos, el económico es el más recurrente. Considero que vale la pena tomar otro ángulo: el ejercicio de la política en la era de la Cuarta Transformación.


El primer aspecto que destacaría sería el de la transparencia y libertad de expresión. Tenemos un presidente que realiza ejercicios inéditos de comunicación política en sus conferencias mañaneras, esto tiene como efecto que uno de los valores principales de la democracia -la libertad de expresión- se ejerza como nunca antes. Todos pueden opinar sobre las acciones del ejecutivo, vaya, hasta expresidentes han reaparecido para generar debate en la arena pública. Algo que jamás hubiera sucedido en épocas pasadas.


El ejercicio de libertad de expresión también fluye en el otro sentido: el presidente fija su posición -acuerdos y desacuerdos- de manera pública con otros actores políticos y sociales. Estos ingredientes están enriqueciendo la democracia en México. Se equivocan los que hablan de polarización.


La democracia participativa. Las reformas que se han alcanzado en materia de consulta popular, revocación de mandato y eliminación del fuero se orientan a construir una presidencia más cercana a la ciudadanía, y por contraparte una sociedad que cuente con instrumentos que le permitan involucrarse en la toma de decisiones públicas.


La convicción democrática del presidente, desde su reiterado llamado de los gobiernos a no interferir en las elecciones, pasando por el empoderamiento de la ciudadanía y culminando con la potencialización máxima de la libertad de expresión, nos arrojan un balance positivo en el ejercicio de la política en este primer año de gobierno. Democracia en el ejercicio de gobierno.