/ lunes 6 de mayo de 2019

Un enorme paso para las mujeres

Durante muchos años, la lucha de las mujeres se ha centrado en combatir las inercias culturales que no permiten avanzar en lo concerniente a la igualdad sustantiva.

Se han buscado alternativas, posiciones y espacios que nos permiten formar parte de los cambios trascendentales de nuestro país. Resulta incomprensible a los ojos de cualquier persona que se siga combatiendo por el simple hecho de lograr igualdad de oportunidades, sin embargo esa es la realidad.

Hoy en el Senado de la República, por primera vez en la historia, se cuenta con una composición prácticamente paritaria, lo cual nos pone a la vanguardia unto con países de primer mundo como Suecia. Ello gracias a una reforma electoral, así como a resoluciones judiciales que urgieron a diversos organismos, sobretodo políticos, a propiciar la igualdad de oportunidades.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), sostiene que, si hubiera igualdad de acceso a recursos en el sector, se aumentaría el rendimiento agrícola entre 20 y 30%, aumentando la producción mundial entre un 2,5% y un 4%, generando un impacto global en la reducción del hambre de casi 17%. El McKinsey Global Institute, consultora internacional y una de las principales instituciones en el mundo que realizan investigación y estadísticas en materia de género, reflejó en su último informe que, si en nuestro país se redujera la brecha de género, para 2025 se agregarían casi 800 mil millones de dólares al Producto Interno Bruto.

Esto quiere decir que es muy claro que el otorgar a las mujeres las mismas oportunidades no sólo es un acto de justicia, sino que además implica un beneficio social, político y económico para potenciar el desarrollo del país.

Recientemente, el Senado de la República trabajo y aprobó en Comisiones una reforma a diversas disposiciones de la Constitución en materia de paridad de género. En ella se buscó que los organismos públicos (incluyendo a los autónomos) de los tres órdenes de gobierno cuenten con paridad en la conformación de sus gabinetes o cuerpos colegiados, además de generar piso parejo en oportunidades para las designaciones de cargos electivos o de designación directa.

No se trata de tomar por asalto las instituciones, ni de tener más posiciones de las legítimamente ganadas. Se trata de, por fin, poner piso parejo para el acceso a oportunidades. De demostrar capacidad ya nosotras nos encargaremos.

Esto es el inicio de una serie de acciones y políticas en beneficio de las mujeres de nuestro país.

Durante muchos años, la lucha de las mujeres se ha centrado en combatir las inercias culturales que no permiten avanzar en lo concerniente a la igualdad sustantiva.

Se han buscado alternativas, posiciones y espacios que nos permiten formar parte de los cambios trascendentales de nuestro país. Resulta incomprensible a los ojos de cualquier persona que se siga combatiendo por el simple hecho de lograr igualdad de oportunidades, sin embargo esa es la realidad.

Hoy en el Senado de la República, por primera vez en la historia, se cuenta con una composición prácticamente paritaria, lo cual nos pone a la vanguardia unto con países de primer mundo como Suecia. Ello gracias a una reforma electoral, así como a resoluciones judiciales que urgieron a diversos organismos, sobretodo políticos, a propiciar la igualdad de oportunidades.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), sostiene que, si hubiera igualdad de acceso a recursos en el sector, se aumentaría el rendimiento agrícola entre 20 y 30%, aumentando la producción mundial entre un 2,5% y un 4%, generando un impacto global en la reducción del hambre de casi 17%. El McKinsey Global Institute, consultora internacional y una de las principales instituciones en el mundo que realizan investigación y estadísticas en materia de género, reflejó en su último informe que, si en nuestro país se redujera la brecha de género, para 2025 se agregarían casi 800 mil millones de dólares al Producto Interno Bruto.

Esto quiere decir que es muy claro que el otorgar a las mujeres las mismas oportunidades no sólo es un acto de justicia, sino que además implica un beneficio social, político y económico para potenciar el desarrollo del país.

Recientemente, el Senado de la República trabajo y aprobó en Comisiones una reforma a diversas disposiciones de la Constitución en materia de paridad de género. En ella se buscó que los organismos públicos (incluyendo a los autónomos) de los tres órdenes de gobierno cuenten con paridad en la conformación de sus gabinetes o cuerpos colegiados, además de generar piso parejo en oportunidades para las designaciones de cargos electivos o de designación directa.

No se trata de tomar por asalto las instituciones, ni de tener más posiciones de las legítimamente ganadas. Se trata de, por fin, poner piso parejo para el acceso a oportunidades. De demostrar capacidad ya nosotras nos encargaremos.

Esto es el inicio de una serie de acciones y políticas en beneficio de las mujeres de nuestro país.