/ sábado 31 de octubre de 2020

Una ciudad triste: La pandemia invisible

Nuestro país en particular nuestra Ciudad atravesaban por una emergencia en salud mental antes de la pandemia, con estadísticas que muestran un incremento en los casos de personas que requieren atención médica, psicológica y psiquiátrica, múltiples eran las voces que pedían instrumentar estrategias para atender el problema.

Se estima que de las personas que presentan síntomas o enfermedades mentales, solo el 20 por ciento solicita atención en servicios de primer contacto y la mayoría no son diagnosticadas ni reciben tratamiento.

A lo anterior hay que añadir que en las clínicas de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México se cuenta únicamente con 438 especialistas en salud mental, de los cuales 385 son psicólogos y 53 psiquiatras, ocasionando saturación en la demanda de servicios en esta área.

De acuerdo a múltiples ejercicios como el instrumento diseñado por la Secretaría de Salud en coordinación con la UNAM para la detección de riesgos a la salud mental por covid-19, se ha registrado un incremento en las personas que refieren padecer estrés, estrés agudo, depresión, ansiedad y síndrome de bornout.

Derivado de la situación que se vive por la pandemia, que incluye la cancelación de consultas y sesiones de seguimiento en tratamientos de salud mental, por lo menos la tercera parte de la población mayor de 18 años en México podría padecer enfermedades mentales.

El gran problema es que, además de todos los estigmas y prejuicios que existen respecto de la salud mental, durante estos meses de pandemia el Gobierno de la Ciudad simplemente bajó las cortinas y abandonó a su suerte a quienes viven con este tipo de padecimientos.

Hoy no sabemos, por ejemplo, cuál ha sido el seguimiento a la atención psicológica que brindaba el GCDMX, ya que los Centros de Salud dejaron de operar hace algunos meses para evitar concentraciones de personas y prevenir contagios, tenemos conocimiento que algunos funcionarios públicos comprometidos con sus pacientes han buscado alternativas para dar seguimiento a estos casos, lamentablemente no son la mayoría.

No es la primera vez que denuncio que derivado de la crisis sanitaria se ha dejado de lado la atención de otro tipo de padecimientos, si bien, entendemos que muchos los esfuerzos deben concentrarse en la prevención y atención de COVID 19 no existe justificación para dejar de atender otro tipo de enfermedades.

Si no se toman medidas urgentes para mantener la atención a la población en estos momentos, es muy probable que una vez superada la pandemia por COVID 19, tengamos que atender una pandemia igual de grave, la derivada del descuido de atender la salud mental de las y los capitalinos Quran lo necesiten.


Nuestro país en particular nuestra Ciudad atravesaban por una emergencia en salud mental antes de la pandemia, con estadísticas que muestran un incremento en los casos de personas que requieren atención médica, psicológica y psiquiátrica, múltiples eran las voces que pedían instrumentar estrategias para atender el problema.

Se estima que de las personas que presentan síntomas o enfermedades mentales, solo el 20 por ciento solicita atención en servicios de primer contacto y la mayoría no son diagnosticadas ni reciben tratamiento.

A lo anterior hay que añadir que en las clínicas de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México se cuenta únicamente con 438 especialistas en salud mental, de los cuales 385 son psicólogos y 53 psiquiatras, ocasionando saturación en la demanda de servicios en esta área.

De acuerdo a múltiples ejercicios como el instrumento diseñado por la Secretaría de Salud en coordinación con la UNAM para la detección de riesgos a la salud mental por covid-19, se ha registrado un incremento en las personas que refieren padecer estrés, estrés agudo, depresión, ansiedad y síndrome de bornout.

Derivado de la situación que se vive por la pandemia, que incluye la cancelación de consultas y sesiones de seguimiento en tratamientos de salud mental, por lo menos la tercera parte de la población mayor de 18 años en México podría padecer enfermedades mentales.

El gran problema es que, además de todos los estigmas y prejuicios que existen respecto de la salud mental, durante estos meses de pandemia el Gobierno de la Ciudad simplemente bajó las cortinas y abandonó a su suerte a quienes viven con este tipo de padecimientos.

Hoy no sabemos, por ejemplo, cuál ha sido el seguimiento a la atención psicológica que brindaba el GCDMX, ya que los Centros de Salud dejaron de operar hace algunos meses para evitar concentraciones de personas y prevenir contagios, tenemos conocimiento que algunos funcionarios públicos comprometidos con sus pacientes han buscado alternativas para dar seguimiento a estos casos, lamentablemente no son la mayoría.

No es la primera vez que denuncio que derivado de la crisis sanitaria se ha dejado de lado la atención de otro tipo de padecimientos, si bien, entendemos que muchos los esfuerzos deben concentrarse en la prevención y atención de COVID 19 no existe justificación para dejar de atender otro tipo de enfermedades.

Si no se toman medidas urgentes para mantener la atención a la población en estos momentos, es muy probable que una vez superada la pandemia por COVID 19, tengamos que atender una pandemia igual de grave, la derivada del descuido de atender la salud mental de las y los capitalinos Quran lo necesiten.