/ miércoles 8 de noviembre de 2017

Una ciudad abierta en beneficio de todos

A lo largo de los años, las ciudades han ido adquiriendo cada vez más importancia por su dinamismo económico y social y por ser el principal campo de cultivo de la innovación, el emprendimiento, la cultura, el conocimiento y la tecnología.

Basta mencionar que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), actualmente más del 50% de la población mundial habita en las ciudades y se espera que para el año 2030 aumente al 60%.

Pese a su importancia como generadores del desarrollo, también son fuente de importantes problemas como la contaminación, desigualdad, carencia de servicios básicos, falta de movilidad, problemas de salud, entre otros. Aunque sólo ocupan el 3% de la superficie terrestre, consumen entre el 60% y el 80% del consumo global de energía y son responsables de cerca del 75% de las emisiones de carbono.

Estos problemas tienen causas multifactoriales que, si fueran atendidas con prontitud y eficacia, podrían prevenirse, atenuarse e inclusive evitarse.

Antes que nada, es preciso comprender que actualmente los modelos de gobierno urbanos tradicionales se encuentran rebasados, ya que correspondieron a dinámicas sociales, tecnológicas, culturales y económicas distintas. Las ciudades del siglo XXI necesitan de un nuevo modelo administrativo que promueva la gobernanza con desarrollo sostenible y garantice plenamente los derechos de sus habitantes.

En este sentido, el 31 de octubre tuvo lugar el Día Mundial de las Ciudades, una celebración establecida por la ONU en 2014 que tiene como objetivo promover el interés en la urbanización y fomentar la cooperación multilateral para aprovechar las oportunidades y afrontar los retos del urbanismo.

El lema de este año es “Con gobernanza innovadora, ciudades más abiertas”, con lo cual se busca hacer conciencia de la necesidad de crear nuevos modelos de gobierno, que privilegien un desarrollo territorial urbano integrado que, a su vez, fomente una mayor cooperación metropolitana y participación urbana en la solución de los retos que afrontan las ciudades de cara a este nuevo siglo.

Para ello, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), creó el concepto “ciudad abierta”, que se encuentra contemplado en la Nueva Agenda Urbana de la ONU, la cual ha sido adoptada por diversos líderes del mundo, incluido México.

Bajo este nuevo enfoque se busca que las ciudades sean sistemas abiertos en los que todas las personas que los habitan puedan impulsar o apoyar políticas públicas para un mejor desarrollo y en beneficio de todos. Se trata de transitar hacia una mayor democratización en la gobernanza urbana, para que las acciones de todos los ciudadanos tengan repercusión en la forma como construimos nuestro entorno.

El año pasado México adoptó los compromisos de la Nueva Agenda Urbana, a fin de crear ciudades más prósperas, participativas, con mejor calidad de vida y que garanticen los derechos humanos de todos. El reto no es nada fácil, 8 de cada 10 mexicanos vivimos en ciudades en las que existen diferentes niveles de desarrollo y organización territorial.

Es necesario que en México promovamos una mayor participación de la sociedad en los procesos de urbanización y en la gobernanza de nuestras ciudades, esto debe ir de la mano de políticas públicas que promuevan mayor igualdad social, inclusión, desarrollo sostenible, así como la incorporación y garantía de nuevos derechos urbanos.

Como siempre, la participación de la sociedad civil y de la ciudadanía es fundamental, todos podemos ser parte en la construcción de este nuevo paradigma urbano, para ello, debemos aprovechar nuestro potencial como sociedad para transformar nuestras ciudades en beneficio de todos.

Senador del PRI por Sinaloa

@AaronIrizar

Facebook.com/aaron.irizarlopez

A lo largo de los años, las ciudades han ido adquiriendo cada vez más importancia por su dinamismo económico y social y por ser el principal campo de cultivo de la innovación, el emprendimiento, la cultura, el conocimiento y la tecnología.

Basta mencionar que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), actualmente más del 50% de la población mundial habita en las ciudades y se espera que para el año 2030 aumente al 60%.

Pese a su importancia como generadores del desarrollo, también son fuente de importantes problemas como la contaminación, desigualdad, carencia de servicios básicos, falta de movilidad, problemas de salud, entre otros. Aunque sólo ocupan el 3% de la superficie terrestre, consumen entre el 60% y el 80% del consumo global de energía y son responsables de cerca del 75% de las emisiones de carbono.

Estos problemas tienen causas multifactoriales que, si fueran atendidas con prontitud y eficacia, podrían prevenirse, atenuarse e inclusive evitarse.

Antes que nada, es preciso comprender que actualmente los modelos de gobierno urbanos tradicionales se encuentran rebasados, ya que correspondieron a dinámicas sociales, tecnológicas, culturales y económicas distintas. Las ciudades del siglo XXI necesitan de un nuevo modelo administrativo que promueva la gobernanza con desarrollo sostenible y garantice plenamente los derechos de sus habitantes.

En este sentido, el 31 de octubre tuvo lugar el Día Mundial de las Ciudades, una celebración establecida por la ONU en 2014 que tiene como objetivo promover el interés en la urbanización y fomentar la cooperación multilateral para aprovechar las oportunidades y afrontar los retos del urbanismo.

El lema de este año es “Con gobernanza innovadora, ciudades más abiertas”, con lo cual se busca hacer conciencia de la necesidad de crear nuevos modelos de gobierno, que privilegien un desarrollo territorial urbano integrado que, a su vez, fomente una mayor cooperación metropolitana y participación urbana en la solución de los retos que afrontan las ciudades de cara a este nuevo siglo.

Para ello, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), creó el concepto “ciudad abierta”, que se encuentra contemplado en la Nueva Agenda Urbana de la ONU, la cual ha sido adoptada por diversos líderes del mundo, incluido México.

Bajo este nuevo enfoque se busca que las ciudades sean sistemas abiertos en los que todas las personas que los habitan puedan impulsar o apoyar políticas públicas para un mejor desarrollo y en beneficio de todos. Se trata de transitar hacia una mayor democratización en la gobernanza urbana, para que las acciones de todos los ciudadanos tengan repercusión en la forma como construimos nuestro entorno.

El año pasado México adoptó los compromisos de la Nueva Agenda Urbana, a fin de crear ciudades más prósperas, participativas, con mejor calidad de vida y que garanticen los derechos humanos de todos. El reto no es nada fácil, 8 de cada 10 mexicanos vivimos en ciudades en las que existen diferentes niveles de desarrollo y organización territorial.

Es necesario que en México promovamos una mayor participación de la sociedad en los procesos de urbanización y en la gobernanza de nuestras ciudades, esto debe ir de la mano de políticas públicas que promuevan mayor igualdad social, inclusión, desarrollo sostenible, así como la incorporación y garantía de nuevos derechos urbanos.

Como siempre, la participación de la sociedad civil y de la ciudadanía es fundamental, todos podemos ser parte en la construcción de este nuevo paradigma urbano, para ello, debemos aprovechar nuestro potencial como sociedad para transformar nuestras ciudades en beneficio de todos.

Senador del PRI por Sinaloa

@AaronIrizar

Facebook.com/aaron.irizarlopez