/ jueves 22 de noviembre de 2018

Un contexto de riesgos

El cambio de gobierno supone un ajuste de la gestión pública que regularmente conlleva un proceso de aprendizaje y un freno en las decisiones de gobierno y del sector privado que afectan tanto a la economía como a la política y la sociedad. De ahí que en este proceso de acomodo sea importante considerar tanto el contexto externo como el interno para evitar sorpresas y trabas en el desarrollo del nuevo proyecto de gobierno.

En este sentido, es importante no dejar pasar las previsiones que elaboran diversos organismos públicos y privados nacionales y del extranjero que apuntan a nuevos problemas y situaciones de incertidumbre que indudablemente afectarán el inicio del nuevo gobierno.

En este caso se cuenta con planteamientos del Banco de México donde al igual que el Fondo Monetario Internacional señala que la economía global pese a que sigue creciendo muestra una dinámica a la baja y desigual al mismo tiempo.

Entre los elementos que afectan la dinámica económica destaca la guerra comercial que hoy presenta varias aristas; por un lado de manera preponderante la relación comercial entre la República Popular China y Estados Unidos no muestra visos de mejora, por el contrario, esta disputa pasa del terreno de lo bilateral a lo multilateral afectan el futuro de la Organización Mundial de Comercio. Igualmente, el tema Unión Europea-Estados Unidos plantea una afectación de la relación comercial que afecta a economías como la de Alemania que es el motor de la Unión Europea.

A ello se suma la incertidumbre sobre el Brexit y de concretarse, del propio modelo de Brexit que afectará el desempeño de varias economías europeas. Si lo comercial se ha complicado, en lo financiero no da tregua la volatilidad y la continuidad del alza de las tasas de interés, en particular, la de la FED (EUA) que sigue afectando decisiones de inversión y la movilidad de los flujos financieros que por su naturaleza son eminentemente especulativos.

En el plano interno, que es donde la nueva administración puede incidir para generar un contexto de estabilidad y contención de los impactos del exterior, pesa la incertidumbre sobre la conducción y capacidades de la Administración Pública Federal en un contexto de cambio de mandos y políticas, pero también (por lo que se aprecia) de salida de profesionales de la gestión pública.

Esta incertidumbre no necesariamente se contendrá con el anuncio del Consejo Asesor del próximo gobierno, donde se le da cabida a empresarios y empresas relevantes, lo que se puede calificar de acertado, pues el tema de la renovación de la gestión pública no ha generado el clima de confianza, de resultados y de cumplimiemto cabal de compromisos que son necesarios para un inicio exitoso de gobierno.

De lo que se trata es de que el país avance y que cuente con una administración púbica eficiente y eficaz, confiable y con capacidad de superar los retos actuales y futuros.

El cambio de gobierno supone un ajuste de la gestión pública que regularmente conlleva un proceso de aprendizaje y un freno en las decisiones de gobierno y del sector privado que afectan tanto a la economía como a la política y la sociedad. De ahí que en este proceso de acomodo sea importante considerar tanto el contexto externo como el interno para evitar sorpresas y trabas en el desarrollo del nuevo proyecto de gobierno.

En este sentido, es importante no dejar pasar las previsiones que elaboran diversos organismos públicos y privados nacionales y del extranjero que apuntan a nuevos problemas y situaciones de incertidumbre que indudablemente afectarán el inicio del nuevo gobierno.

En este caso se cuenta con planteamientos del Banco de México donde al igual que el Fondo Monetario Internacional señala que la economía global pese a que sigue creciendo muestra una dinámica a la baja y desigual al mismo tiempo.

Entre los elementos que afectan la dinámica económica destaca la guerra comercial que hoy presenta varias aristas; por un lado de manera preponderante la relación comercial entre la República Popular China y Estados Unidos no muestra visos de mejora, por el contrario, esta disputa pasa del terreno de lo bilateral a lo multilateral afectan el futuro de la Organización Mundial de Comercio. Igualmente, el tema Unión Europea-Estados Unidos plantea una afectación de la relación comercial que afecta a economías como la de Alemania que es el motor de la Unión Europea.

A ello se suma la incertidumbre sobre el Brexit y de concretarse, del propio modelo de Brexit que afectará el desempeño de varias economías europeas. Si lo comercial se ha complicado, en lo financiero no da tregua la volatilidad y la continuidad del alza de las tasas de interés, en particular, la de la FED (EUA) que sigue afectando decisiones de inversión y la movilidad de los flujos financieros que por su naturaleza son eminentemente especulativos.

En el plano interno, que es donde la nueva administración puede incidir para generar un contexto de estabilidad y contención de los impactos del exterior, pesa la incertidumbre sobre la conducción y capacidades de la Administración Pública Federal en un contexto de cambio de mandos y políticas, pero también (por lo que se aprecia) de salida de profesionales de la gestión pública.

Esta incertidumbre no necesariamente se contendrá con el anuncio del Consejo Asesor del próximo gobierno, donde se le da cabida a empresarios y empresas relevantes, lo que se puede calificar de acertado, pues el tema de la renovación de la gestión pública no ha generado el clima de confianza, de resultados y de cumplimiemto cabal de compromisos que son necesarios para un inicio exitoso de gobierno.

De lo que se trata es de que el país avance y que cuente con una administración púbica eficiente y eficaz, confiable y con capacidad de superar los retos actuales y futuros.