/ domingo 30 de diciembre de 2018

Un día especial

Consciente de la celebridad de las fechas, de las emociones y reflexiones que ellas despiertan además de considerar el arduo y complicado año por el que hemos atravesado, permítaseme desviar hoy la atención a temas más personales y meditabundos…

Mucho tenemos que aprender de “nuestros viejos”… Por supuesto que no me refiero a ellos de manera despreciativa o en afán de minimizar su gastada imagen consecuencia de los años; muy por el contrario, cada día hemos de valorar más su presencia, su experiencia, sus palabras, su condición, en fin, la fortuna de tenerlos.

Ha llegado a mí una reflexión –anónima-, que me permito compartir dado que, cuando estamos en plenitud y no apreciamos el valor de vivir, nos cuesta trabajo comprender la definición de “un día especial”, veamos:

“La última vez que le regalé unos zapatos a mi madre, fueron unas sandalias negras. Se las estrenó ese mismo día; cuando la vi, ¡me sorprendí!... Yo se las había comprado para “un día especial” y le pregunté: ¿porqué las has estrenado tan rápido? Me respondió: “¿ Y si me muero mañana?... se las va a estrenar otra. ¡No mijo, estás son para estrenarse hoy mismo!” Dos meses después mi madre falleció…

Hoy volví a recordar las sandalias negras de mamá -algo desgastadas- Y recordando me pregunto:

¿Qué estamos esperando para estrenar?

¿Qué es realmente un día especial, cuando la vida se vive una sola vez?

Así pasamos la vida... esperando el momento adecuado, el momento preciso, el día especial para estrenar aquello que nos hará sentir mejor. ¿Cuánta gente llegó aquí sin decir lo que quiso, sin ponerse lo que quería, sin regresar a algún lugar o sin pedir perdón? ¿Los amores que jamás fueron... por esperar un poco a decirlo? ¿Los matrimonios que se rompieron porque el otro... no dijo "perdón" primero? ¿Los amigos que dejaron de hablarse... por un mal entendido? ¿La familia que jamás volvió a reunirse... porque no encontraban un día? ¿Los sueños que se quedaron en sueños... por esperar la oportunidad? ¿La gente honesta que perdimos... porque fue sincera y nos dolió?.

¿Y si no llega mañana...? ¿Qué dejaste sin estrenar... para que otro estrenara? ¿A quién dejaste... para que otro amara? ¿Qué palabras dejaste sin pronunciar? ¿Con qué perdón en el pecho te quedaste? ¿A quién le debes una explicación? ¿A quién debiste darle una oportunidad? ¿A quién debiste cerrar la puerta, sin jamás mirar atrás? ¿Qué aventura dejaste sin hacer?

Guardamos sin estrenar palabras, compañía, sentimientos, sueños... solo por miedo a fracasar, por vergüenza o peor aún ¡por orgullo! Y así vamos calmando los latidos del corazón, sin darnos cuenta que nos quedamos inertes a nte la vida, por esperar a mañana: EL MAÑANA no existe... es solo una esperanza, una idea que tal vez no llega, vivamos ¡HOY!

Debemos estrenar zapatos este día especial; luchar por lo que amas, por tus sueños, intentar, atrevernos antes que alguien más se atreva por nosotros. ¡VIVAMOS!!!

Cada día por la mañana, al abrir los ojos Dios, la vida o quien cada quien decida su impulso, tenemos una nueva oportunidad: Despierta, atrévete, arriésgate... Quizás éste sea el día; si fallas no te preocupes, en tanto haya vida, siempre habrá una nueva oportunidad.

Estrenemos esos zapatos, ese abrigo, luzcamos aquella joya, bailemos, hagamos escuchar nuestra voz cantando, soñemos, decidámonos por ese proyecto; qué importa si se maltratan, si parecemos ridículos, si se escucha mal, si fracasamos…

HOY es un buen día para estrenar este nuevo año 2019 con la ilusión, con el entusiasmo, con todas la fuerzas y las ganas de VIVIR!!!

