/ viernes 30 de septiembre de 2022

Una ciudadanía fuerte en Tamaulipas 

Más allá del acalorado ambiente post electoral en Tamaulipas, los ciudadanos que por años han padecido la inseguridad, la victimización y los peores estragos de la impunidad, esperan que el nuevo gobierno sea otro brazo del cual acompañarse para consolidar la seguridad recuperada y hacerle frente a los desafíos de la delincuencia que aún se padecen.

Durante varios lustros, Tamaulipas ha sido considerada como una de las entidades federativas de mayor incidencia delictiva; sin embargo, de acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hay una disminución de más del 90% en el delito de secuestro en la entidad en relación a su peor momento (262 secuestros en 2014, para 2021 sucedieron 23); una disminución de más del 70% en delitos patrimoniales (2011,18446; en 2021, 5192; de acuerdo a las carpetas de investigación).

Por otra parte, según reportes de la ENVIPE 2022, relativos al número de víctimas por cada 100 mil habitantes, Tamaulipas (16.1) se encuentra muy por debajo de media nacional (24.2), superando a entidades como Yucatán e incluso, Tampico, es la tercera ciudad con mayor índice de percepción de seguridad de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU)

Lograr esta transformación de la inseguridad desde los ciudadanos, no ha sido una tarea sencilla, en primera porque tras los procesos electorales, media la desconfianza en la participación ciudadana y en segunda, porque es complicado que todos se reconozcan como ciudadanos con y sin cargo público corresponsables para atender el problema.

México SOS, en el entendido que nadie puede sólo con el problema de la inseguridad, busco desde sus inicios, cómo ayudar a recuperar la seguridad y logró concitar a un grupo de valientes ciudadanos que se apostaron por echar a andar la primera Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia de Tampico-Madero-Altamira, (MCSJ) de la entidad, a la cual le siguieron El Mante, Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria y Matamoros.

La participación ciudadana constante libre, organizada y voluntaria ha sido un gran detonante de mejora en la relación de colaboración entre ciudadanos y autoridades – independientemente de su origen partidista- porque se centra no en el debate político electoral, sino en atender la inseguridad que afecta a todos por igual.

Porque si, se tiene que reconocer que aún con los importantes avances, aún hay grandes problemas sin resolver. Regiones como Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, entre otras demandan más atención coordinada de los tres órdenes de gobierno

Por ello, para los tamaulipecos, la nueva administración de Américo Villarreal es una nueva oportunidad para generar una cultura de trabajo corresponsable, en donde se logren metas medibles, cuantificables y se consolide una ciudadanía fuerte.

Para lograrlo es fundamental enfatizar que la suma de voluntades tiene un peso específico y esencial para que el modelo de participación ciudadana en seguridad y justicia funcione. La voluntad, compromiso y liderazgo de las nuevas autoridades del estado son clave para el logro de las metas. Asimismo, la articulación y coordinación entre las diferentes instancias de gobierno, son cruciales para que este trabajo de colaboración sea exitoso.

Tamaulipas nos da esperanza, porque demuestra que, por muy insegura o violenta que sea una ciudad, cuando hay voluntad, disposición y un buen modelo de trabajo, las cosas pueden cambiar y transformarse para devolver a la entidad la seguridad y la paz.

Más allá del acalorado ambiente post electoral en Tamaulipas, los ciudadanos que por años han padecido la inseguridad, la victimización y los peores estragos de la impunidad, esperan que el nuevo gobierno sea otro brazo del cual acompañarse para consolidar la seguridad recuperada y hacerle frente a los desafíos de la delincuencia que aún se padecen.

Durante varios lustros, Tamaulipas ha sido considerada como una de las entidades federativas de mayor incidencia delictiva; sin embargo, de acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hay una disminución de más del 90% en el delito de secuestro en la entidad en relación a su peor momento (262 secuestros en 2014, para 2021 sucedieron 23); una disminución de más del 70% en delitos patrimoniales (2011,18446; en 2021, 5192; de acuerdo a las carpetas de investigación).

Por otra parte, según reportes de la ENVIPE 2022, relativos al número de víctimas por cada 100 mil habitantes, Tamaulipas (16.1) se encuentra muy por debajo de media nacional (24.2), superando a entidades como Yucatán e incluso, Tampico, es la tercera ciudad con mayor índice de percepción de seguridad de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU)

Lograr esta transformación de la inseguridad desde los ciudadanos, no ha sido una tarea sencilla, en primera porque tras los procesos electorales, media la desconfianza en la participación ciudadana y en segunda, porque es complicado que todos se reconozcan como ciudadanos con y sin cargo público corresponsables para atender el problema.

México SOS, en el entendido que nadie puede sólo con el problema de la inseguridad, busco desde sus inicios, cómo ayudar a recuperar la seguridad y logró concitar a un grupo de valientes ciudadanos que se apostaron por echar a andar la primera Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia de Tampico-Madero-Altamira, (MCSJ) de la entidad, a la cual le siguieron El Mante, Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria y Matamoros.

La participación ciudadana constante libre, organizada y voluntaria ha sido un gran detonante de mejora en la relación de colaboración entre ciudadanos y autoridades – independientemente de su origen partidista- porque se centra no en el debate político electoral, sino en atender la inseguridad que afecta a todos por igual.

Porque si, se tiene que reconocer que aún con los importantes avances, aún hay grandes problemas sin resolver. Regiones como Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, entre otras demandan más atención coordinada de los tres órdenes de gobierno

Por ello, para los tamaulipecos, la nueva administración de Américo Villarreal es una nueva oportunidad para generar una cultura de trabajo corresponsable, en donde se logren metas medibles, cuantificables y se consolide una ciudadanía fuerte.

Para lograrlo es fundamental enfatizar que la suma de voluntades tiene un peso específico y esencial para que el modelo de participación ciudadana en seguridad y justicia funcione. La voluntad, compromiso y liderazgo de las nuevas autoridades del estado son clave para el logro de las metas. Asimismo, la articulación y coordinación entre las diferentes instancias de gobierno, son cruciales para que este trabajo de colaboración sea exitoso.

Tamaulipas nos da esperanza, porque demuestra que, por muy insegura o violenta que sea una ciudad, cuando hay voluntad, disposición y un buen modelo de trabajo, las cosas pueden cambiar y transformarse para devolver a la entidad la seguridad y la paz.