/ viernes 22 de julio de 2022

Un camino hacia el olvido 

Por: Natalia Roca Loperena


“Tienes que comprender que nadie pone a sus hijos en un bote, a menos que el agua sea más segura que la tierra.” - Warsan Shire

Día a día, alrededor del mundo, miles de personas arriesgan su vida para sobrevivir. Los refugiados y los migrantes que salen de su país forzosamente porque éste ya no es un lugar seguro son olvidados. El sufrimiento y la desesperación se convierte en su nueva forma de vida. Mientras tanto… el mundo entero aparta la vista.

La Agencia de la ONU para los Refugiados expresó en mayo que el número de personas forzadas a huir de sus hogares debido a los conflictos, la violencia, las violaciones de derechos humanos y la persecución superó por primera vez los 100 millones en todo el mundo, cifra que representa más del 1% de la población mundial.

Los migrantes y los refugiados se topan con desafíos, abusos y graves peligros al buscar una mejor vida en otro país. Por ejemplo, el tráfico de personas es uno de los crímenes que más se ha agudizado en los últimos años debido a lo vulnerables que son en los trayectos que recorren y al reducido apoyo que se les da. Existen cuerpos que nunca son identificados y familias que no saben qué sucedió con sus seres queridos. Es preocupante que, en algunas ocasiones, los policías y cuerpos de seguridad que deberían cuidarles al final están involucrados en su sufrimiento o hasta asesinato.

El conflicto entre Rusia y Ucrania aumentó el número de personas desplazadas en el mundo, pero el 68% siguen proviniendo de sólo cinco países: Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar. (ACNUR, 2022) Esto demuestra la importancia de considerar a todas las personas desplazadas y darnos cuenta que existen más conflictos sucediendo en este momento, aunque no se escuche constantemente sobre ellos, que hacen que miles de personas huyan de su país. Es crucial no dejar de lado los “conflictos olvidados”, aquellas guerras civiles y muertes que se dan a diario en países no occidentales. Es hora de reconocer y mediatizar que todas las vidas valen por igual y que la crisis migratoria mundial afecta a todos.

Respetar los derechos fundamentales de los seres humanos, crear sistemas de protección humanitaria, aumentar la cooperación regional y presionar a los gobiernos para crear políticas públicas que protejan a los migrantes es fundamental. Así mismo, implementar mecanismos de paz que logren remediar las situaciones de violencia y que ayuden a estabilizar al país son primordiales para evitar que las personas tengan que arriesgar su vida en búsqueda de bienestar y dignidad.

Las vidas y luchas de quienes buscan asilo, huyendo de países inundados por guerra a los que por años habían llamado hogar, no serán olvidadas.

Por: Natalia Roca Loperena


“Tienes que comprender que nadie pone a sus hijos en un bote, a menos que el agua sea más segura que la tierra.” - Warsan Shire

Día a día, alrededor del mundo, miles de personas arriesgan su vida para sobrevivir. Los refugiados y los migrantes que salen de su país forzosamente porque éste ya no es un lugar seguro son olvidados. El sufrimiento y la desesperación se convierte en su nueva forma de vida. Mientras tanto… el mundo entero aparta la vista.

La Agencia de la ONU para los Refugiados expresó en mayo que el número de personas forzadas a huir de sus hogares debido a los conflictos, la violencia, las violaciones de derechos humanos y la persecución superó por primera vez los 100 millones en todo el mundo, cifra que representa más del 1% de la población mundial.

Los migrantes y los refugiados se topan con desafíos, abusos y graves peligros al buscar una mejor vida en otro país. Por ejemplo, el tráfico de personas es uno de los crímenes que más se ha agudizado en los últimos años debido a lo vulnerables que son en los trayectos que recorren y al reducido apoyo que se les da. Existen cuerpos que nunca son identificados y familias que no saben qué sucedió con sus seres queridos. Es preocupante que, en algunas ocasiones, los policías y cuerpos de seguridad que deberían cuidarles al final están involucrados en su sufrimiento o hasta asesinato.

El conflicto entre Rusia y Ucrania aumentó el número de personas desplazadas en el mundo, pero el 68% siguen proviniendo de sólo cinco países: Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar. (ACNUR, 2022) Esto demuestra la importancia de considerar a todas las personas desplazadas y darnos cuenta que existen más conflictos sucediendo en este momento, aunque no se escuche constantemente sobre ellos, que hacen que miles de personas huyan de su país. Es crucial no dejar de lado los “conflictos olvidados”, aquellas guerras civiles y muertes que se dan a diario en países no occidentales. Es hora de reconocer y mediatizar que todas las vidas valen por igual y que la crisis migratoria mundial afecta a todos.

Respetar los derechos fundamentales de los seres humanos, crear sistemas de protección humanitaria, aumentar la cooperación regional y presionar a los gobiernos para crear políticas públicas que protejan a los migrantes es fundamental. Así mismo, implementar mecanismos de paz que logren remediar las situaciones de violencia y que ayuden a estabilizar al país son primordiales para evitar que las personas tengan que arriesgar su vida en búsqueda de bienestar y dignidad.

Las vidas y luchas de quienes buscan asilo, huyendo de países inundados por guerra a los que por años habían llamado hogar, no serán olvidadas.