¡MUY FELIZ AÑO PARA TODOS!

gamogui@hotmail.com

Consciente de la celebridad de las fechas, de las emociones y reflexiones que ellas despiertan además de considerar el arduo y complicado año por el que hemos atravesado, permítaseme desviar hoy la atención a temas más personales y meditabundos…

Mucho tenemos que aprender de “nuestros viejos”… Por supuesto que no me refiero a ellos de manera despreciativa o en afán de minimizar su gastada imagen consecuencia de los años; muy por el contrario, cada día hemos de valorar más su presencia, su experiencia, sus palabras, su condición, en fin, la fortuna de tenerlos.

Ha llegado a mí una reflexión –anónima-, que me permito compartir dado que, cuando estamos en plenitud y no apreciamos el valor de vivir, nos cuesta trabajo comprender la definición de “un día especial”, veamos:

“La última vez que le regalé unos zapatos a mi madre, fueron unas sandalias negras. Se las estrenó ese mismo día; cuando la vi, ¡me sorprendí!... Yo se las había comprado para “un día especial” y le pregunté: ¿porqué las has estrenado tan rápido? Me respondió: “¿ Y si me muero mañana?... se las va a estrenar otra. ¡No mijo, estás son para estrenarse hoy mismo!” Dos meses después mi madre falleció…

Hoy volví a recordar las sandalias negras de mamá -algo desgastadas- Y recordando me pregunto:

¿Qué estamos esperando para estrenar?

¿Qué es realmente un día especial, cuando la vida se vive una sola vez?

Así pasamos la vida... esperando el momento adecuado, el momento preciso, el día especial para estrenar aquello que nos hará sentir mejor. ¿Cuánta gente llegó aquí sin decir lo que quiso, sin ponerse lo que quería, sin regresar a algún lugar o sin pedir perdón? ¿Los amores que jamás fueron... por esperar un poco a decirlo? ¿Los matrimonios que se rompieron porque el otro... no dijo "perdón" primero? ¿Los amigos que dejaron de hablarse... por un mal entendido? ¿La familia que jamás volvió a reunirse... porque no encontraban un día? ¿Los sueños que se quedaron en sueños... por esperar la oportunidad? ¿La gente honesta que perdimos... porque fue sincera y nos dolió?.

¿Y si no llega mañana...? ¿Qué dejaste sin estrenar... para que otro estrenara? ¿A quién dejaste... para que otro amara? ¿Qué palabras dejaste sin pronunciar? ¿Con qué perdón en el pecho te quedaste? ¿A quién le debes una explicación? ¿A quién debiste darle una oportunidad? ¿A quién debiste cerrar la puerta, sin jamás mirar atrás? ¿Qué aventura dejaste sin hacer?

Guardamos sin estrenar palabras, compañía, sentimientos, sueños... solo por miedo a fracasar, por vergüenza o peor aún ¡por orgullo! Y así vamos calmando los latidos del corazón, sin darnos cuenta que nos quedamos inertes a nte la vida, por esperar a mañana: EL MAÑANA no existe... es solo una esperanza, una idea que tal vez no llega, vivamos ¡HOY!

Debemos estrenar zapatos este día especial; luchar por lo que amas, por tus sueños, intentar, atrevernos antes que alguien más se atreva por nosotros. ¡VIVAMOS!!!

Cada día por la mañana, al abrir los ojos Dios, la vida o quien cada quien decida su impulso, tenemos una nueva oportunidad: Despierta, atrévete, arriésgate... Quizás éste sea el día; si fallas no te preocupes, en tanto haya vida, siempre habrá una nueva oportunidad.

Estrenemos esos zapatos, ese abrigo, luzcamos aquella joya, bailemos, hagamos escuchar nuestra voz cantando, soñemos, decidámonos por ese proyecto; qué importa si se maltratan, si parecemos ridículos, si se escucha mal, si fracasamos…

HOY es un buen día para estrenar este nuevo año 2019 con la ilusión, con el entusiasmo, con todas la fuerzas y las ganas de VIVIR!!!

¡MUY FELIZ AÑO PARA TODOS!

gamogui@hotmail.com