/ miércoles 14 de octubre de 2020

Un país convertido en un circo

Día con día nos levantamos con alguna ocurrencia de la 4T. El diapasón sube de tono y a falta de la capacidad para resolver los graves problemas nacionales, nos envuelven en el surrealismo puro.

Las andanzas de su partido hablan por sí solas. Dos años sin poder elegir dirigencia que, de acuerdo a los últimos acontecimientos, no van a tener buen fin –por lo menos para quienes tienen dos dedos de frente; el grueso de sus hordas, aplaude el grotesco espectáculo-.

La escaramuza entre Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado, de vergüenza. La misma división, que promueve cotidianamente el tlatoani, en sus filas. Que si “puros” –en referencia a quienes acompañan a AMLO desde los inicios de su lucha- y que si “conservadores”, a los que provienen del PRD, aunque la mayoría militara en esas siglas.

El absurdo de los dimes y diretes entre ambos personajes, a los que se suman los diputados que se apuntan con uno u otro, exceden la mínima civilidad y de democracia –concepto que tanto utiliza Porfirio-, menos cero.

Su necedad es emblemática. Accedieron a unas reglas del juego (Encuestas), que ahora rechazan. Porfirio se hace el tonto y dice que ganó en la segunda encuesta –por unas décimas de puntos-, cuando sabe que cualquier ejercicio de este tipo tiene un margen de certeza y que no es igual que contar votos.

Confirman su imposibilidad de diálogo y, sobre todo, sus ambiciones de tribu que busca aplastar al contrario. Atrás del par de contendientes, asoman las narices los y “las” avorazadas que aspiran a suceder al ocupante del inmueble del zócalo.

Actúan como si estuvieran en guerra y lo único que les falta es la agresión física, a la que puede que no tarden en llegar, como ha sido su insana costumbre.

De la que ya se embolsó, Citláli Hernández, el cargo de próxima Secretaria General, ni qué decir. La diputada, que se caracteriza por su rijosidad y extraños acontecimientos –como cuando le llegó a su cubículo un libro con una “bomba” poco realista-, en reciente acto en el Estado de México dijo que, desde su cargo pugnaría porque el tabasqueño no deje la presidencia en el 2024. ¿Sabrá que el principio de “no reelección”, costó un millón de muertos? Así se las gasta el dechado de fanatismo incondicional y ultra, que ocupará un puesto decisivo.

Y mientras se siguen sacando los ojos, la inaudita “No Primera Dama”, se lanza al antiguo Continente a “buscar tesoros artísticos mexicanos, para la celebración del Bicentenario de la Independencia”.

Me encantaría haberle visto la cara al Papa Francisco, cuando leyó la carta que le envió el imperial cónyuge, exigiendo disculpas por la ¡evangelización! Peor ridículo es inimaginable y nos deja como al símbolo preciso del bananerismo populista, dictatorial.

Va de gira, ajena a la pandemia que mata a miles y miles de compatriotas y a la falta de medicamentos para los niños con cáncer, los cuales ahora, ¡sospechosamente se robaron!

¿Alguien ha visto un gesto de simpatía de su parte, a las mujeres maltratadas, la violencia intrafamiliar? ¿Por las que se quedaron sin guarderías, o perdieron el trabajo?

Ni una palabra de aliento; por el contrario, expresiones crueles contra quienes luchan por la sobrevivencia de sus hijos, al igual que una descastada Tatiana Clouthier.

Todo es circo para ocultar el grueso de la problemática. Triste que haya un sector que se traga estas paparruchadas, en lugar de exigir un gobierno a secas.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Día con día nos levantamos con alguna ocurrencia de la 4T. El diapasón sube de tono y a falta de la capacidad para resolver los graves problemas nacionales, nos envuelven en el surrealismo puro.

Las andanzas de su partido hablan por sí solas. Dos años sin poder elegir dirigencia que, de acuerdo a los últimos acontecimientos, no van a tener buen fin –por lo menos para quienes tienen dos dedos de frente; el grueso de sus hordas, aplaude el grotesco espectáculo-.

La escaramuza entre Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado, de vergüenza. La misma división, que promueve cotidianamente el tlatoani, en sus filas. Que si “puros” –en referencia a quienes acompañan a AMLO desde los inicios de su lucha- y que si “conservadores”, a los que provienen del PRD, aunque la mayoría militara en esas siglas.

El absurdo de los dimes y diretes entre ambos personajes, a los que se suman los diputados que se apuntan con uno u otro, exceden la mínima civilidad y de democracia –concepto que tanto utiliza Porfirio-, menos cero.

Su necedad es emblemática. Accedieron a unas reglas del juego (Encuestas), que ahora rechazan. Porfirio se hace el tonto y dice que ganó en la segunda encuesta –por unas décimas de puntos-, cuando sabe que cualquier ejercicio de este tipo tiene un margen de certeza y que no es igual que contar votos.

Confirman su imposibilidad de diálogo y, sobre todo, sus ambiciones de tribu que busca aplastar al contrario. Atrás del par de contendientes, asoman las narices los y “las” avorazadas que aspiran a suceder al ocupante del inmueble del zócalo.

Actúan como si estuvieran en guerra y lo único que les falta es la agresión física, a la que puede que no tarden en llegar, como ha sido su insana costumbre.

De la que ya se embolsó, Citláli Hernández, el cargo de próxima Secretaria General, ni qué decir. La diputada, que se caracteriza por su rijosidad y extraños acontecimientos –como cuando le llegó a su cubículo un libro con una “bomba” poco realista-, en reciente acto en el Estado de México dijo que, desde su cargo pugnaría porque el tabasqueño no deje la presidencia en el 2024. ¿Sabrá que el principio de “no reelección”, costó un millón de muertos? Así se las gasta el dechado de fanatismo incondicional y ultra, que ocupará un puesto decisivo.

Y mientras se siguen sacando los ojos, la inaudita “No Primera Dama”, se lanza al antiguo Continente a “buscar tesoros artísticos mexicanos, para la celebración del Bicentenario de la Independencia”.

Me encantaría haberle visto la cara al Papa Francisco, cuando leyó la carta que le envió el imperial cónyuge, exigiendo disculpas por la ¡evangelización! Peor ridículo es inimaginable y nos deja como al símbolo preciso del bananerismo populista, dictatorial.

Va de gira, ajena a la pandemia que mata a miles y miles de compatriotas y a la falta de medicamentos para los niños con cáncer, los cuales ahora, ¡sospechosamente se robaron!

¿Alguien ha visto un gesto de simpatía de su parte, a las mujeres maltratadas, la violencia intrafamiliar? ¿Por las que se quedaron sin guarderías, o perdieron el trabajo?

Ni una palabra de aliento; por el contrario, expresiones crueles contra quienes luchan por la sobrevivencia de sus hijos, al igual que una descastada Tatiana Clouthier.

Todo es circo para ocultar el grueso de la problemática. Triste que haya un sector que se traga estas paparruchadas, en lugar de exigir un gobierno a secas.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq