/ jueves 24 de diciembre de 2020

Un año para reflexionar

Este 2020 fue un año lleno de retos y oportunidades; sobre todo un año de mucha enseñanza y aprendizaje como seres humanos, para cuidarnos unos a otros.

Nos encontramos viviendo un momento crucial no sólo nacional, sino a nivel mundial. Un año que colapsó al mundo entero en diversos ámbitos, desde el económico hasta el hoy más trascendente que es el de la salud. Nos dimos cuenta de lo vulnerable que es verdaderamente el ser humano.

Continuamos atravesando una contingencia que no sólo es sanitaria, con medidas de salud preventivas y de reacción para atender la propagación del COVID-19, pues además se desató la atención de medidas económicas, educativas y de colaboración a distancia.

Hoy más que nunca, el uso de la tecnología fue uno de los protagonistas para permitirnos continuar cumpliendo con distintas actividades laborales y profesionales y también, permitirnos estar pendientes y cerca de nuestros seres queridos.

Y nos parece importante que en estas fechas de cierre de año reflexionemos sobre ¿qué va a suceder? De qué manera la contingencia continuará cambiando la vida de todos, pero sobre todo nos ayude a impulsar un nuevo panorama político, social, económico, familiar, cultural y educativo, que permitan una convivencia armónica en las nuevas condiciones.

Este 2020 fuimos testigos de una colaboración y esfuerzos institucionales importantes para que los niños no perdieran clases, no se detengan en un ritmo académico y, es notable el arrojo que han puesto algunos maestros para utilizar plataformas digitales con la finalidad de prolongar el contacto con los infantes para afectar lo menos posible su desarrollo académico.

También, reiteramos que es momento de continuar con el fomento de hacer compras de productos en los mercados cercanos, que permita la generación de recursos para las familias que dependen de aquéllos; es una oportunidad crucial de mostrarnos empáticos con los menos afortunados; es momento de tener conciencia y no vaciar los estantes de los supermercados, es decir, ser compartidos y conscientes que los productos deben alcanzar para todos.

Pues, aunque es conocido y esperado por todos ser vacunados, lo cierto es que, las circunstancias han cambiado y la nueva normalidad muy probablemente se quede como una constante de convivencia, quizá con reglas más flexibles que las de este año, pero sin lugar a duda con condiciones de higiene preponderantes y que se han convertido en parte de la vida cotidiana de niños y adultos, ya que el virus no va a desaparecer y aún falta tiempo para hacernos más resistentes a él.

Es momento, de enseñar a los niños que, otra manera de demostrar amor es cuidándonos entre todos, grandes y pequeños, propios y extraños. Pues en la medida que las condiciones de prevención sean permeadas en la conciencia de los niños, se volverá más sencillo generar cambios de conducta permanentes que nos mantengan a salvo.

Todas estas acciones positivas, de higiene y empatía, si son enseñadas con convicción a las nuevas generaciones, sintámonos seguros que haremos una diferencia positiva para los años venideros.

¡Feliz Navidad y próspero año nuevo!

Este 2020 fue un año lleno de retos y oportunidades; sobre todo un año de mucha enseñanza y aprendizaje como seres humanos, para cuidarnos unos a otros.

Nos encontramos viviendo un momento crucial no sólo nacional, sino a nivel mundial. Un año que colapsó al mundo entero en diversos ámbitos, desde el económico hasta el hoy más trascendente que es el de la salud. Nos dimos cuenta de lo vulnerable que es verdaderamente el ser humano.

Continuamos atravesando una contingencia que no sólo es sanitaria, con medidas de salud preventivas y de reacción para atender la propagación del COVID-19, pues además se desató la atención de medidas económicas, educativas y de colaboración a distancia.

Hoy más que nunca, el uso de la tecnología fue uno de los protagonistas para permitirnos continuar cumpliendo con distintas actividades laborales y profesionales y también, permitirnos estar pendientes y cerca de nuestros seres queridos.

Y nos parece importante que en estas fechas de cierre de año reflexionemos sobre ¿qué va a suceder? De qué manera la contingencia continuará cambiando la vida de todos, pero sobre todo nos ayude a impulsar un nuevo panorama político, social, económico, familiar, cultural y educativo, que permitan una convivencia armónica en las nuevas condiciones.

Este 2020 fuimos testigos de una colaboración y esfuerzos institucionales importantes para que los niños no perdieran clases, no se detengan en un ritmo académico y, es notable el arrojo que han puesto algunos maestros para utilizar plataformas digitales con la finalidad de prolongar el contacto con los infantes para afectar lo menos posible su desarrollo académico.

También, reiteramos que es momento de continuar con el fomento de hacer compras de productos en los mercados cercanos, que permita la generación de recursos para las familias que dependen de aquéllos; es una oportunidad crucial de mostrarnos empáticos con los menos afortunados; es momento de tener conciencia y no vaciar los estantes de los supermercados, es decir, ser compartidos y conscientes que los productos deben alcanzar para todos.

Pues, aunque es conocido y esperado por todos ser vacunados, lo cierto es que, las circunstancias han cambiado y la nueva normalidad muy probablemente se quede como una constante de convivencia, quizá con reglas más flexibles que las de este año, pero sin lugar a duda con condiciones de higiene preponderantes y que se han convertido en parte de la vida cotidiana de niños y adultos, ya que el virus no va a desaparecer y aún falta tiempo para hacernos más resistentes a él.

Es momento, de enseñar a los niños que, otra manera de demostrar amor es cuidándonos entre todos, grandes y pequeños, propios y extraños. Pues en la medida que las condiciones de prevención sean permeadas en la conciencia de los niños, se volverá más sencillo generar cambios de conducta permanentes que nos mantengan a salvo.

Todas estas acciones positivas, de higiene y empatía, si son enseñadas con convicción a las nuevas generaciones, sintámonos seguros que haremos una diferencia positiva para los años venideros.

¡Feliz Navidad y próspero año nuevo!