/ miércoles 7 de julio de 2021

Un PRI en problemas

La oposición sigue de cabeza, No le “acaba de caer el veinte” de su desastre en las últimas urnas. Están muy satisfechos con que evitaron que Morena se llevara la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados, pero inconscientes, sobre todo el PRI, de lo mucho que perdieron. El avance del que alardean, en realidad, es más que corto.

Uno de sus especímenes “más representativos”, Ulises Ruíz, los tiene metidos en un zafarrancho, de “apaga la luz y vámonos”. Con un grupo de golpeadores tomó la sede de Insurgentes, a la que llegaron con violencia y salieron a relucir hasta pistolas.

Se hizo acompañar de una damisela de mala fama, Nayeli Gutiérrez, de la que se presume está al servicio de la mancuerna diabólica, Dolores Padierna-René Bejarano. La susodicha gritoneaba exigiendo, como el resto de sus acompañantes, la salida del actual Presidente, Alito Moreno.

Demandan un consejo urgente que nomine a quien sí pueda sacar al organismo político del hoyo, después de haber perdido la cantidad de gubernaturas que se les fueron de las manos.

El fracaso fue de tal envergadura, que Moreno Cárdenas perdió hasta su estado natal, Campeche, del que había sido gobernador y donde las huestes priístas votaron por el candidato de Movimiento Ciudadano, o la triunfante Layda Sansores de Morena, porque su partido cayó al tercer lugar.

Nunca visto: Campeche era uno de los pocos reductos, del anciano PRInosaurio, que se creía inamovible. Del resto, ni qué decir: Sonora, Sinaloa, también enclaves emblemáticos, se desmoronaron frente al empuje de las fuerzas Amloístas, o de las del narco, según se quiera ver.

El descalabro es apoteósico y se esperaba que, Alito tuviera la dignidad de reconocer las amargas derrotas, pero, por el contrario, se quedó tan ufano tras haberse regalado una diputación plurinominal y las demás que obtengan, para sus meros cuates, enjuagues y recomendados.

Fue esta selección de candidatos, uno de los aspectos que más influyó en el descalabro. La cúpula de Marras se adjudicó los mejores lugares y no permitieron la llegada de militantes capaces de mover el sufragio en sus entidades y para el Congreso.

¿Y los gobernadores en funciones, que tenían que haber empujado? O de plano se le vendieron al emperador de Palacio, o ni siquiera se molestaron en mover un dedo. Algunos estaban bien calificados, por lo que es más inexplicable el que Morena arrasara. O, ¿será que arrastran colas que los obligaron a estar silencios, antes de que se les finque alguna investigación de la UIF o la Fiscalía de la República?

Los pocos militantes de cepa que quedan, están relegados de las decisiones del Instituto. Sólo se alcanzan a oír, aunque de lejos, las voces de dos mujeres de primera línea: Beatriz Paredes y Dulce María Sauri. Del resto, ni pío.

Han sido miles y miles de sus militantes los que han emigrado al ahora partido oficial, un buen sector molesto por una dirigencia que ni los ve ni los oye, otro llamado por la ambición del cargo que le niegan. El chaqueterismo y el chapulineo están de moda y hasta panistas, por completo contrarios a los postulados de Morena, acabaron en sus brazos. Da una auténtica tristeza ver a lo que se ha llegado en el desvarío ideológico y de principios.

El Tricolor la tiene más que difícil. Poca salida se avizora con tantos conflictos internos. Y lo peor, su prueba de fuego será el adherirse al pacto que tiene con el PRD y el PAN y no traicionarlo.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

La oposición sigue de cabeza, No le “acaba de caer el veinte” de su desastre en las últimas urnas. Están muy satisfechos con que evitaron que Morena se llevara la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados, pero inconscientes, sobre todo el PRI, de lo mucho que perdieron. El avance del que alardean, en realidad, es más que corto.

Uno de sus especímenes “más representativos”, Ulises Ruíz, los tiene metidos en un zafarrancho, de “apaga la luz y vámonos”. Con un grupo de golpeadores tomó la sede de Insurgentes, a la que llegaron con violencia y salieron a relucir hasta pistolas.

Se hizo acompañar de una damisela de mala fama, Nayeli Gutiérrez, de la que se presume está al servicio de la mancuerna diabólica, Dolores Padierna-René Bejarano. La susodicha gritoneaba exigiendo, como el resto de sus acompañantes, la salida del actual Presidente, Alito Moreno.

Demandan un consejo urgente que nomine a quien sí pueda sacar al organismo político del hoyo, después de haber perdido la cantidad de gubernaturas que se les fueron de las manos.

El fracaso fue de tal envergadura, que Moreno Cárdenas perdió hasta su estado natal, Campeche, del que había sido gobernador y donde las huestes priístas votaron por el candidato de Movimiento Ciudadano, o la triunfante Layda Sansores de Morena, porque su partido cayó al tercer lugar.

Nunca visto: Campeche era uno de los pocos reductos, del anciano PRInosaurio, que se creía inamovible. Del resto, ni qué decir: Sonora, Sinaloa, también enclaves emblemáticos, se desmoronaron frente al empuje de las fuerzas Amloístas, o de las del narco, según se quiera ver.

El descalabro es apoteósico y se esperaba que, Alito tuviera la dignidad de reconocer las amargas derrotas, pero, por el contrario, se quedó tan ufano tras haberse regalado una diputación plurinominal y las demás que obtengan, para sus meros cuates, enjuagues y recomendados.

Fue esta selección de candidatos, uno de los aspectos que más influyó en el descalabro. La cúpula de Marras se adjudicó los mejores lugares y no permitieron la llegada de militantes capaces de mover el sufragio en sus entidades y para el Congreso.

¿Y los gobernadores en funciones, que tenían que haber empujado? O de plano se le vendieron al emperador de Palacio, o ni siquiera se molestaron en mover un dedo. Algunos estaban bien calificados, por lo que es más inexplicable el que Morena arrasara. O, ¿será que arrastran colas que los obligaron a estar silencios, antes de que se les finque alguna investigación de la UIF o la Fiscalía de la República?

Los pocos militantes de cepa que quedan, están relegados de las decisiones del Instituto. Sólo se alcanzan a oír, aunque de lejos, las voces de dos mujeres de primera línea: Beatriz Paredes y Dulce María Sauri. Del resto, ni pío.

Han sido miles y miles de sus militantes los que han emigrado al ahora partido oficial, un buen sector molesto por una dirigencia que ni los ve ni los oye, otro llamado por la ambición del cargo que le niegan. El chaqueterismo y el chapulineo están de moda y hasta panistas, por completo contrarios a los postulados de Morena, acabaron en sus brazos. Da una auténtica tristeza ver a lo que se ha llegado en el desvarío ideológico y de principios.

El Tricolor la tiene más que difícil. Poca salida se avizora con tantos conflictos internos. Y lo peor, su prueba de fuego será el adherirse al pacto que tiene con el PRD y el PAN y no traicionarlo.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq