/ jueves 8 de noviembre de 2018

Una oportunidad contra la autocracia

Sin importar lo que suceda en las elecciones intermedias, las consecuencias serán desagradables. Sin embargo, son una encrucijada: un camino ofrece la oportunidad de redención política y recuperar los valores democráticos de Estados Unidos; si tomamos el otro nos encaminaremos hacia la autocracia sin ninguna vía de escape.

Tan sólo hay que ver lo que sucede en Georgia, lugar donde Brian Kemp, secretario de Estado republicano (quien se encarga de supervisar las elecciones), busca la gubernatura en contra de la demócrata Stacey Abrams. En otra democracia sería impensable que el hombre que supervisa las elecciones pueda estar a cargo de una contienda en la que él participa… pero así son las cosas en Georgia. Kemp está cometiendo un gran abuso de poder.

Y ¿qué tal a nivel federal? El poder Ejecutivo no controla de manera directa el proceso electoral, pero Trump ha cometido abusos de poder de cara a la votación.

El presidente de Estados Unidos desplegó a las fuerzas militares a la frontera mexicana (algo que costará cientos de millones de dólares a los contribuyentes), en un obvio intento por enaltecer la supuesta amenaza de una pequeña caravana de refugiados que aún están a más de mil kilómetros de distancia de la frontera. La movilización claramente no cumple con algún interés doméstico, es un evidente abuso del poder presidencial para conseguir ventajas políticas partidistas.

Los demócratas no son santos, pero por lo menos parecen creer en la democracia y sus rivales no.

Lo que debemos aprender de estos abusos de poder es que los republicanos de hoy en día son exactamente iguales a los nacionalistas blancos que controlan los gobiernos de Hungría o Polonia: mantienen una fachada de democracia pero en realidad han establecido regímenes autoritarios en los que un partido controla todo.

Lo que hemos visto es que los republicanos dirán y harán lo necesario para tomar y mantenerse en el poder y las elecciones posiblemente sean la última oportunidad de prevenir que afiancen un gobierno permanente.

Ah y en caso de que quieran hacer como si esto fuera algo de ambos bandos: no, no lo es.

Las restricciones contra los votantes han sido impuestas prácticamente en su totalidad por los republicanos. Como siempre, los demócratas no son santos.

La realidad es que al electorado común lo movilizan más los temas que tienen un impacto directo en su bienestar que las preocupaciones abstractas sobre la permanencia de la democracia y el Estado de derecho.

Hasta hace poco, los medios tradicionales criticaban a los demócratas por hacer una campaña vendiéndose como los opuestos de Donald Trump (no era el caso, pero así lo pintaron) y descartaban como histeria las denuncias de abusos de poder republicano.

Pero este momento es clave y todos necesitan estar perfectamente al tanto de qué está en riesgo. No sólo son los recortes fiscales o el sistema de salud y quien sea que vote basándose únicamente en esos temas, realmente no está viendo la situación de manera íntegra. La realidad es que la supervivencia de la democracia de Estados Unidos es lo que está en la boleta.

Sin importar lo que suceda en las elecciones intermedias, las consecuencias serán desagradables. Sin embargo, son una encrucijada: un camino ofrece la oportunidad de redención política y recuperar los valores democráticos de Estados Unidos; si tomamos el otro nos encaminaremos hacia la autocracia sin ninguna vía de escape.

Tan sólo hay que ver lo que sucede en Georgia, lugar donde Brian Kemp, secretario de Estado republicano (quien se encarga de supervisar las elecciones), busca la gubernatura en contra de la demócrata Stacey Abrams. En otra democracia sería impensable que el hombre que supervisa las elecciones pueda estar a cargo de una contienda en la que él participa… pero así son las cosas en Georgia. Kemp está cometiendo un gran abuso de poder.

Y ¿qué tal a nivel federal? El poder Ejecutivo no controla de manera directa el proceso electoral, pero Trump ha cometido abusos de poder de cara a la votación.

El presidente de Estados Unidos desplegó a las fuerzas militares a la frontera mexicana (algo que costará cientos de millones de dólares a los contribuyentes), en un obvio intento por enaltecer la supuesta amenaza de una pequeña caravana de refugiados que aún están a más de mil kilómetros de distancia de la frontera. La movilización claramente no cumple con algún interés doméstico, es un evidente abuso del poder presidencial para conseguir ventajas políticas partidistas.

Los demócratas no son santos, pero por lo menos parecen creer en la democracia y sus rivales no.

Lo que debemos aprender de estos abusos de poder es que los republicanos de hoy en día son exactamente iguales a los nacionalistas blancos que controlan los gobiernos de Hungría o Polonia: mantienen una fachada de democracia pero en realidad han establecido regímenes autoritarios en los que un partido controla todo.

Lo que hemos visto es que los republicanos dirán y harán lo necesario para tomar y mantenerse en el poder y las elecciones posiblemente sean la última oportunidad de prevenir que afiancen un gobierno permanente.

Ah y en caso de que quieran hacer como si esto fuera algo de ambos bandos: no, no lo es.

Las restricciones contra los votantes han sido impuestas prácticamente en su totalidad por los republicanos. Como siempre, los demócratas no son santos.

La realidad es que al electorado común lo movilizan más los temas que tienen un impacto directo en su bienestar que las preocupaciones abstractas sobre la permanencia de la democracia y el Estado de derecho.

Hasta hace poco, los medios tradicionales criticaban a los demócratas por hacer una campaña vendiéndose como los opuestos de Donald Trump (no era el caso, pero así lo pintaron) y descartaban como histeria las denuncias de abusos de poder republicano.

Pero este momento es clave y todos necesitan estar perfectamente al tanto de qué está en riesgo. No sólo son los recortes fiscales o el sistema de salud y quien sea que vote basándose únicamente en esos temas, realmente no está viendo la situación de manera íntegra. La realidad es que la supervivencia de la democracia de Estados Unidos es lo que está en la boleta.