La última semana la entrega del tercer informe de resultados de la fiscalización de la Cuenta Pública 2016, estuvo marcada por una serie de escándalos que dejan en claro dos cosas. Por un lado, el indispensable papel que juega la Auditoria Superior (ASF) en el combate a la corrupción, y la imperante necesidad de que su próximo titular sea designado; y por otro, que los escándalos de desvíos de recursos públicos en los que se ha vinculado hasta ahora sobre todo a dos Secretarías de Estado, son apenas la punta del iceberg de una red de corrupción que bien podría destapar la cloaca de una administración inmersa en un sinfín de complicidades.
De una muestra de 1865 auditorías al gasto público del 2016, la ASF realizó 10,346 observaciones, mientras que el monto de recuperaciones derivado de su labor, ascendió a 7,897 millones de pesos, dinero de la ciudadanía que pudo terminar en otro lugar de no ser por el papel del ente fiscalizador. Sin embargo, ésta cifra representa menos del 10% de las irregularidades detectadas, pues estas ascendieron a más de 104 mil millones de pesos.
Hasta hoy, las irregularidades señalan a cerca de 25 dependencias con graves problemas. En el poder judicial por ejemplo, la ASF indica que se realizaron contrataciones a sobreprecio de casi el 41% en la construcción de los edificios sede y los Centros de Justicia Penal Federal que se iniciaron a raíz de la reforma al sistema de justicia penal.
En programas sensibles como lo son la Cruzada contra el Hambre, desde la que la SEDESOL ejerció un presupuesto de poco más de 2,257 millones de pesos, el ente fiscalizador señaló, que con 30 programas para atender a 6.1 millones de pobres extremos alimentarios, esta dependencia no pudo erradicar el hambre, y no se presentaron indicadores sobre impacto positivo alguno en la población objetivo.
Sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, la Auditoria subraya que, requirió al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) aclarar el ejercicio de más de 864.5 millones de pesos, esto derivado de seis auditorías de inversiones físicas en las que se detectaron irregularidades en los pagos realizados a contratistas y proveedores.
La corrupción incluso toca otros ámbitos como lo son la cultura y el arte. La ASF, ha señalado que en el ejercicio del gasto en 2016, el INBA arrastra irregularidades por 13 millones 135 mil pesos a causa de gastos y donaciones injustificadas. Lo más reciente relativo a esta área, es el probable daño al erario público por casi 14 millones de pesos, detectados en 21 de 27 proyectos avalados para la protección de la Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial.
La Cámara de Diputados ha dispuesto como lo señala la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación, que el informe entregado al Legislativo la semana pasada, pase a manos tanto de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, como al Comité Coordinador y al de Participación Ciudadana, del Sistema Nacional Anticorrupción. Sin embargo, resta ver si la primera, llevará a discusión esta Cuenta Pública, toda vez que hasta la fecha, de 16 Cuentas, apenas 6 han sido aprobadas, por lo que existe un rezago de 10 de ellas que no han sido evaluadas, destacando que ninguna de la actual administración priista ha pasado por el escrutinio del Pleno de la Cámara Baja.
Ante los escándalos de corrupción multimillonaria, en los que se ha vinculado fuertemente a SEDESOL y SEDATU, es urgente que la designación del próximo Titular de la ASF, se dé lo antes posible, y con ella, la articulación del SNA. No hay pretexto para demora alguna, el gobierno que está por salir pasará sin duda a la historia como uno de los más corruptos, y debemos evitar la tentación de que el próximo Presidente busque poner a un titular a modo.
Diputada por Movimiento Ciudadano.
