/ viernes 3 de septiembre de 2021

Un buen regreso

El 30 de agosto regresamos a la actividad presencial en las escuelas de la Ciudad de México, tras 17 meses de tener nuestros planteles escolares cerrados. Lo hicimos en un ambiente marcado por el ánimo, la esperanza y la emoción de niñas, niños y familias, donde no estuvo ausente de temor, pero aún así, en la capital del país regresaron más del 90% de las escuelas de educación básica y alrededor del 30% de las y los estudiantes. Esta última estadística es natural, ya que las experiencias de otras ciudades y países han registrado una proporcionalidad de asistencia menor pero que se incrementa paulatinamente.

La catástrofe que esperaban los evangelistas del caos y la malquerencia no se dio, toda vez que las escuelas que reabrieron sus puertas en un marco de limitaciones y austeridad estuvieron funcionales. Esto fue posible por la estrategia de atención a la infraestructura física educativa de la Dra. Claudia Sheinbaum, los tequios de limpieza con la comunidad educativa y a los programas sociales de apoyo a niñas y niños del Gobierno de la Ciudad de México.

De manera muy especial, el regreso a la escuela fue posible gracias a las maestras, maestros y trabajadores administrativos, que con patriotismo, pero sobre todo con sentido ético, retomaron con valentía la actividad presencial. Todos quienes integramos la comunidad educativa trabajamos para que la esperanza venza al miedo, para que el trabajo venza a la apatía y para que la generosidad sea más que la mezquindad.

El regreso era impostergable, ya que todos los sectores de la sociedad y de la economía prácticamente retornaron a sus actividades presenciales: desde los conductores de transporte público, comerciantes, oficinistas, burócratas, hasta la Secretaria de Educación Pública y el Presidente. No podemos estar aislados o encapsulados de la sociedad a la que pertenecemos, servimos, y con la que estamos obligados a ser solidarios.

El regreso a la escuela permitirá retomar los aprendizajes, iniciar una ruta de resiliencia y la construcción de futuro; también tendrá impactos positivos en la sociedad, la economía mexicana. Iniciamos un regreso a clases presencial en el que toda la comunidad educativa de la Ciudad de México se esfuerza por salir adelante y no lamentarse en la abulia, con la convicción de que educar es la acción patriótica más alta porque la educación es el único método de largo plazo para la equidad, bienestar y prosperidad; por ello siguiendo el llamado del Presidente, regresamos a la escuela porque es lo que más le conviene a las familias pero sobre todo a nuestro país. XXXTwitter:@LuisH_Fernandez


El 30 de agosto regresamos a la actividad presencial en las escuelas de la Ciudad de México, tras 17 meses de tener nuestros planteles escolares cerrados. Lo hicimos en un ambiente marcado por el ánimo, la esperanza y la emoción de niñas, niños y familias, donde no estuvo ausente de temor, pero aún así, en la capital del país regresaron más del 90% de las escuelas de educación básica y alrededor del 30% de las y los estudiantes. Esta última estadística es natural, ya que las experiencias de otras ciudades y países han registrado una proporcionalidad de asistencia menor pero que se incrementa paulatinamente.

La catástrofe que esperaban los evangelistas del caos y la malquerencia no se dio, toda vez que las escuelas que reabrieron sus puertas en un marco de limitaciones y austeridad estuvieron funcionales. Esto fue posible por la estrategia de atención a la infraestructura física educativa de la Dra. Claudia Sheinbaum, los tequios de limpieza con la comunidad educativa y a los programas sociales de apoyo a niñas y niños del Gobierno de la Ciudad de México.

De manera muy especial, el regreso a la escuela fue posible gracias a las maestras, maestros y trabajadores administrativos, que con patriotismo, pero sobre todo con sentido ético, retomaron con valentía la actividad presencial. Todos quienes integramos la comunidad educativa trabajamos para que la esperanza venza al miedo, para que el trabajo venza a la apatía y para que la generosidad sea más que la mezquindad.

El regreso era impostergable, ya que todos los sectores de la sociedad y de la economía prácticamente retornaron a sus actividades presenciales: desde los conductores de transporte público, comerciantes, oficinistas, burócratas, hasta la Secretaria de Educación Pública y el Presidente. No podemos estar aislados o encapsulados de la sociedad a la que pertenecemos, servimos, y con la que estamos obligados a ser solidarios.

El regreso a la escuela permitirá retomar los aprendizajes, iniciar una ruta de resiliencia y la construcción de futuro; también tendrá impactos positivos en la sociedad, la economía mexicana. Iniciamos un regreso a clases presencial en el que toda la comunidad educativa de la Ciudad de México se esfuerza por salir adelante y no lamentarse en la abulia, con la convicción de que educar es la acción patriótica más alta porque la educación es el único método de largo plazo para la equidad, bienestar y prosperidad; por ello siguiendo el llamado del Presidente, regresamos a la escuela porque es lo que más le conviene a las familias pero sobre todo a nuestro país. XXXTwitter:@LuisH_Fernandez