/ viernes 28 de agosto de 2020

Un cachito de vergüenza…

El presidente Andrés Manuel López Obrador lleva por lo menos 20 años repitiendo que la corrupción es inaceptable y que él va a terminar con ella poniendo el ejemplo al pueblo bueno y a los funcionarios que integran las estructuras de gobiernos.

Uno podría preguntarse si ese buen ejemplo lo puso también en su casa, puesto que hace unos días se difundió un video en donde se podía apreciar a su hermano, Pío López Obrador, recibiendo lo que se supone es, por lo menos, un millón de pesos en efectivo para el movimiento de regeneración nacional (MORENA)

Declaraciones que sin duda sorprendieron a más de uno, pero a otros simplemente nos hizo sentido, pues es imposible mantenerse 18 años en campaña solo con el financiamiento público a los partidos políticos.

Lo correcto hubiera sido que el presidente, en congruencia, desconociera cualquier tipo de vínculo con su hermano y estos actos a todas luces ilegales, exigiendo a la Fiscalía que se investigara, y en su caso, castigara a los responsables, pues como él mismo lo ha dicho varias veces: Nadie está por encima de la ley.

Sin embargo, en la conferencia mañanera se dedicó a explicar cómo el tenía conocimiento de estos hechos y que se trataba de “donaciones” que aportaban sus seguidores para materializar sus objetivos de transformar a México.

Por supuesto que estas declaraciones generaron más preguntas que respuestas, ¿si eran donaciones bajo el amparo de la ley, por qué hacerlo de esa forma? ¿existen documentos que respalden esas transacciones? ¿se pagaron los impuestos correspondientes?

En una maniobra desesperada para tratar de desviar la atención de esta noticia, esta semana el presidente compartió a través de sus redes sociales un video donde invita a las personas a comprar su “cachito” para la polémica rifa (que no es rifa) del avión presidencial.

Además, no creemos que sea coincidencia que a principios de esta semana nuestro país rebasó la terrible cifra de 60 mil muertes a causa de COVID 19, que eran las proyecciones más extremas del gobierno hasta hace unos meses, sin embargo, aunque dicen que “ya domaron la pandemia” seguimos siendo el tercer lugar en el mundo con mayor número de víctimas, sólo por debajo de Estados Unidos y Brasil.

A nivel económico, las cosas están peor que nunca. El miércoles pasado el INEGI publicó los resultados del PIB, los cuales indican una disminución del -17.1 % en términos reales en el trimestre abril-junio de 2020.

Es decir, tendríamos que preguntarnos ¿qué otra maroma, además del video de la rifa del avión presidencial, sacará de la manga en estos días para intentar desviar la atención de la corrupción que existe en la casa del propio Presidente, los miles de muertos que el gobierno niega y la situación económica que vivimos los mexicanos?

Señor presidente, no me queda más que invitarlo a que usted también se compre un “cachito” pero no para la rifa, sino un cachito de vergüenza.

El presidente Andrés Manuel López Obrador lleva por lo menos 20 años repitiendo que la corrupción es inaceptable y que él va a terminar con ella poniendo el ejemplo al pueblo bueno y a los funcionarios que integran las estructuras de gobiernos.

Uno podría preguntarse si ese buen ejemplo lo puso también en su casa, puesto que hace unos días se difundió un video en donde se podía apreciar a su hermano, Pío López Obrador, recibiendo lo que se supone es, por lo menos, un millón de pesos en efectivo para el movimiento de regeneración nacional (MORENA)

Declaraciones que sin duda sorprendieron a más de uno, pero a otros simplemente nos hizo sentido, pues es imposible mantenerse 18 años en campaña solo con el financiamiento público a los partidos políticos.

Lo correcto hubiera sido que el presidente, en congruencia, desconociera cualquier tipo de vínculo con su hermano y estos actos a todas luces ilegales, exigiendo a la Fiscalía que se investigara, y en su caso, castigara a los responsables, pues como él mismo lo ha dicho varias veces: Nadie está por encima de la ley.

Sin embargo, en la conferencia mañanera se dedicó a explicar cómo el tenía conocimiento de estos hechos y que se trataba de “donaciones” que aportaban sus seguidores para materializar sus objetivos de transformar a México.

Por supuesto que estas declaraciones generaron más preguntas que respuestas, ¿si eran donaciones bajo el amparo de la ley, por qué hacerlo de esa forma? ¿existen documentos que respalden esas transacciones? ¿se pagaron los impuestos correspondientes?

En una maniobra desesperada para tratar de desviar la atención de esta noticia, esta semana el presidente compartió a través de sus redes sociales un video donde invita a las personas a comprar su “cachito” para la polémica rifa (que no es rifa) del avión presidencial.

Además, no creemos que sea coincidencia que a principios de esta semana nuestro país rebasó la terrible cifra de 60 mil muertes a causa de COVID 19, que eran las proyecciones más extremas del gobierno hasta hace unos meses, sin embargo, aunque dicen que “ya domaron la pandemia” seguimos siendo el tercer lugar en el mundo con mayor número de víctimas, sólo por debajo de Estados Unidos y Brasil.

A nivel económico, las cosas están peor que nunca. El miércoles pasado el INEGI publicó los resultados del PIB, los cuales indican una disminución del -17.1 % en términos reales en el trimestre abril-junio de 2020.

Es decir, tendríamos que preguntarnos ¿qué otra maroma, además del video de la rifa del avión presidencial, sacará de la manga en estos días para intentar desviar la atención de la corrupción que existe en la casa del propio Presidente, los miles de muertos que el gobierno niega y la situación económica que vivimos los mexicanos?

Señor presidente, no me queda más que invitarlo a que usted también se compre un “cachito” pero no para la rifa, sino un cachito de vergüenza.