/ sábado 20 de octubre de 2018

Una consulta para perder

-Héctor Escalante

El presidente electo Andrés Manuel López Obrador optó por tomar la consulta sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México como una de las estrategias del gobierno de transición, sin embargo fue una fallida en la que todos pierden.

A unos días de la consulta, y a pesar de tener ya la pregunta que se realizará, sigue habiendo más dudas que respuestas. Hay críticas de varios sectores de la población y los analistas políticos casi en su totalidad hablan de este ejercicio como un error. El resultado parece que será Santa Lucía y aunque pusiera verse como una victoria del próximo gobierno, en realidad es una derrota.

El próximo gobierno hace un esfuerzo por asumir temas polémicos que no le corresponden aún, la decisión sobre el nuevo aeropuerto, que ya está en construcción, es una acción del gobierno actual. No cabe duda duda que habrá una afectación para el gobierno entrante, en cuestiones presupuestales y sociales, sin embargo, y están en todo el derecho sobre decidir en sentido contrario al gobierno actual, lo que no deben hacer es trasladar la responsabilidad de una decisión técnica a la ciudadanía y pedir a los medios que sean ellos los que realicen los foros de debate.

Varios medios atendieron el llamado del presidente electo para hacer foros con especialistas para ampliar la discusión sobre la consulta y que los ciudadanos tuvieran más información sobre el sentido de su decisión. Sin embargo, esa no es la responsabilidad de los medios, sino del gobierno, parece estéril el esfuerzo de un foro en un canal de televisión o estación de radio o periódico si al otro día parte del equipo de transición rechaza alguna de las opciones, es decir la de Texcoco.

El ejercicio de gobierno implica tomar decisiones que no le gustarán a todos, la participación ciudadana es indispensable para fortalecer al propio gobierno, sin embargo, en temas absolutamente técnicos esa participación no solo es innecesaria sino riesgosa, los ciudadanos sin conocimientos suficientes en algún tema en particular pueden cometer un grave error al tomar una decisión equivocada, es el gobierno quien debe asumir esa responsabilidad.

Lejos de generar empatía con la consulta ciudadana sobre el NAIM, el próximo gobierno abona a la polarización que ya veníamos arrastrando desde la campaña presidencial, las redes sociales de nueva cuenta están abarrotadas de posiciones en favor y en contra, siempre acompañadas de descalificaciones. La gente tiene una batalla encarnizada que pareciera innecesaria si López Obrador y su equipo tomaran una decisión.

La consulta ciudadana se hará, aun con muchas dudas sobre su procedimiento y financiamiento, incluso legisladores como Porfirio Múñoz Ledo y Ricardo Monreal han señalado que ellos no aportarán, otros como Mario Delgado, aseguran que serán los diputados quienes lo harán. Tampoco sabemos quienes serán los ciudadanos que la organicen y cuál fue el procedimiento para elegirlos.

La consulta de López Obrador se dará, porque el próximo presidente así lo desea. No cabe duda que será una consulta en la que una opción tenga más votos, pero pareciera ser también una consulta en la que nadie gana. El próximo Presidente se empecinó en utilizar al aeropuerto como un estandarte de campaña de gobierno en transición. El próximo Presidente parece que no midió que este ejercicio le dio más críticas que reconocimiento. El próximo Presidente ya perdió, porque aunque gane la opción que quiere, las críticas antes de asumir eran innecesarias.

El siguiente gobierno abrió un frente innecesario, se metió a una discusión que no ganó y unificó a una parte de la ciudadanía en su contra. En ese sentido parece increíble que un gobierno que ganó con tanta fuerza no haya medido que tendría un desgaste innecesario y en ese sentido nadie, absolutamente nadie gana.

-Héctor Escalante

El presidente electo Andrés Manuel López Obrador optó por tomar la consulta sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México como una de las estrategias del gobierno de transición, sin embargo fue una fallida en la que todos pierden.

A unos días de la consulta, y a pesar de tener ya la pregunta que se realizará, sigue habiendo más dudas que respuestas. Hay críticas de varios sectores de la población y los analistas políticos casi en su totalidad hablan de este ejercicio como un error. El resultado parece que será Santa Lucía y aunque pusiera verse como una victoria del próximo gobierno, en realidad es una derrota.

El próximo gobierno hace un esfuerzo por asumir temas polémicos que no le corresponden aún, la decisión sobre el nuevo aeropuerto, que ya está en construcción, es una acción del gobierno actual. No cabe duda duda que habrá una afectación para el gobierno entrante, en cuestiones presupuestales y sociales, sin embargo, y están en todo el derecho sobre decidir en sentido contrario al gobierno actual, lo que no deben hacer es trasladar la responsabilidad de una decisión técnica a la ciudadanía y pedir a los medios que sean ellos los que realicen los foros de debate.

Varios medios atendieron el llamado del presidente electo para hacer foros con especialistas para ampliar la discusión sobre la consulta y que los ciudadanos tuvieran más información sobre el sentido de su decisión. Sin embargo, esa no es la responsabilidad de los medios, sino del gobierno, parece estéril el esfuerzo de un foro en un canal de televisión o estación de radio o periódico si al otro día parte del equipo de transición rechaza alguna de las opciones, es decir la de Texcoco.

El ejercicio de gobierno implica tomar decisiones que no le gustarán a todos, la participación ciudadana es indispensable para fortalecer al propio gobierno, sin embargo, en temas absolutamente técnicos esa participación no solo es innecesaria sino riesgosa, los ciudadanos sin conocimientos suficientes en algún tema en particular pueden cometer un grave error al tomar una decisión equivocada, es el gobierno quien debe asumir esa responsabilidad.

Lejos de generar empatía con la consulta ciudadana sobre el NAIM, el próximo gobierno abona a la polarización que ya veníamos arrastrando desde la campaña presidencial, las redes sociales de nueva cuenta están abarrotadas de posiciones en favor y en contra, siempre acompañadas de descalificaciones. La gente tiene una batalla encarnizada que pareciera innecesaria si López Obrador y su equipo tomaran una decisión.

La consulta ciudadana se hará, aun con muchas dudas sobre su procedimiento y financiamiento, incluso legisladores como Porfirio Múñoz Ledo y Ricardo Monreal han señalado que ellos no aportarán, otros como Mario Delgado, aseguran que serán los diputados quienes lo harán. Tampoco sabemos quienes serán los ciudadanos que la organicen y cuál fue el procedimiento para elegirlos.

La consulta de López Obrador se dará, porque el próximo presidente así lo desea. No cabe duda que será una consulta en la que una opción tenga más votos, pero pareciera ser también una consulta en la que nadie gana. El próximo Presidente se empecinó en utilizar al aeropuerto como un estandarte de campaña de gobierno en transición. El próximo Presidente parece que no midió que este ejercicio le dio más críticas que reconocimiento. El próximo Presidente ya perdió, porque aunque gane la opción que quiere, las críticas antes de asumir eran innecesarias.

El siguiente gobierno abrió un frente innecesario, se metió a una discusión que no ganó y unificó a una parte de la ciudadanía en su contra. En ese sentido parece increíble que un gobierno que ganó con tanta fuerza no haya medido que tendría un desgaste innecesario y en ese sentido nadie, absolutamente nadie gana.